María Amalia Díaz, esposa del detenido ex secretario de Obras Públicas de José López, dijo que no sabía que su marido tenía casi nueve millones de dólares con los que fue detenido la madrugada del 14 de junio pasado en un convento de General Rodríguez.
“Este dinero no era de mi conocimiento y no formaba parte del patrimonio de la sociedad conyugal. Mi estupor y sorpresa por el giro que ha tomado mi vida desde esa noche aún no cesan y realmente no tengo conocmiento de todo ello”, sostuvo la mujer en el escrito que presentó ante el juez federal Daniel Rafecas para cumplir con la citación a indagatoria. La mujer se negó a contestar preguntas.
Díaz también dijo que no formó parte de ningún enriquecimiento ilícito, que no hubiera ayudado a su marido a cometer ese ilícito y hasta contó cosas de su vida privada: “En sí nuestro matrimonio hacía meses que venía en decadencia, teníamos diferencias y yo me sentía muy alejada de él. Yo presumía infidelidad de su parte por lo que asociaba su comportamiento anormal a ello”.
La mujer fue citada a indagatoria por el juez Rafecas por considerarla parte del enriquecimiento ilícito de su marido y presentó un escrito de 15 páginas y se negó a contestar preguntas por su “estado de angustia y depresión”.
“Niego los hechos que se me imputan, nunca ayudé ni participé para que mi marido se enriqueciera ilícitamente. Desde que compartimos nuestra vida y según es mi conocimiento siempre hemos adquirido nuestros bienes con el producto de nuestro trabajo”, dijo en el escrito Díaz.
En la presentación la mujer hizo un repaso de toda su vida en el que contó los bienes que tiene y cómo los obtuvo. “Siempre fue creciendo a partir de mejorar de a poco, con los ingresos fruto del trabajo y las rentas de los inmuebles que se fueron adquiriendo con los años y utilizando préstamos”, señaló.
Relató que en 1989, después de divorciarse de su primer marido, conoció a López cuando era secretario de Obras Públicas de Río Gallegos, cuando Néstor Kirchner era intendente, y ella trabajaba en un juzgado de familia. Se casaron el 8 de julio de 1999 y en 2011 fueron a vivir a la casa de Dique Luján, sospechada de haber sido adquirida ilícitamente.
La mujer contó cómo fueron los días previos a la detención de López: “José ya venía días anteriores demostrando un comportamiento atípico, mostrándose inquieto, ansioso y algo paranoico, manifestaba que se sentía vigilado y perseguido. Me pedía utilizar mi celular en varias oportunidades dado que creía que su teléfono era ‘escuchado'”.
En la versión de Díaz, evitaba el contacto con él porque estaba por rendir su último examen para recibirse de abogada. Por ese motivo el día anterior a la detención ella se fue a estudiar a la oficina de la calle Lavalle pero a las 14 llegó López y le dijo que lo estaban siguiendo y ella se volvió a Tigre y él se quedó en esa oficina.
“A esta altura ya me encontraba bastante molesta por la actitud de José y su falta de comprensión hacia mí dado que yo necesitaba concentrarme en mi estudio. Nos reencontramos para las 17 en el Dique Luján, pero la relación estaba bastante tensa. En sí nuestro matrimonio hacía meses que venía en decadencia, teníamos diferencias y yo me sentía muy alejada de él. Yo presumía infidelidad de su parte por lo que asociaba su comportamiento anormal a ello.
En la cena López, recordó la mujer, le dijo que “no tenía paz o ‘que no encontraba paz'” por lo que le sugirió que hablara con la hermana Alba, “quien era consejera espiritual de ambos”.
Alba, de 95 años y con un mal estado de salud, está a cargo del convento de General Rodríguez. Díaz habló con Alba y luego López le dijo a la monja que iba a ir a pasar unos días al convento.
Según Díaz, cuando López se estaba preparando para ir al convento vio el arma que tenía el ex funcionario. “Me alteré y discutimos”, dijo la mujer, y contó que se fue a la casa de su hija. Alba la llamó para preguntarle si José iba a ir porque era tarde y Díaz habló a las 3:16 por última vez con López para ver cçomo estaba.
“Luego de ello me volví a dormir y fue recién a la mañana que al ver en mi celular tenía mensajes de apoyo. No comprendí hasta que prendí la televisión y me enteré que mi esposo había sido detenido en las circunstancias que dan cuenta la presente causa”, relató Díaz.
La mujer se despegó de su marido: “Jamás lo hubiera ayudado a hacer algo así ni mucho menos a empañar la imagen de la Madre Alba que siempre fue para mí de gran apoyo y guía espiritual”.
La versión sobre el llamado a Alba es el mismo que dieron las monjas que ya declararon en la causa.