El recorrido por la ruta nacional 9 se torna complicado cuando se llega a la entrada de la localidad de San Andrés. Esa comuna está ubicada a unos 10 kilómetros de la San Miguel de Tucumán, y forma parte del departamento Cruz Alta. Este cruce es uno de los más concurridos y peligrosos de la provincia.
Además de que hay escasez de señalización e iluminación en los diferentes tramos de la encrucijada, según las personas consultadas que trabajan por la zona, también son azotados por los arrebatos en los dos semáforos. La ruta 9 se cruza con la ruta 306 y conduce a los vehículos hacia diferentes puntos.
“Esto siempre fue un desastre. Se cruzan todos por todos lados y nadie respeta nada”, lamenta Darío Albarracín, quien trabaja en la zona. El aseveró que los accidentes, “por desgracia, son algo rutinario. Hay un solo semáforo y ni eso respeta la gente. Se siguen cruzando. De noche la situación es todavía peor”, agregó.
Daniel Criado remarca que esta intersección se ha tornado aún más peligrosa porque la gente improvisó “bajadas” al costado de la ruta 9 para acortar camino, y los vehículos conducen hasta en contramano para llegar a destino. “La misma gente hizo esas bajadas, como una especie de cortada, pero imagínate que esto es un caos. Miles de autos, motos y camiones de ambos lados de la ruta y encima en esas bajadas. Es un desastre”, destacó.
Entre la venta de limones y de comida, además del ir y venir de los limpiavidrios; los conductores se someten a toda clase de asedios cada vez que se detienen en los semáforos de este cruce.
Los carteles con la descripción “Pare” o “Prohibido adelantarse” están ubicados a varios metros de distancia, pero carecen de mantenimiento, y eso les resta visibilidad respecto de los conductores.
Cuando se realizaba esta crónica, un conductor no quiso esperar que el semáforo diera el verde sobre la ruta 9, decidió conducir a contramano por la 306 e hizo su entrada por el acceso a la localidad de San Andrés.
Sin presencia policial que controlara esta situación, muchos automovilistas como este deciden actuar de acuerdo son su conveniencia.
Cuando hay protestas y cortes de tránsito en el puente de Banda del Río Salí, ubicado a pocos kilómetros de este cruce, los conductores hacen un desvío y se produce un congestionamiento en la ruta. “Cuando eso pasa, acá se vive un infierno. Más vehículos y más demoras para llegar a tu trabajo o para ir al trabajo. Por supuesto que, además, aumentan los robos”, añadió Criado.
El joven dijo que los asaltantes aprovechan cuando hay muchos vehículos en los semáforos, en especial en horarios nocturnos.
fuente. lagaceta