En el informe mensual del INDEC se detalló que una familia de cuatro integrantes (un varón de 35 años, una mujer de 31 años, un niño de 6 años y una niña de 8 años) necesita $57.997 para no ser considerada pobre y así poder comer, vestirse y atender sus necesidades básicas. En el país la mayoría de los trabajadores gana menos de $40 mil y los jubilados, apenas llegan a $20 mil.
Mientras tanto, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide la línea de indigencia, tuvo un aumento mensual del 3,6%. De esta manera, una familia “tipo” necesitó $24.575 para no ser considerada indigente.
En la comparación interanual, la CBT exhibió un alza del 42,2%, mientras que la CBA tuvo un ascenso del 46,4%. Ambas cifras superaron a la inflación de los últimos 12 meses, que fue del 40,7%.
Los que zafan
Los únicos que zafan de la pobreza son los empresarios, industriales, gerentes, bancarios, jueces, fiscales y empleados de Tribunales provinciales y federales, jubilados de privilegios y los políticos con cargos en el Estado y sus asesores.