La Justicia consideró probado que la joven de 19 años mató de dos disparos a su pareja en plena calle. Los jueces ratificaron la relación sentimental y que la chica quiso dispararle.
Dos balazos en la madrugada, en plena calle, terminaron con la vida de Fernando Pastorizzo (20). Desde ese 29 de diciembre de 2017 estuvo clara la autoría del crimen: el arma la disparó Nahir Galarza (19). Este martes, la Justicia determinó la condena para la chica por ese homicidio: prisión perpetua.
Ni Nahir ni sus padres estuvieron presentes en la sala para escuchar la lectura de la sentencia. Sí estuvo la familia de Fernando, que se mostró conforme con la sentencia. “Las verdades salen a la luz tarde o temprano, más allá de todo lo el juego mediático que hicieron. Esta era la condena que se merece, eran evidencias muy claras. Por eso estuvimos tranquilos desde el principio”, dijo Carla Pastorizzo, la hermana de Fernando. La mamá del chico, Silvia Mantegazza, rompió el silencio por primera vez y aseguró que recién ahora “está en paz”.
Fernando Pastorizzo fue asesinado de dos tiros por Nahir Galarza, sentenciada a prisión perpetua (Archivo Clarín)
Los jueces determinaron que Nahir y Fernando eran novios y también que los disparos fueron voluntarios. “Ha quedado destruida la hipótesis de la defensa de que los disparos se produjeron de manera involuntaria”, aseguraron los jueces, quienes determinaron que se produjo un “homicidio calificado por una relación de pareja“, lo que había solicitado el fiscal. No obstante, descartaron la alevosía, que habían pedido las querellas. Y también, en otro dato clave, descartaron el atenuante de la violencia de género, lo que podría haber reducido la pena para Nahir.
Nahir Galarza, trasladada en enero, luego de una declaración (Fernando de la Orden)
La joven siempre negó ser novia de Fernando. Tenían una relación compleja, en lo que coincidieron tanto ella como los testigos que desde el 4 de junio desfilaron por los tribunales de Gualeguaychú.
Durante las audiencias, el principal eje del debate fue justamente el vínculo que los unía, ya que determinarlo era clave para establecer el agravante de homicidio calificado por el vínculo, que se castiga con perpetua. “Nunca fuimos novios, sólo nos veíamos de madrugada para tener sexo”, dijo Nahir en su declaración. La defensa intentó presentar como su novio oficial a otro chico, Rafael, pero él minimizó la relación y dijo que sólo eran “amigos con derechos”.
La madre de la chica también aseguró que nunca le presentó a Pastorizzo como su novio y lo mismo dijo su abuela. Sin embargo, el joven viajó con los Galarza de vacaciones a Río de Janeiro, e incluso trascendieron hace meses fotos de la familia con él en la playa. Según Yamina, la mamá de Nahir, el chico fue con ellos sólo como un amigo porque Sol Martínez, la mejor amiga de Nahir, no pudo viajar por ser menor de edad.
Pastorizzo con los Galarza, en Río de Janeiro (Archivo)
Esa relación estaba teñida por la violencia. Los jóvenes se bloqueaban y desbloqueaban permanentemente del WhatsApp. Para acceder a los contenidos de esas conversaciones, la Justicia tuvo que acceder a los celulares de ambos, lo que resultó difícil porque el del joven, de última generación, estaba encriptado.
Nahir se cubre la cara, durante una de las audiencias (José Almeida)
Nahir, al declarar ante los jueces (José Almeida)
Según la defensa de Nahir, la chica era víctima de violencia de género por parte de Pastorizzo. Ese fue uno de los argumentos de la defensa para reclamar una pena atenuada para Nahir, lo que fue descartado por los jueces. La madre de la joven le pidió perdón “por no haberte cuidado” de la violencia de Fernando, ya que vio golpes que él le había causado a su hija en la entrepierna y no la instó a denunciarlo. Lo mismo, que Nahir le había contado de los golpes y que Fernando era violento declaró Sol Martínez, la mejor amiga de la acusada.
Nahir aseguró que el chico se drogaba y la obligaba a mantener relaciones sexuales aunque no quisiera. La autopsia de Pastorizzo, no obstante, confirmó que, al menos en la noche previa al crimen, no había consumido ni drogas ni alcohol. Para demostrar que era víctima de violencia, Galarza hasta le mandó una carta pidiéndole una entrevista en su celda a Fabiana Túñez, titular del Instituto Nacional de la Mujer, lo que le fue rechazado, del mismo modo que la Justicia le rechazó todos los pedidos de prisión domiciliaria.
Los padres de Nahir Galarza, durante la audiencia (José Almeida)
Pero según los amigos del joven, la realidad era inversa: la violenta era Nahir y Fernando, la víctima. Decían que Nahir lo llamaba constantemente y que al chico “la relación le hacía mal”.Durante la etapa de instrucción se viralizaron audios y chats del joven a sus amigos en los que le relataba, llorando, cómo Nahir y Martínez le habían dado una paliza el 25 de diciembre, a la salida del boliche Bikini. Un amigo de Fernando mostró durante el juicio, también, una foto del chico con el ojo hinchado, después de esa golpiza.
La madre de Fernando también aseguró que una vecina le había contado cómo había visto que Nahir maltrataba a su hijo. “Qué mentirosa”, le gritó Nahir a la mujer al escucharla en la audiencia.
