Por Pablo Batalla* de Diario Cuarto Poder / Cansancio docente. La derrota de David Toledo en las elecciones de la Agremiación Tucumana de Educadores Provinciales (ATEP), marca el repudio de los maestros hacia la política sindical del Frente Gremial Docente (FGD).
Orugas sobre el pizarrón o blancas palomitas
Haciendo gala de ser dignos herederos de Francisco Isauro Arancibia, los afiliados de ATEP decidieron dar un golpe de timón a la conducción de su sindicato, definiendo mediante el voto en las urnas la no continuidad del secretario general David Toledo.
La elección marcó un nuevo rumbo, como si aquel libro, “La oruga sobre el pizarrón”, escrito por Eduardo Rosenzvaig sobre la vida de Arancibia, se desempolvara de las bibliotecas y acompañara esta transformación en mariposas de esperanza.
Las blancas palomitas docentes protagonizaron una verdadera rebelión que genera preocupación en una dirigencia burocratizada, que no ha generado bienestar entre las bases docentes de todos los niveles y modalidades.
Crónica de una rebelión anticipada
David Toledo fue el continuador de la política sindical aplicada por César Américo Zelarayán, quien se mantuvo dos décadas al frente de ATEP. Su fallecimiento abrió el ciclo de 13 años de David Toledo, que finalizó con la última elección atepista.
La Lista Dorada, Verde, Celeste y Naranja, encabezada por Hugo Brito, fue la que le puso fin con el 38% de los votos. El dirigente tiene por delante una dura tarea de identificación con las bases y recuperación de la confianza dirigencial.
Los afiliados docentes expresaron en las urnas el mensaje de hartazgo de una política sindical que no se tradujo en grandes logros y que los puso en una situación de aumentos salariales en largas cuotas que la inflación se encargaba de licuar.
RESULTADOS DE LAS ELECCIONES
Un sudor frío recorre el Frente Gremial Docente
El resultado de las elecciones en ATEP, generó preocupación entre los dirigentes del Frente Gremial Docente (FGD), debido a que Toledo era el referente más fuerte de ese espacio. Esa inquietud los llevó a actitudes tardías y encontradas.
Desde la Asociación del Personal de Enseñanza Media de Tucumán (APEM), Isabel Ruiz se apresuró a pedir el adelantamiento de los aumentos pactados, ante la creciente inflación. La reacción de las bases docentes fue de incredulidad y repudio.
Por su parte, Edgardo Besone, de la Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (AMET), mantuvo un silencio de radio que no le garantiza la ausencia de críticas a su falta de esfuerzo para mejorar las condiciones de los educadores de su sector.
Una mesa de negociación repetida y desgastada
Por otra parte, hay sectores de la docencia que son ignorados de manera sistemática, desde el gobierno de José Alperovich. Solo por mencionar podemos señalar a la Unión Docentes Tucumanos (UDT), que aún en el presente sigue pidiendo pista.
Otro sector lo representan los maestros privados nucleados en el Sindicato Argentino de Docentes Particulares (SADOP), quienes siempre reclaman su presencia en la mesa de negociación que fija el salario testigo para ellos también.
Las autoridades educativas tendrán que tomar nota de esta efervescencia para no dañar la impecable gestión que viene realizando el gobernador Osvaldo Jaldo, quien ha demostrado una gran cintura en la relación con los distintos sindicatos.
No solo salarios
Para atenuar este descontento de los educadores en la provincia no solo se debe poner la lupa en los incrementos salariales, una cuestión por demás compleja con estos niveles inflacionarios, sino también en otros aspectos de la vida docente.
Titularizaciones, respeto por la carrera docente, capacitación, mejores condiciones de trabajo, son algunos de los temas que deben debatirse en una mesa en donde todos los sindicatos estén representados.
Los docentes, quizás sin quererlo, han hecho realidad una frase de Perón: “Con los dirigentes a la cabeza, o con la cabeza de los dirigentes”.
*Periodista, columnista político.