Por Nancy Olivera* para Diario Cuarto Poder / Radiografía de “Los guantes amarillos”. Compartimos a continuación el comentario completo de presentación de la prologuista del libro de cuentos del escritor tucumano Manuel Rivas.
El libro objeto con olor a tinta
El tiempo cumple todos los plazos; por eso, para asombro de Manuel, aquí estamos reunidos para descubrir lo que él nos ofrece en su primer libro de cuentos, Los guantes amarillos, libro que tanto ha esperado y que, ahora, por fin, tiene en sus manos. También, yo lo tengo en las mías al objeto libro. Les debo contar que leído una y otra vez los cuentos que lo componen, pero en la pantalla de una computadora. A pesar de conocer el contenido, siento que recién ahora lo estoy aprehendiendo, es decir lo estoy haciendo propio. La materialidad, el contacto físico, le da otro sabor a la lectura. No he tenido tiempo de hojearlo, pero su olor a tinta fresca me está embriagando.
“Manuel Rivas es ante todo poeta”
Antes de hablarles del libro, quiero hablarles de Manuel Ernesto Rivas el escritor, el padre, el amigo, el periodista, el impulsor generoso de la cultura y, en especial, de la literatura del norte argentino, el transformador permanente de las pequeñeces cotidianas en asombrosos poemas. Sí, Manuel es ante todo poeta, a pesar de que hoy, estemos presentando sus cuentos. Y digo esto porque las ideas, las imágenes, los objetos, los ruidos, las brisas y los vientos, el fuego, el frío y las miradas, todo, absolutamente todo lo que afecta o toca el corazón de Manuel, es transformado maravillosamente en poesía. Me lo imagino siendo poeta-padre o poeta-hermano, por ejemplo, preocupándose por su familia y, en simultáneo, por su entorno político-social, sin poner límites a su creatividad en el diseño de tapa de su diario Cuarto Poder o comprometiéndose hasta las manos, como el buen periodista que es, en la producción de contenido.
Veo en él, al amigo de muchos. Un amigo que impulsa, activa, motiva y difunde las creaciones artísticas de escritores, que como en mi caso, carecemos de los recursos económicos o desconocemos el mundillo marketinero y, a pesar de producir, tal vez, literatura o arte con más o menos calidad, no la podemos mostrar. No tenemos los medios o no sabemos cómo hacerlo. Sin embargo, Manuel, en sus páginas digitales hace que las producciones de sus ignotos o poco reconocidos amigos se difunda y se conozca. Ahí, está el germen de su generosidad.
Conocerse a través de la escritura
Hace poco lo conocí de un modo muy particular. Leí sus escritos, poemas, relatos y cuentos que me configuraron su personalidad antes de verlo en persona y, no les miento, antes de ver una foto suya. La magia de la tecnología hizo que coincidiéramos en el grupo de los Eslabones escribiendo bajo presión cada consigna del mundial de escritura. Él me dice siempre que cree en la causalidad, no en la casualidad. Yo pienso igual porque nosotros, los eslabones, que le robamos el nombre del equipo al título del último libro de Susana Gianfrancisco, estamos enlazados por las palabras, tal vez, también, por el espíritu de Susana y por un destino arbitrario y loco o por esas causas ocultas aún no descubiertas por nosotros que han motivado la construcción de una sólida amistad que trascendió las fronteras de las distancias geográficas. Tanto en el taller repentista como en el grupo del mundial, los integrantes, (me atrevo a pensar que todos sienten como yo), navegamos en un mar discursivo hablando en el mismo idioma. Tengo testigos de esto que les digo. Gustavo Díaz Arias (nuestro capitán), Miguel Figueroa, Marita Pilán, Verónica González, María Cristina Guerrero, Susana Noe, los tucumanos que están aquí presentes. Y las chicas de Bs. As. lideradas por la querida Inés Cortón, a quien con inmenso respeto le decimos nuestra “MAESTRA”, que nos están mirando vía INTERNET. No, no es casual que estemos así de unidas personas que nunca antes nos habíamos visto.
Manuel era, para mí, sólo un número de celular. “Manuel mundial”, lo tenía agendado, ni siquiera había registrado su apellido. Hasta que un simple día del 2021, en plena pandemia, ese número se transformó en una cara reconocible, amigable, muy querida y muy valorada.
Desde el Mundial de escritura al prólogo
Me llamaron la atención sus textos del mundial; a él le pasó lo mismo con los míos. A fines del 2021, me pidió que leyera una selección de textos que había hecho pensando en darles formato de libro. También, me pidió que escribiera el prólogo de ese futuro libro al que titularía Los guantes amarillos y otros relatos, título que acortó. Lo hice con entusiasmo y con admiración por su calidad narrativa y por su inmensa generosidad para conmigo y los integrantes de nuestro equipo. Generosidad que se renueva día a día en las páginas de su diario digital al dar espacio e importancia a la cultura y sus hacedores norteños. ¿Ya lo dije? No importa. Lo seguiré repitiendo porque él se lo merece.
A comienzos del 2022, reformulé mi prólogo. A Manuel, se le había ocurrido cambiar unos cuentos por otros, eran 20 en principio, ahora, son 23. Agregó 8 cuentos y sacó otros tantos, cambió títulos. Me hizo releer, borrar y borronear, corregir mis escritos, un montón. Pero, yo me desquité lo puse de penitencia a leer mis cuentos para que fuera él quien prologara mi libro y lo hizo de manera asombrosa. Me da orgullo decir que es él el prologuista de mis cuentos de Selva urbana.
Por qué adquirir “Los guantes amarillos”
Ahora, les contaré qué tiene este libro de Los guantes amarillos que los motive a ustedes a adquirirlo.
