Las polémicas declaraciones de José Alperovich sobre postularse para gobernador por dentro o por fuera del Justicialismo, generaron la respuesta de la dupla gobernante. Muchos vieron en las expresiones de Juan Manzur y Osvaldo Jaldo, el fortalecimiento de la repetición de fórmula, basados en la gestión y en el apoyo de las bases del peronismo. “No hay proscripción para nadie”, dijo el mandatario quien ratificó su fórmula con Jaldo.
Fueron varios días de tensión después de las declaraciones de José Alperovich en las que se postulaba para ser el próximo candidato a Gobernador. La respuesta llegó el lunes, a dúo, cuando la dupla gobernante de Juan Manzur y Osvaldo Jaldo, contestaron en conferencia de prensa. “Todos aquellos que quieran ser candidatos y cumplan con los requisitos están habilitados. Aquí no hay proscripción para nadie”, señaló Manzur, ante la atenta mirada de Jaldo, luego de regresar de su gira por los Estados Unidos e Italia.
Manzur, en lo que muchos consideraron una respuesta con una dosis de ironía, saludó la vocación de estar al servicio de los tucumanos.
Por su parte, el vicegobernador señaló que “en democracia somos muy respetuosos de las opiniones, en algunas coincidimos, en otras no coincidimos para nada”.
Pero Jaldo fue más allá al expresar que “Ningún tipo de declaración, ni de espacios propios o extraños, nos van a hacer cambiar el rumbo o distraer. Nuestra prioridad es la gente y sostener las economías regionales, porque así vamos a sostener a los que menos tienen y a los que más lo necesitan”. Con esas expresiones, el tranqueño dejó en claro que la preocupación de la dupla gobernante pasa por la gestión para sostener la repetición de la fórmula en 2019.
Las especulaciones en torno a las posibles declaraciones de Manzur tras su maratónico viaje, eran de apostar a la gestión y señalar que no eran tiempos de hablar de candidaturas. Sin embargo, el tenor de la respuesta es un mensaje elíptico para que Alperovich decida si pelea o no, por la candidatura. Las circunstancias no son favorables, por cierto, para el regreso del ex mandatario, a quien las encuestas no lo acompañan y que observa -sin poder encontrarle la vuelta- el crecimiento de Manzur y Jaldo.
Lejos del calor del poder, el actual senador se pone nervioso, porque no está acostumbrado a estar fuera de la escena política. Las luces le son esquivas y ni siquiera puede contrarrestar su imagen negativa con campañas mediáticas en las que se presenta como el salvador de habitantes de los lugares más recónditos de la provincia. Los tucumanos ya se acostumbraron al otro estilo de liderazgo impuesto por la gestión de la dupla gobernante, en donde las decisiones se toman en base al consenso.
Alperovich amaga con salir por fuera, pero la mayoría de los tucumanos sabe que el camino es cuesta arriba si no se cuenta con la estructura del Partido Justicialista. El mandato de Beatriz Rojkés como presidente partidaria vence en marzo, pero los tiempos electorales se adelantaron por la ansiedad alperovichista.
Las pintadas y las camisetas enloquecieron al senador
Quienes conocen de cerca al ex gobernador José Alperovich, saben que no puede frenar sus impulsos. Acostumbrado a no tener objeciones a su voluntad y decisiones, no pudo soportar que en las comunas rurales y en muchos municipios, hayan aparecido las leyendas “Manzur-Jaldo 2019”.
La orden emanada de un encuentro que había sido presidido por la dupla gobernante, junto a los delegados comunales, trascendió con claridad. Había que realizar esas pintadas. Las manos se pusieron a la obra y aparecieron en distintos lugares de la provincia los nombres de la fórmula que busca repetir.
Pero la cosa no quedó ahí, porque la presencia de Osvaldo Jaldo en uno de los programas televisivos de la mañana, exhibiendo una camiseta de la selección Argentina, con la leyenda Manzur-Jaldo 2019, enardeció a Alperovich, quien no pudo sofrenar su impulso de dar a conocer abiertamente sus pretensiones de regresar a Casa de Gobierno, un deseo que, por el momento, se presenta cada vez más lejano, porque el apoyo que tuvo en su momento se diluye a medida que pasan los días.