Esa pareció ser la premisa de la charla orientativa que les dio Jaime Durán Barba, el asesor preferido del presidente Mauricio Macri, a los 250 candidatos a diputados nacionales por “Cambiemos” que, en el caso de los tucumanos contó con un excesivo protagonismo del intendente capitalino Germán Alfaro, que ocupó el sitial previsto para candidatos en vez de la segunda línea pensada para los equipos de campaña.
En esa ubicación se la vio a su mujer y segunda candidata de la lista, Beatriz Ávila, junto con el intendente de Concepción, Roberto Sánchez.
Los conceptos de Durán Barba se orientaron a que los candidatos desecharan acciones como recorridas a lugares en donde se encuentran militantes propios. Según el asesor, esos encuentros no sirven de nada porque no se suman votos. Instó a que utilizaran más los medios y que trataran de convencer a los potenciales votantes en un futuro bienestar con el espacio político que gobierna a nivel nacional, aunque ello no implique necesariamente una realidad. Allí se reflejó una estrategia que le sirvió a Macri para llegar a la Presidencia, en la que se dejaron en el camino las promesas de eliminación del impuesto a las ganancias, bienestar de los jubilados, reactivación económica, no a la devaluación ni a la inflación. Todas ellas se quedaron en promesas electorales incumplidas, sin embargo sirvieron para conseguir el voto.
De esta misma manera se quieren obtener adhesiones en las que la base será la comparación entre el futuro que se propone y el pasado. Sostuvo que se debe hacer énfasis en lo concreto, aunque esto no sea posible de aplicar. Todos los candidatos tomaron nota de las estrategias de elección. Los tucumanos mostraron en el lugar de privilegio de la primera línea a Germán Alfaro y José Cano, quienes prestaron atención a las palabras del “gurú” político. En tanto que en una segunda línea se vio a los otros candidatos, Beatriz Ávila y Roberto Sánchez. En el video no se observa la presencia del legislador Alberto Colombres Garmendia.
Por su parte, Marcos Peña, planteó que la campaña no debe ser confrontativa, por lo que seguramente Cano y compañía aplicaron el líquido corrector a sus apuntes, porque hasta el momento lo único que hicieron fue confrontar al oficialismo provincial, poniendo la gestión en un plano secundario o en una zona de incertidumbre en cuanto a quién en realidad lleva adelante las obras. Los sellos o la leyenda de “Plan Belgrano”, choca con las responsabilidades de otras áreas que son las que en realidad realizan las licitaciones. En Tucumán hay una gran evidencia de esa contradicción. Los carteles van a contramano de la realidad. El fracaso del Plan Belgrano es una realidad y los funcionarios nacionales están tratando de que la transición sea lo menos traumática posible. Quizás el prócer, creador de la Bandera y triunfador en la Batalla de Tucumán, pueda definitivamente descansar en paz.