En principio, una gran energía vital, que moviliza a la reflexión, a la concentración, al asombro, a la risa y al sonrojo cuando su narrador refleja la sensualidad o el erotismo de los personajes. Este libro tiene vida de la buena y de la mala, tiene chiste, ironía, esperanza; en fin, realidad ficticia que pone en evidencia una realidad real, a veces, dolorosa, cuando, por ejemplo, ya sea en primera o tercera persona la voz narradora nos obliga a prestar atención a la inescrupulosidad de un violador o al desgarro físico y emocional que produce un aborto. Pero, además, tiene fantasía, magia, misterio. Y, si les gusta lo policial, podrán encontrarlo en sus páginas. Manuel nunca deja de lado al cronista investigador, observador intenso y criterioso de su entorno. Tal vez, por esto, sus cuentos penetren en los rincones más escondidos del alma humana. Ya sea para mostrar odio, bajezas o amor.
El tejido amoroso como hilo conductor
Si me preguntan si hay un hilo conductor entre los 23 cuentos del libro, sin pensar mucho, les digo que ese hilo es el tejido amoroso que logró realizar entre las páginas del libro. Tejido que nos invita a retomar los valores tradicionales del esfuerzo, el trabajo, la equidad, el respeto al otro. Es el amor por, sobre todo, en sus diferentes facetas, lo que detecto en cada cuento. También, nos habla de amor el hecho de haber titulado el libro Los guantes amarillos, título tomado de uno de los cuentos. Hay en él ciertas marcas autobiográficas que dejo para que Manuel las devele. No quiero darles más detalles porque, seguramente, en eso se concentrarán tanto Manuel como María Belén, esta menuda joven, pero inmensa poeta que está a mi lado.
La defensa feminista
Sí, quiero destacar los textos que nos remiten a una sana y bien entendida defensa feminista, La fundación de Uriya, texto en el que detecto influencia de Cortázar y más, precisamente, me remite al fabuloso cuento La noche boca arriba, por el juego temporal entre dos épocas, bien definidas, de la historia de nuestra tierra americana. Alabo la calidad narrativa de Manuel para lograr ese clima de tensión, a través de los sueños, que vincula uno y otro tiempo en la vida de la protagonista. No es casual que en el cuento se exprese que Uriya significa, “vientre de mujer” en el que recae el simbolismo de la fecundidad. Por sus cambios temporales o analepsis y por las marcas textuales que nos remiten a Cortázar, la lectura de La fundación de Uriya es un desafío intelectual que no pueden dejar de experimentar.
El cuento Los vientres, también nos muestra el protagonismo de la mujer contemporánea y su título nos remite al mismo lugar simbólico del anterior, es decir, el vientre de la mujer como el sitio de la fecundidad y la esperanza de la conservación de la especie humana. En ambos, La fundación de Uriya y Los vientres las mujeres, que protagonizan las acciones podrían ser definidas como las heroínas del siglo XXI. Mujeres poderosas por la fuerza de su carácter y valientes por las decisiones que guían su actuar y que dejo en suspenso para que se les despierte la curiosidad.
Sensaciones y recomendaciones
Leer este libro me ha emocionado, a veces, también me ha conmocionado y, en algunos casos, me hizo reír mucho. Les recomiendo la lectura de El papelito y Bar pensamiento, que los dejará inmersos en los brazos amorosos de Filos, en el primer caso, y de Eros, en el segundo.
El cuento Los mensajeros, merecería una lectura crítica profunda y sesuda, pero simplemente, les diré que es una delicia no sólo por el juego del cortejo amoroso sino por los ingeniosos diálogos del chateo propio de esta era del virtualismo que entienden mucho los jóvenes de hoy y que nos supera a los entrados en años. Los mensajeros es un cuento extremadamente contemporáneo, ingenioso, divertido, con diálogos dinámicos, graciosos, irónicos y con un final inesperado. Estoy segura de que les despertará una sonrisa cómplice, como lo expreso en el prólogo.
Estrategias narrativas
Las estrategias narrativas usadas por este escritor amigo son variadas. Por ejemplo, en el cuento El hechizo, el sentido del olfato adquiere categoría de personaje. Es a través del perfume que se construye un clima enigmático que mantiene al lector en suspenso. En este cuento, hay intertexto en forma de alusión a un personaje mitológico, Circe. En otros cuentos también aparecen intertextos usados como epígrafes que citan las palabras de Maradona y Ringo Bonavena.
Considero que en este libro hace honor a esa “mentira infinita” como calificaba Cortázar a la Literatura porque su escritor toma un fragmento ínfimo de realidad de cualquier tiempo y espacio y la enriquece con la fantasía.
A la manera de Nicolino Loche, que hacía sus juegos de piernas con sus vaivenes, Manuel hace los mismos jueguitos, pero con las palabras y sus múltiples sentidos, nos da golpes, toques al alma, una y otra vez, sin violencia, con sabiduría y nos marca los puntos estratégicos para sacudirnos en lo más profundo y hacernos reaccionar ante la realidad, la fantasía, la belleza. Nos propina un nocaut al alma que, tal vez, nos afecte a los más sensibles y que, seguramente, les tocará el timbre del round a cualquiera que lea sus cuentos.
Manuel:
No sos un boxeador cualquiera.
Das tus batallas cotidianas
en la vida y por la vida.
Tu único escudo son las palabras.
Tus golpes más certeros, tus crónicas e ironías.
Tu logro más preciado, tus historias y tu poesía.
¡Gracias! A ustedes por su atención y a Manuel por sus cuentos.
*Licenciada en Letras por la UNJu, profesora de Castellano, Literatura y Latín y escritora.