Varios países ya comenzaron a vacunar a su población contra el coronavirus mientras Argentina aún está en ascuas. La vacuna rusa Sputnik V se demora en llegar y por eso el gobierno comenzó a manejar otra opción sanitaria en silencio: comprar vacunas chinas. La Casa Rosada busca tener una mayor cantidad de dosis a disposición frente a una posible segunda ola de COVID-19.
Con el Kremlin y Beijing
Alberto Fernández desplegó una estrategia de adquisición de vacunas contra el COVID-19 que no tiene fronteras ideológicas: firmó con el Kremlin una contrato por 15 millones de vacunas Sputnik V y ahora negocia con Beijing para adquirir otras 15 millones de vacunas que aún están bajo prueba científica.
La negociación de la vacuna China es protagonizada por el ministro de Salud, Ginés González García, y las empresas asiáticas Sinopharm, Cansino Biologics y Sinovac. Cada vacuna china está cotizada en 20 dólares y su acceso comercial se calcula para mediados de 2021.
Pasó la fase 1 y 2
Ginés González ya cerró un acuerdo técnico con Sinopharm para tener prioridad en el acceso a los millones de dosis que eventualmente necesitará la Argentina. Y acorde a un estudio publicado en The Journal of the American Medical Association, basado en los ensayos clínicos de las fases 1 y 2, “la vacuna candidata de Sinopharm es segura y genera una respuesta inmune”.
A su turno, Sinovac Biotech ensaya una vacuna llamada CoronoVac que también cruzó de fase 2 a frase 3. “Nuestros hallazgos muestran que CoronaVac es capaz de inducir una rápida respuesta de anticuerpos en un plazo de cuatro semanas desde la inmunización”, señaló Zhu Fengcai, autor de un informe técnico que publicó la revista especializada The Lancet Infectious Diseases.
Por último, CanSino Biologics Inc tiene una vacuna desarrollada por el Instituto Beijing de Biotecnología que será estudiada en Fase III por la Fundación Huésped. Ese estudio científico se hará en 11 centros de salud del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y Mar del Plata.
Una sola dosis
El desarrollo de CanSino Bio contempla una vacuna de una sola dosis, que se conserva a entre 2 y 8 grados, lo que facilita la logística en caso de mostrar buenos resultados en el estudio de Fase III. En los estudios de Fase I y II participaron 616 personas voluntarias que exhibieron buenos resultados preliminares y sin efectos adversos serios.
La negociación con China monitoreada por Alberto Fernández se mueve a un ritmo constante, pero es poco probable que la operación comercial se cierre en las próximas semanas. El líder chino, Xi Jinping, apuesta a cambiar seriedad por velocidad y sólo consentirá la venta de las vacunas cuando todos los exámenes médicos hayan terminado.
Mientras fluye la negociación con Beijing, el jefe de Estado aguarda que las autoridades sanitarias de Rusia anuncien la aprobación de la Fase 3 de la vacuna Sputnik V. Sin ese paso fundamental, no tiene sentido que la Casa Rosada envíe a Moscú un avión de Aerolíneas Argentinas para trasladar a Ezeiza las primeras 300.000 dosis de Sputnik V destinadas a los trabajadores esenciales.
La fase 3
Acorde a los cálculos realizados ayer en el Ministerio de Salud, la publicación de la Fase 3 en NEJM o The Lancet sería a mediados de la semana próxima. En este caso, si ese cálculo se muestra eficaz, la aplicación inicial de la vacuna Sputnik en Argentina comenzaría el próximo 28 de diciembre, tras la recomendación formal de la ANMAT y la autorización final de Ginés González García.
fuente: infobae