Desde sus vacaciones en Punta del Este, la periodista habló sobre la aparición de sus imágenes prohibidas.
Pasada la crisis de nervios por la filtración de sus fotos prohibidas, Nancy Pazos (47) reflexionó sobre lo sucedido y reafirmó su derecho a gozar de su intimidad como más le plazca.La periodista afirmó: “No sabía cómo hacer para borrar todo, no sabía que me estaba pasando. Me dan ganas de llorar. Vinimos una semana de vacaciones con mis hijos acá. Nunca me pasó algo así, estoy averiguando qué fue lo que pasó. Yo no las publiqué ni puedo dar certeza de nada. Son fotos propias sacadas por el celular y no enviadas a nadie. No las mandé por WhatsApp ni hice nada con esas fotos, solamente las saqué y con menos de una hora de diferencia salieron publicadas”.
“Lo primero que hice fue llamar a mi exmarido y le dije que por favor cuide a los chicos para que no entren en las redes y vean todo lo que estuvo pasando. Yo no puedo decir que fue un hacker o que fue una falla tecnológica. En general, los hackers hacen lo que se les canta y yo no lo hice, esa no fue mi intención. ¡Yo ni siquiera entré a Facebook! Si yo no entré, cómo fue. Y si fue un hacker, tiene que ser uno muy obsesivo que trabaja 24×24. Las fotos se sacaron a las 14 y a las 16 lo tenía a Ángel llamándome para preguntar por qué estaba haciendo eso. En ese momento me cagué de la risa. Pero después me di cuenta de que estaban publicadas en mi Facebook. Es muy angustiante” afirmó la periodista.
Nancy explicó por qué se tomó las selfies desnuda: “Me metí en la pileta, estaba absolutamente sola, esperando a mi pareja para ir a pasear en barco y me puse a hacer topless. Aburrida como estaba, agarré el teléfono y me empecé a sacar un par de selfies (…) Apoyé el teléfono sobre un vaso, busqué un ángulo determinado para que se vea más o menos linda la piscina y empecé a sacarme fotos”. Frente a la comprensión de sus colegas, la panelista agregó: “Hay una especie de sensación de que sólo si sos una sílfide podés tener derecho a gozar de tu cuerpo, y eso no es así. Lo que yo reivindico en el medio de todo esto, y me pongo como carne de cañón, es que en realidad lo que no se banca mucha gente es que uno sea feliz tal como es. Yo me saqué esas fotos porque habíamos estado diez días con 10.000 chicos alrededor nuestro, con mi novio que es un santo, que se bancó todas. Dije bueno, ‘tenemos tres días para nosotros’. El año pasado, lo conté públicamente, estuvimos acá (en Punta del Este) en un hotel nudista”.