El oficial Fabian Guiñazú, de Pinamar, fue separado de su cargo tras ser grabado por uno de sus subordinados. En el audio, contaba cómo se hacía de dinero ilegal
“Acá tenían que dejar cuatro lucas cada uno. Les robábamos relojes, teléfonos… Me cansé de robarle a la gente”. La frase podría ser adjudicada a cualquier delincuente y ladrón común. Nada de eso: proviene del comisario Gerardo Fabián Guiñazú, la autoridad encargada de prevenir y combatir el delito en el balneario de Pinamar.
La confesión de Guinazú fue grabada por uno de sus subordinados y rápidamente desató el escándalo. De manera desfachatada, el jefe policial contaba cómo ganaba plata cometiendo ilícitos y con procedimientos que exponen los abusos de poder que practicaba.
El Ministerio de Seguridad bonaerense desplazó de su cargo al jefe policial y le dio intervención al área de Asuntos Internos. En simultáneo, se abrió una investigación judicial que inició el fiscal del distrito Juan Pablo Calderón por supuesto fraude a la administración pública. La denuncia también contó con el apoyo del intendente de Pinamar, Martín Yeza.
En el audio, Guiñazu cuenta de manera socarrona sus maniobras delictivas para robarle el dinero a trabajadores de la construcción, en su mayoría paraguayos. ¿Cómo era la operación? El uniformado utilizaba, a través de un “amigo”, un colectivo parecido a los de línea. Tras confirmar que los obreros habían cobrado sus sueldos, los detenía y los hacía subir al vehículo. Entonces les inventaba una acusación, como tenencia de armas, y les robaba.
“Cuando vos bajabas a la comisaría tenías el arma de fuego, la escopeta, los pedido de doble A (por averiguación de antecedentes) y ahí les choreabas la plata a todos”, describe el jefe policial entre risas en la escucha, sin saber que lo grababan.
Guiñazú también realizaba allanamientos sin órdenes judiciales y presionaba a comerciantes desprotegidos. El comisario describe un operativo inventado en un bar, frecuentado también por trabajadores de la construcción. Allí le robaba los celulares a los clientes y al propietario “las pelotas de pool, los palos, la plata, todo…”, consta en el audio.
En el marco de la causa contra Guiñazú, el fiscal ordenó el allanamiento de la comisaría de Pinamar, porque también se lo denuncia por “irregularidades administrativas” sobre todo en relación a horas extras que nunca se trabajaban y servicios adicionales que no se hacían.
En conferencia de prensa, el intendente Yeza contó que el municipio resguardó al efectivo policial que hizo la denuncia “para cuidar su integridad física”.
“Está trabajando el fiscal Juan Pablo Calderón detrás de este caso. Y ya hay cambios en la Comisaría de Pinamar. Incluso, como les había exigido a los comisarios hace dos meses -y en el cual tuvimos un altercado con ellos porque les decía que ellos habían liberado la zona- parece que hay elementos que me permitirían sospechar que era así”, afirmó el jefe comunal.
En este sentido, manifestó su malestar con la conducta del juez Olivera Zapiola, que instruye en Pinamar, ya que observa “con preocupación la liberación sistemática de los chorros de nuestra zona”.