En el balance de la desastrosa PASO, el presidente Mauricio Macri cargó contra los referentes tucumanos, a quienes trató de chantas y traidores, porque los informes que le daban señalaban que estaban cerca del oficialismo provincial, que le terminó dando una paliza. No vendrá a Tucumán. Sólo Pichetto visitaría la provincia.
Un fuerte puñetazo sobre el escritorio
Ese fue el mensaje gestual del presidente Mauricio Macri sobre el desempeño de Juntos por el Cambio en Tucumán, en la últimas Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Con los números en la mano los trató de “chantas y traidores”.
El mandatario argentino no estuvo conforme con el desempeño en diferentes distritos, pero cargó contra los tucumanos, harto de malos resultados y de promesas de triunfo, desde aquella denuncia de fraude en 2015, que generó un efecto bisagra para la elección nacional pero que nada había para protestar por la gran diferencia que le sacó el justicialismo.
Macri se cansó del verso y las traiciones. En la volteada cayeron los dirigentes José Cano, Pablo Walter y Silvia Elías de Pérez; los candidatos de la lista a diputados nacionales, Domingo Amaya y Alberto “Tito” Colombres Garmendia.
También los intendentes de Cambiemos en la provincia, Germán Alfaro (San Miguel de Tucumán), Mariano Campero (Yerba Buena) y Roberto Sánchez (Concepción). Éstos últimos recibieron el calificativo de traidores.
Alfaro, el traidor reincidente
Fue evidente, con los números de las elecciones en la mesa, que el intendente de San Miguel de Tucumán no le puso el músculo necesario a las PASO.
En el análisis de los resultados se tuvo en cuenta que podría haberse molestado en lo que hace a la decisión de no llevar como candidato a su secretario de Gobierno, Walter Berarducci, que había sido propuesto por Germán Alfaro en la mesa nacional, pero que fuera rechazado para darle paso a la precandidatura de su antiguo socio político, el ex intendente capitalino, Domingo Amaya.
La decisión fue tomada por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Ello lo habría llevado a jugar al quedo.
Pero también se tuvo en cuenta que en las elecciones provinciales jugó arteramente con un salvaje corte de boletas que perjudicó a la candidata a gobernadora Silvia Elías de Pérez en la Capital tucumana.
Alfaro es un traidor reincidente al que nadie quiere en el PRO, pero tampoco en un amplio sector del peronismo, porque el único camino que le queda para la supervivencia, tanto política como de su segundo mandato al frente de San Miguel de Tucumán, es regresar a cantar la Marcha Peronista en la sede de calle Virgen de la Merced.
Campero, sin estatura política
Otro de los considerados traidores dentro del espacio macrista, fue el intendente de Yerba Buena, Mariano Campero. Embebido en la soberbia de haber sido reelecto, privilegió su posicionamiento a la necesidad de unidad de Juntos por el Cambio.
Pensó en 2023 antes que en las PASO. Impulsó una lista encabezada por Manuel Courel y sus funcionarios, perdió en su propia ciudad, y vio romperse en pedazos su sueño de posicionarse para pelear la Gobernación en las próximas elecciones provinciales.
Sánchez, fuera de la pista
El ex piloto de rally y actual intendente reelecto de Concepción, Roberto Sánchez, siguió los pasos de su par capitalino Germán Alfaro.
No sólo porque quedó en evidencia el gran corte de boletas que hubo en las elecciones provinciales, en perjuicio de la candidata Silvia Elías de Pérez, sino también por la desastrosa derrota en las PASO.
¿Todos los intendentes le quitaron el cuerpo al macrismo? Esa es la pregunta que se hacen y se responden en el gobierno nacional.
Sólo vendría Pichetto
El encono contra los tucumanos de Juntos por el Cambio es tal, que se decidió que el presidente Macri no concurra a Tucumán para tratar de revertir los resultados de las PASO.
O sea que los candidatos tucumanos sólo podrían contar con el candidato a vice, Miguel Ángel Pichetto.