La novedad surgió por los riesgos de que un proyecto demasiado voluminoso es más difícil de aprobar. El formato se definirá en las próximas horas. El futuro presidente volvió a reunir al futuro gabinete. La modernización del Estado y la economía, las prioridades en las últimas horas de la transición.
Tres días nada más. En el tramo final de la transición y a horas de asumir la Presidencia, Javier Milei puso el foco y apuró las ideas y planes en dos dimensiones que van a ser clave para el inicio de su mandato: la economía y un reforma del Estado profunda, que no sólo implicará el achicamiento de estructuras, sino también la reorientación de funciones.
Se trata del contenido del plan de gobierno, que en principio se presentó como una “ley ómnibus” y que a medida que pasaron los días -y aparecieron los límites políticos- se empezó a pensar en lo más alto de la futura administración libertaria en cambiar el formato y reordenar las iniciativas en “paquetes de leyes” sobre temáticas. Es una decisión que todavía no está tomada y que sigue en debate. Hay pros y contras para las dos alternativas: jugar a suerte y verdad la aprobación de un vasto proyecto o negociar entre prioridades con los bloques parlamentarios en el Congreso.
Las principales espadas políticas que dialogan con Javier Milei y su hermana -figura central del dispositivo de poder en torno al presidente- Karina Milei, advirtieron en las últimas horas la posibilidad de rediseñar el esquema para llevar al Congreso ese enorme conjunto de normas que podrían encontrar resistencia frente a fuerzas y espacios políticos atomizados.
Para abrir las posibilidades de negociación, sobre todo con el peronismo, que tiene las mismas dosis de urgencias y necesidades que el nuevo gobierno, la alternativa es presentar paquetes de leyes sobre temáticas específicas, como puede ser las vinculadas la economía -que iría desde la solución de los pasivos remunerados del Banco Central, la cuestión cambiaria o un blanqueo- las relacionadas a la política -de la reforma y achique del Estado, a la desburocratización o a la eliminación de las PASO- a cuestiones más sociales -desde cambios a la legislación laboral, a los planes sociales.
“Lo importante es que pasen las reformas”, explicaron a Infobae sobre los motivos del posible giro, a horas de que termine el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
Es que en el Congreso Nacional, La Libertad Avanza empezará a sesionar con minoría en la Cámara de Diputados -38 sobre 257, y en el Senado 8 sobre 72-, en simultáneo con una fragmentación de los principales bloques opositores. Ni en Juntos por el Cambio están juntos, ni en Unión por la Patria están unidos. En cada una de esas dos grandes coaliciones anidan facciones que conviven con una precaria estabilidad y dependen sus lealtades a necesidades políticas que no dependen de partidos, sino más bien de liderazgos territoriales -gobernadores- o personales -Macri o Cristina-.
Ante la falta de cohesión política y unidad en cada espacio político, en los equipos técnicos que trabajan para Javier Milei empezaron a analizar si envían efectivamente un sólo conjunto de iniciativas -con ingreso único por la Cámara de Diputados- o la fraccionarán y enviarán a cada Cámara los proyectos que tengan más chances de ser debatido y puedan obtener una rápida aprobación.
“No tenemos tiempo. En marzo cae la demanda de dinero”, suele pronosticar Milei para meter, en simultáneo, necesidad y urgencia.
Un larga jornada
Esta discusión está ocurriendo en simultáneo a la definición de los equipos y los funcionarios que todavía le falta completar a Milei. Hay dos que son gravitantes por su peso específico: Salud, que todavía no se sabe si será o no Ministerio, y la AFI, un área y una temática que le genera una profunda antipatía al futuro presidente y que evalúa sacarla de la órbita de Presidencia y subordinarla a la jefatura de Gabinete.
Pero yendo a la reconstrucción de lo ocurrido en las últimas horas, como reveló Infobae, lo que domina es el secreto y la reserva, tanto en la forma como en el fondo de las ideas que Javier Milei transmitirá el domingo después de jurar y cuando brinde el único discurso, con formato estadounidense, en las escalinatas del Congreso, de cara a la gente convocada a un banderazo y de espaldas a la política (”la casta”).
El miércoles fue un día donde la Oficina del Presidente Javier Milei difundió la intensa actividad que tuvo desde temprano el futuro oficialismo. En un primer comunicado indicó que el líder libertario reunió a su gabinete al completo. Estuvieron Nicolás Posse (Jefatura de Gabinete), Luis “Toto” Caputo (Economía) y Santiago Bausili (Banco Central), Guillermo Francos (Interior), Sandra Pettovello (Capital Humano), Guillermo Ferraro (Infraestructura), Diana Mondino (Cancillería), Mariano Cúneo Libarona (Justicia), Patricia Bullrich (Seguridad), Luis Petri (Defensa), Belén Stettler (Comunicación), y el vocero Manuel Adorni, quien tuvo hoy su primer día operativo en funciones oficiales.
Allí, Milei decidió resaltar que en el encuentro estuvo presente “Armando Guibert, un ex subsecretario de Reforma y Modernización, quien estuvo a cargo de la reforma del gobierno de Carlos Menem”. El futuro presidente resaltó la presencia de este ingeniero industrial de unos 75 años que trabajó en el rediseño del Estado que llevó adelante la administración noventista, la única experiencia política a la que el libertario elogia.
Guibert habló con los convocados sobre un tema que, hasta el comunicado de la Oficina de Prensa, era de dominio del economista Federico Sturzenegger, quien sonaba incluso para ocupar un cargo en la gestión que empezará el próximo domingo. Pero más allá de los nombres, lo sobresaliente de la mención de ese ex funcionario es que Milei confirma que una de sus principales preocupaciones a tres días de asumir es la reforma del Estado y el achique del gasto público.
Es una definición de primer orden, porque implica avanzar en un espacio clave donde poder aplicar el ajuste -la vieja “motosierra”, que dejó de evocarse- que la ciudadanía votó en las elecciones en las que fue derrotado el candidato de Unión por la Patria, el ministro de Economía Sergio Massa. Entre los planes que pretende aplicar la gestión de La Libertad Avanza se destaca reducir a solo ocho -eventualmente nueve, con Salud- la cantidad de Ministerios. Pero también habilitar privatizaciones y eliminar o modificar funciones en el Estado: de eliminar los controles de precios a desactivar el sistema que regulaba las importaciones.
Son todas reformas que no sólo implican tomar la decisión política, sino que requieren de un conocimiento del derecho administrativo y de las estructuras y organismos que tiene el sector público en Argentina. De todos modos, fuentes del próximo gobierno no quisieron anticipar si efectivamente Guibert pasará a tener un cargo. Lo concreto es que en la suerte y eficacia que tenga esa reforma le irá parte de la suerte inaugural del gobierno libertario.
fuente: infobae