Mariela Muñoz, la transexual que en los ’90 cuestionó el concepto de familia y se convirtió en la primera recibir un documento femenino por parte del Estado argentino, murió en la tarde del viernes, pero la noticia trascendió en la mañana del domingo.
Muñoz tenía 72 años y había cobrado notoriedad en 1993, cuando los derechos de las minorías eran sólo una expresión de deseos, instalando en la sociedad un tema que hasta entonces era tabú: el de la posibilidad de que una transexual criara hijos.
En diciembre de ese año, un juez de menores de Quilmes decidió quitarle la tenencia de tres niños a los que Muñoz criaba como propios y la condenó a un año de prisión en suspenso.
Esos casos no eran excepcionales: durante su vida, había criado a 17 hijos, que le dieron más de 30 nietos y bisnietos.
Cuatro años después de aquel episodio, en mayo de 1997, logró que en el DNI figurara como “mujer” y que cambiaran su nombre de nacimiento, Leonardo, por el de Mariela.
Por entonces, la Justicia entendió que su sexo psicológico era femenino desde la infancia, además de atender a la “irreversibilidad” de su situación luego de la intervención quirúrgica que se había realizado en Chile en los 80, adoptando la “morfología externa a su sexo psicológico”. El caso marcó fue un precedente para el pedido de cambio de identidad de varias transexuales durante las décadas que siguieron, antes de que se aprobara la Ley de Identidad de Género.
En el 2013, una jueza de la ciudad le concedió un amparo a Muñoz para que el Gobierno le otorgara un subsidio “extraordinario y reparatorio” por los años de marginación y discriminación que había padecido. A los 70 años, no podía cubrir sus necesidades básicas, tenía dificultades para ver, oír y caminar como consecuencia de haber padecido un accidente cerebro-vascular.
Tras conocerse la noticia de su muerte, diversas organizaciones de defensa de los derechos LGBTI expresaron su pesar en las redes sociales. “Solidaria como pocas construyó una familia basada en el amor y libre de prejuicios”, sostuvo Esteban Paulón, vicepresidente de la Federación Argentina LGBT, mientras que desde la CHA la despidieron como “una gran luchadora y referente histórica del movimiento #LGBTI que nos acompañará por siempre en nuestra lucha y militancia…”.