Desde que decidió dejar su Chajarí natal para probar suerte en Buenos Aires la idea estaba revoloteando en su cabeza. Con 17 años partió desde Entre Ríos rumbo a Buenos Aires en busca de cumplir su sueño de ser futbolista. Aunque en su infancia había tenido que lidiar con las cargadas y las burlas por su apellido, recién inserto en el mundo de la pelota fue cuando la situación se agravó.
“Empecé a recibir cargadas e insultos por el apellido cuando me nombraban por los altoparlantes en las canchas. El murmullo y las sonrisas eran habituales y yo muchas veces lo tomaba con humor. Traté de manejarlo siempre de la mejor manera y no enojarme, porque sabía que si me enojaba iba a terminar peleado con todo el mundo”, confesó Diego Dell’Orto.
Es tal la naturalidad con la que toma su ejemplo, que el propio futbolista de Cambaceres, que milita en la Primera C, bromea contando una anécdota: “Uno se tenía que bancar risas o burlas incluso para hacer un trámite. Por eso antes de que me nombraran por mi apellido me levantaba rápido y trataba de no mirar a nadie. La sociedad actúa así y reconozco que mi apellido es raro también”.
Sin embargo, hubo un hecho puntual que a Diego le hizo tomar una decisión drástica. “Como está la sociedad hoy en día no quería que mi hija sufriera ningún tipo de bullying (acoso físico o psicológico al que someten, de forma continuada, a un alumno sus compañeros) que la perjudique ni se sienta presionada. Yo siempre traté de llevarlo de la mejor manera, pero el día de mañana podía sufrir y seguro yo no iba a reaccionar del mismo modo”.
Por eso, al tanto de la burocracia argentina, inició los trámites con mucho tiempo de antelación. Incluso un par de años antes de saber que sería padre de Emma Pilar, su bebé de quince meses, que hoy está en boca de todos.
“Sabía que en algún momento iba a formar una familia. Lo charlamos con mi señora y antes de tener a mi hija empecé a hacer los trámites. Ycuando nos enteramos que íbamos a ser padres fue un empujón mása seguir. Por suerte pude cumplir eso que venía pensando desde hace tantos años. Sé que ella no va a sufrir en un futuro”, expresó, algo relajado.
El ejemplo de Diego Dell’Orto, que a partir de ahora será Diego Ayala -su apellido materno- recorrió muchos noticieros y portales del mundo. “No me imaginaba que iba a tener tanta repercusión esto. Lo tomo tranquilo porque uno no lo hizo por ser egoísta. Fue un acto de amor por mi hija”, asegura.
Emma Pilar Ayala, hija de Diego Ayala. Así figuran ambos en el registro civil. También en el club Cambaceres y en la Asociación del Fútbol Argentino.
A partir de ahora, los altoparlantes dejarán de generar ese murmullo incómodo. Las burlas serán algo del pasado. Como él mismo cierra la entrevista, podrá descansar tranquilo y saber que su hija no sufrirá por culpa de su apellido. O mejor dicho, de una sociedad cada vez más violenta en materia de bullying.
“Si bien ya me había acostumbrado, voy a dejar de pensar en eso. Sé que no va a sufrir y no va pasar ninguna situación rara. Ahora voy a estar más tranquilo porque mi hija tiene su nuevo apellido”.