Silvia Liceaga, casada con el conductor desde 1981 y madre de sus tres hijos, estaba con internación domiciliaria y falleció en la mañana del sábado.
En la mañana de este sábado, murió Silvia Liceaga, la esposa de Carlos Monti. La triste noticia fue confirmada mediante un comunicado de APTRA, entidad de la que el conductor de Entrometidos (NetTV) es socio y fue directivo. La mujer estaba casada con el periodista desde el año 1981, con quien tuvo a sus tres hijos, María Paz, Ignacio y Milagros, periodista de Teleshow, pero siempre había mantenido un perfil muy bajo.
Tras haber sido diagnosticada con leucemia hace siete años, Silvia había sido sometida a un trasplante de médula. Pero en los últimos tiempos su cuadro de salud se complicó y permaneció con una internación domiciliaria, siempre rodeada del amor de sus seres queridos que hoy la están despidiendo.
La ausencia de Monti tanto en su programa como en Desayuno Americano (América), ciclo del que es colaborador, obligó al periodista a explicar la situación por la que estaba atravesando la familia por la enfermedad de Liceaga. “Previo al trasplante le barren la médula a través de la quimioterapia, que fue lo más fuerte de todo. El proceso era doloroso por la quimio”, comenzó diciendo hace unas semanas en diálogo con Pamela David.
Y siguió: “A Silvia le detectaron leucemia en noviembre de 2016 y en marzo le hicieron el trasplante. El problema es que este procedimiento podía tener 3 resultados: que el cuerpo lo acepte, que lo rechace o que tenga algo que se conoce como injerto de huésped que fue lo que tuvo ella, 40 días después del trasplante. Eso fue lo peor”.
El periodista explicó que su esposa había recibido la médula de uno de sus hermanos, que tenía una coincidencia del 100 %. Sin embargo, luego detalló con tristeza: “El tejido no se reconoció en el cuerpo de Silvia y empezó a atacar a los órganos. Esto puede ser temporal o crónico, en mi mujer se hizo crónico”. Según explicó Carlos, la mujer tomaba 16 pastillas diarias y recibía la atención permanente de un kinesiólogo, una enfermera y un médico clínico.
En esa misma charla, Monti se sinceró: “Uno se tiene que ir preparando para lo peor… esto nos dio vuelta, nos cambió la vida”. Y luego se encargó de destacar las virtudes de su esposa: “Silvia es una mujer alegre, muy vital. Muy. Es encantadora, por eso me enamoré de su empuje pero tuvo que dejarlo todo por su salud. Nosotros nos adaptamos a ella, hace años que duermo con un ojo abierto”.
Y remarcó: “Nos cambió la vida a todos. Pero mi mujer es una resiliente. Es una luchadora, es una leona. Hemos pasado momentos muy complicados, pero siempre tratando de llevarlo adelante con una sonrisa. Todos empujando para el mismo lado. No es fácil, pero hay que asumirlo”.
Cabe señalar que Monti, que ya es abuelo de Inés y Lucía, hijas de María Paz, días atrás se enteró de la feliz noticia de que su hija Milagros, que en noviembre de 2021 se casó con Juan Pablo en Junín, está embarazada de pocas semanas. De manera que, hoy, experimenta sentimientos encontrados. Pero se siente aliviado sabiendo que su esposa pudo enterarse de la llegada del nuevo integrante a la familia y que todos pudieron estar a su lado en las últimas horas. El día de la boda, en la que él ofició de padrino, el periodista se había mostrado muy emocionado diciendo: “Ahora quiero que sean felices y que puedan conformar la familia que tanto quieren. Yo sé que ella va a querer ser mamá rápidamente, será como Dios quiera y que la vida los sorprenda”.