La hermana y otros familiares de Fernando, en el juicio (José Almeida)
Fue uno de los momentos en los que se puso más tensa durante la audiencia: el otro fue cuando afirmó que si mostraban un video íntimo de ella con Fernando, se iba a suicidar. Durante las audiencias, en general se mantuvo tranquila, aunque también lloró en varios momentos y el primer día se quebró al escuchar su propio relato de cómo había matado a Fernando.
El otro eje de la discusión fue cómo Nahir mató a Fernando. El 29 de diciembre a la madrugada, Nahir lo baleó en la calle y después se volvió a su casa a dormir. Al día siguiente, la Policía fue a buscarla a su casa y en una primera declaración la chica dijo que lo había matado con un disparo por delante y otro por detrás. Luego, en la segunda declaración, dio detalles de su versión de qué fue lo que pasó y aseguró que fue un accidente: “Si yo contaba esto, nadie me iba a creer”, dijo entonces Nahir. Relató que Pastorizzo la había desbloqueado del WhatsApp, que fueron a la casa de los Galarza y allí tuvieron relaciones sexuales, pero luego el joven la trató de “zorra” y “puta” y le recriminó tener “relaciones con otros pibes”.
Nahir Galarza fue detenida en diciembre pasado, luego del crimen de su novio (Archivo Clarín)
Al bajar las escaleras, desde la planta alta de la casa, y siempre según el relato de Nahir, Fernando la tiró, la agarró del pelo y la golpeó. El joven tomó el arma del padre de Nahir, policía, que estaba arriba de la heladera. “Mirá el fierro que tiene tu viejo”, le dijo. Ella le pidió que la dejara donde estaba, pero Pastorizzo se la metió en el bolsillo.
La pareja salió y se subieron a la moto de Fernando. “El empezó a ir a gran velocidad, me dio miedo”, contó Nahir. Y aseguró que al doblar en una esquina, la moto tambaleó y ella le sacó el arma. Entonces, dice, se le disparó por accidente. La chica afirmó que “quedé como boba” por el ruido y se agachó a ver cómo estaba su novio. Allí, afirma, volvió a dispararse el arma por accidente. Aturdida por lo que sucedió, cuenta, se fue a su casa.
Durante el juicio, los peritos desestimaron esa hipótesis de dos disparos accidentales. “En mis años de experiencia jamás vi o me enteré de que a una persona se le escaparan dos tiros de manera involuntaria”, dijo ante los jueces Javier Azcué, técnico en balística de la Policía de Entre Ríos. El especialista explicó que el revolver 9 milímetros estaba listo para usarse, por lo que alguien tuvo que haber hecho el movimiento para dejar el arma preparada para disparar.
El primer tiro fue mientras los dos estaban arriba de la moto y para el segundo “la persona que efectuó el disparo tuvo que bajar del rodado, caminar y ubicarse justo frente al cuerpo. Acercó el revolver a menos de 50 centímetros y volvió a disparar”. Otro de los peritos que declaró, la psicóloga Alicia Paday, por parte de la defensa, dijo que Nahir “sufría brotes psicóticos” y deslizó que pudo haber sido víctima de un abuso sexual.
Nahir y Fernando. Los jueces probaron que eran pareja (Archivo)
Luego del crimen, Nahir quedó detenida en la Comisaría de la Mujer de Gualeguaychú. Mucho se habló de los supuestos privilegios que tenía allí la hija, por ser hija de un policía.
La Comisaría de la Mujer donde Nahir seguirá detenida (Fernando de la Orden)
Pero tanto su familia como las autoridades policiales aseguraron que no era así. Después de compartir tiempo detenida con otras presas, Nahir ahora pasa sus días sola en una celda de 2×4. Se refugia en la lectura de los libros de derecho y en la numerología: asegura que los números le dicen que todo saldrá bien. Subió un poco de peso porque come también lo que le sirven en la comisaría, y no sólo la comida que le su mamá le lleva cada mediodía desde que comenzó su detención en enero.
Atrás quedaron los días de exposición y “construcción de imagen” que llevó adelante el manager de famosos Jorge Zonzini, contratado por la familia Galarza. Zonzini intentó durante el verano, cuando toda la atención mediática estaba puesta en la chica, trazar un perfil que la mostrara como una chica normal.
El mediático manager de artistas Jorge Zonzini (Fernando de la Orden)
Por estreategia de la familia, Nahir Galarza reabrió su Instagram mientras estaba detenida. Luego lo volvieron a cerrar (Archivo Clarín)
Se filtraron entonces videos de Nahir con sus amigas en el festejo del día de la primavera, se divulgaron páginas de su diario íntimo en la que contaba de la supuesta relación violenta con Fernando, se reabrió el Instagram de la joven mientras estaba detenida, la mostraron como una fan de Justin Bieber y hasta se difundió un book con un top 10 de fotos personales que la mostraba en sus tiempos de reina del Carnaval. También la defensa contrató a un psicólogo de la TV, aunque luego no usaron las pericias que le realizó porque el resultado no habría sido favorable.
Las fotos del “book” de Nahir que filtró el manager Zonzini.
Sensual. Nahir, en una de las fotos que difundió el manager Zonzini.
Y le abrieron un perfil de Wikipedia, que la enciclopedia online terminó dando de baja por irrelevante. Pero, sin dudas, el nombre de la chica ya quedó inscripto en la historia criminal argentina: es la mujer más joven condenada a perpetua.