Con las novedades de Emanuel Mas y Lucas Pratto en el equipo comandado por el debutante Edgardo Bauza, la Argentina se presentó en el Malvinas Argentinas para enfrentar a Uruguay, uno de los candidatos a quedarse con una de las cuatro plazas que otorga la eliminatoria rumbo al Mundial de Rusia.
El partido tuvo la particular atracción llamada Lionel Messi. Después de aquella final perdida frente a Chile en la Copa América Centenario, el rosarino había anunciado una renuncia que finalmente no prosperó.
Desde los primeros movimientos la sociedad compuesta entre la Pulga yPaulo Dybala estableció las pretensiones del espectáculo. La idea delPatón fue llevar el encuentro a la zona oriental, y los de Oscar Tabárezaceptaron esa postura para apostar por los contragolpes improvisados porLuis Suárez y Edinson Cavani.
A pesar del dominio local, la ocasión más clara para salir del cero ocurrió sobre la media hora. La pared construida entre la figura de la Juventus yÁngel Di María le puso suspenso a la provincia bodeguera, dado que el cordobés terminó la acción con un remate de media distancia que se estrelló contra el palo, rebotó en la espalda de Fernando Muslera y se fue por encima del travesaño. La fortuna estaba teñida de Celeste.
Antes del descanso la triangulación protagonizada entre Javier Mascherano, Mas y Messi mereció concluir en la red. El volante central buscó la proyección del lateral de San Lorenzo y el sanjuanino se la bajó al crack albiceleste. Una vez más, la suerte no acompañaba a los argentinos.
Fue el propio capitán quien se adueñó de la pelota en la mitad de la cancha y se encargó de quebrar la solidez de los uruguayos. Si bien su disparo se vio beneficiado por un desvío, la calidad del mejor del mundo volvió a sorprender al público. Sin embargo, la sonrisa de la ventaja adquirida se desvaneció rápidamente por la expulsión de Paulo Dybala. El atacante surgido de Instituto observó en dos ocasiones la cartulina amarilla y dejó a sus compañeros con diez.
En el complemento la estrella platinada entusiasmó a los espectadores con un hermoso caño a Mathías Corujo y un tiro libre preciso que exigió a Muslera. La estrella volvió a brillar en su máximo esplendor.
Argentina justificó la victoria por la producción de su mejor hombre. El capitán retomó al seleccionado en su mejor versión y a Bauza sólo le alcanzó un partido para depositar a los albicelestes en lo más alto de la cima de las eliminatorias. De a poco se va encausando el camino rumbo a Rusia 2018.