Por Julio Denis | Para Diario Cuarto Poder. Mauricio Macri apeló a las promesas más que difíciles de cumplir para tratar de aplacar a un electorado que ya le dio la espalda en las PASO y que muy difícilmente apoye el “milagro” que quiere plantear el presidente para las elecciones de este mes. El peso de lo incumplido es lo que perjudica su campaña.
Macri Pinocho
El Presidente Mauricio Macri llegó a Tucumán en plena campaña electoral y con la intención de tratar de lograr un milagro, revertir la terrible derrota sufrida en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) llevadas a cabo el pasado 11 de Agosto.
Al igual que en la campaña del 2015, que finalmente lo llevara a la victoria, Mauricio Macri tiene la intención de conseguir voluntades por medio de promesas vacías, que nunca cumplirá ni cumplió cuando tuvo la oportunidad de hacerlo.
Gobernando para los grandes grupos económicos, perdonándole la deuda a las distribuidoras de servicios y dejándolas aumentar sus tarifas más de un 1.500%, beneficiando a “buitres” que se llevaron los dólares del tesoro y los desembolsos del FMI y tomando la mayor deuda que ningún país jamás haya tomado con dicha entidad financiera.
Con los índices de pobreza a cuestas
Con los datos sobre el aumento de la pobreza, la indigencia y el desempleo todavía calientes y en un clima enrarecido, donde el primer mandatario eligió la ciudad de Yerba Buena para tener el primer contacto con dirigentes de la misma bandera política, Mauricio Macri pasó por nuestra provincia repitiendo una vez más el “sí se puede”.
“En esta provincia maravillosa donde arrancó todo, acá decimos que la Argentina va para el futuro”, afirmó hoy el presidente Mauricio Macri durante la Marcha del Sí Se Puede en la Plaza Independencia.
“Tenemos muchos problemas por resolver y sabemos que son importantes, pero los problemas que tenemos no se arreglan trayendo el pasado, se arreglan yendo hacia el futuro”, aseguró el Presidente.
Cansados de las mismas promesas
Sin tomar en cuenta que los tucumanos y los argentinos ya están cansados de las mismas promesas, del “hambre cero” de “la llegada de inversiones” de “el bienestar para los jubilados” de la “quita de ganancias” y mucho más de la grieta planteada por Cambiemos para conseguir votos.
Una grieta política pero no social, la gente ya no quiere pelearse más, la gente quiere llegar a fin de mes, ver a sus hijos tener oportunidades de desarrollo, tener trabajo y comida sobre la mesa todos los días.
Macri además pidió que le den “la oportunidad de seguir trabajando juntos”, porque consideró que “tres años y medio es muy poco tiempo para resolver problemas que llevan décadas”.
¿La verdad?
“Quiero decirles que siempre les dije que les iba a ir con la verdad, y la verdad en este país es que vos podes ser parte del problema o parte de la solución, y nosotros, todos juntos, elegimos en el 2015 ser parte de la solución”, remarcó.
El país ya fue protagonista de ese cambio que promete el presidente y miren como resultó: cierre de empresas y Pymes, pérdida de empleos, aumento de la pobreza y la indigencia, índices inflacionarios por las nubes, tarifazos tras tarifazos, demoliendo así los bolsillos y las voluntades de los argentinos.
El presidente destacó que “ahora comienza una nueva etapa, una etapa en la que vamos a poner el foco en el alivio, en la que empieza el crecimiento, la generación de trabajo y la mejora del salario”.
Unidos por el espanto
“Para todo eso necesitamos estar más juntos que nunca”, sostuvo acompañado por el subsecretario de Interior de la Nación y candidato a diputado, Domingo Amaya; el diputado José Cano, la senadora por Tucumán Silvia Elías de Pérez y los candidatos a diputados Natalia Neme, de Santiago del Estero, y Lidia Ascárate y Alberto “Tito” Colombres Garmendia, de Tucumán.
Mauricio Macri brindó su discurso rodeado de referentes provinciales como José Cano, ex titular del fallido Plan Belgrano, devenido en el Plan CoreAno, una gestión plagada de irregularidades y hasta un procesamiento en su contra por supuestas negociaciones con empresario coreanos, sin contar los fallidos, con el de “Zaimán” y su publicidad todo color y página completa nada barata.
También podemos recordad los nulos beneficios que tuvieron los tucumanos por tener a Domingo Amaya como secretario de Vivienda y Hábitat de la Nación. Ya decía mi abuelita: “dime con quién andas y te diré quién eres”.
La Cenicienta
La frutilla del postre del acto llevado a cabo en la Plaza Independencia fue el acto de demagogia más burdo y fingido que tuvo Mauricio Macri con Manuela, una señora que cumplía 72 años y el presidente hizo subir al escenario.
Es sabido que en los cuentos de princesas es el héroe el que besa heroína y no el villano, pero la del lunes fue una “versión libre” de las clásicas historias. “Hoy es el cumpleaños de Manuela, le vamos a cantar todos el cumpleaños”.
Mauricio Macri promediaba su discurso en Tucumán cuando dijo esas palabras y subió al escenario a una señora del público, precisamente Manuela, quien cumplía 72 años.
Mientras el Presidente cantaba el cumpleaños, la señora -bajita, pañuelo amarillo en el cuello- fue llevada desde la tribuna baja hasta el escenario. “¡Aplauso para Manuela!”, dijo un Macri exultante cuando ella ya estaba a su lado.
Sorpresivamente ella respondió: “¡Perdí el zapato!”. Y Macri, a la vez: “¡La Cenicienta, la Cenicienta Manuela! ¿A dónde está el príncipe?”.
Manuela: “¡Te amo, te amo, sos la Patria!”. Entonces Macri fue y le dio un beso en el pie sin zapato y le dijo: “Encontré mi cenicienta, ahora tengo hechicera y cenicienta”.
Dicen que en la guerra todas las estrategias son válidas y para cierta clase política la campaña es lo más parecido a esta, pero estoy convencido que ni todos los besos en los pies y todas las mentiras del mundo van a lograr que los argentinos besemos de nuevo este sapo.
*Analista político