Alfaro el basurero | La proliferación de más de 500 basurales en el radio de la ciudad Capital muestran la falta de políticas concretas de erradicación de focos de infección por parte de la gestión de Germán Alfaro.
Un informe lapidario
En febrero, un informe del Observatorio de Fenómenos Urbanos y Territoriales (OFUT) de la cátedra de Urbanismo I de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNT, ya había alertado sobre cifras alarmantes de basurales en el Gran San Miguel de Tucumán.
Se resaltaba que las ciudades de Yerba Buena, donde se genera alrededor de 46 kilos de basura por persona, y la ciudad capital, donde cada ciudadano genera alrededor de 31 kilos. No todos van a la recolección domiciliaria.
Conciencia Ambiental
Un relevamiento realizado por la organización ecologista Conciencia Ambiental Tucumán revela que solamente en la capital tucumana podemos encontrar una cifra cercana a 500 basurales ilegales en la ciudad.
Una cifra más que alarmante cuando tenemos en cuenta que el mismísimo intendente y sus voceros se la pasan hablando del bienestar de los votantes capitalinos. Expresiones en este sentido tuvo el titular de la ONG, Pedro Martínez.
Más escándalos que soluciones
Siempre dicen que del dicho al hecho hay un trecho, en este caso ese trecho parece una distancia inzanjable, teniendo en cuenta lo poco y nada que se hizo en una gestión plagada de escándalos.
Postulaciones de familiares a cargos nacionales, estatuas desaparecidas, baches que parecen trincheras, denuncias de acoso sin ser atendidas, funcionarios que no sólo no cumplieron con sus tareas, son sólo una sucesión.
A los vivos y a los muertos
También podemos poner en esa lista la entrega de ayudas a personas no solamente fuera del municipio, sino peor aún, que no estaban ni en este mundo, eso durante la campaña a diputada de la esposa de Germán Alfaro, Beatriz Ávila.
Integrantes de la organización “Conciencia Ambiental” vienen denunciando hace mucho tiempo la situación que viven los vecinos de Capital en referencia a la proliferación de basurales.
“La histérica escoba loca”
“Nosotros los ambientalistas decimos a viva voz: el proyecto Basurales Cero de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán es un fracaso rotundo. No se trata sólo de usar la ‘histérica escoba loca’, sino que es un trabajo mucho más profundo”.
“Se trata de una tarea de concientización de la ciudadanía y cumplimiento en los servicios de recolección de basura” sostuvo Pedro Martínez, referente de la ONG ambientalista.
No cesan de crecer
El problema de los pequeños basurales a cielo abierto que no cesan de crecer, tanto en extensión como en la cantidad existente, a los que puede verse esparcidos en distintos barrios, ya sea en descampados como en veredas y esquinas.
En los basurales se encuentran bolsas de residuos, ramas y otros desperdicios que algunos vecinos desaprensivos arrojan en forma cotidiana, se ha convertido en problema crónico y muy grave para el municipio capitalino.
Sin planes para erradicarlos
Lo que pareciera es que no existiera la intención de erradicarlos ni tampoco un plan concreto para lograr su desaparición definitiva, con la excepción de algunas acciones aisladas en las que casi nunca se persevera.
Cabría aquí recordar que la Asociación Argentina de Médicos por el Medio Ambiente destacó que, entre otras de las consecuencias de vivir cerca de un basural por un tiempo sostenido, figuran enfermedades como el asma y problemas de neurodesarrollo.
Peligros y enfermedades
Las patologías que mas se atienden como consecuencia de la basura son las infecciones respiratorias, catarros, neumonitis en los niños, problemas gastrointestinales y piodermitis causada por las bacterias, que se presentan en la capa más superficial de la piel.
Los chicos juegan cerca de la basura, vuelven a sus casas y no se lavan las manos. Luego van a comer y ese virus ingresa al organismo produciendo diarreas. Los residuos patológicos potencian esos riesgos.
Plan de acción de largo alcance
Esta problemática debe ser abordada con la urgencia y la seriedad que corresponde, con un verdadero plan de acción con etapas de corto, mediano y largo alcance a fin de evitar que los ciudadanos sigan conviviendo con un peligro tan alto de manera cotidiana.
Más allá de los tiempos que acotan a una gestión de Gobierno, los verdaderos estadistas son los que proyectan acciones que trascienden al tiempo y a los gobiernos. Alfaro adolece de esa grandeza puntualmente en este problema.