Macri lo hizo | La pobreza cero se transformó en la peor promesa incumplida por la gestión de Mauricio Macri. Cada vez hay más argentinos que atraviesan la línea de pobreza y no hay proyecciones de mejora en el corto plazo. El número de pobres en nuestro país es cercano a las 16 millones de personas.
No tiene tiempo de encontrarle la vuelta
El mismo Mauricio Macri que ahora propone mejoras para la clase media, es el que nunca pudo resolver el problema de la pobreza.
Quizás sus defensores hablen, por enésima vez, de la pesada herencia, pero lo cierto es que la oposición no gobernó estos cuatro años, o sea que las decisiones tomadas por el macrismo no fueron las adecuadas, toda vez que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) informó que, en un año, la pobreza aumentó del 27,3% al 35,4% , mientras la indigencia subió del 4,9 al 7,7%, según los datos del primer trimestre de 2018 y 2019.
De porcentajes a números concretos
Pero pasemos los porcentajes a los números concretos de habitantes y descubriremos con amargura que en la población urbana nacional, el número de pobres pasó de 11.150.000 a 14.400.000: son 3.250.000 nuevos pobres en tan sólo 12 meses. Si se incluye la población rural, el número de pobres se eleva a 15.800.000 personas.
Pero no hablemos sólo de los pobres, si nos referimos a quienes están por debajo de ese rótulo, hallaremos a los indigentes, queines saltaron del 4,9%, un año atrás, al 7,7% en la medición actual. Son 3,1 millón de indigentes: 1.100.000 de nuevos indigentes.
Indicadores contundentes
Las mediciones son superiores a los del segundo semestre de 2018, cuando el INDEC informó una indigencia del 6,7% y un 32% de pobreza.
Según el economista Claudio Lozano, el 35,4% de la primera mitad de este año se divide en un 34,1% en el primer trimestre y un 36,7% en el segundo trimestre, mientras la indigencia sube del 7,1% al 8,3%.
Un deterioro mayor
“Es decir, que de marzo a junio se verificó que la población pobre involucra a 16,5 millones de personas y la indigente a 3,7 millones. O sea, un mayor deterioro que el promedio semestral”, dice Lozano.
Por edades, los niños, menores de 14 años, son los mas golpeados: el 52,6% – 5 millones de chicos– vive en hogares pobres frente al 41,4% de un año atrás. Y la indigencia infantil subió del 8 al 13,1%.
Por regiones y población
El Noreste (NEA) sobresale que una pobreza del 42,4%, con el pico del 46,9% en Resistencia (Chaco). Pero Concordia, en la región pampeana encabeza el ránking con un 52,9%.
Por población, el conurbano bonaerense midió un 39,8%, lo que representan 4.864.475 pobres. Un año atrás fue del 31,9 % sumaban 3.843.746.
En tanto la indigencia aumentó de 745.058 a 1.117.887 personas. Y en la Ciudad de Buenos Aires, hay 429.630 pobres frente 328.669 un año atrás. Aumentó de 11,2% a 14,3%.
Así, en la región metropolitana, con 5.294.105 pobres se concentra más de un tercio de la pobreza urbana total.
La medición más alta del macrismo
Esta medición de pobreza es la más alta de toda la gestión de Macri quien asumió a fines de 2015 con una pobreza del 29%, según las mediciones alternativas (caso Observatorio de la UCA), por la ausencia de índices oficiales de aquel momento.
No obstante, se estima que el presidente Macri concluirá su actual mandato con un nivel de pobreza más alto por el deterioro económico y social del semestre en curso, en especial a partir de agosto, luego de las PASO. Esa medición se conocerá en marzo de 2020.
Cuentapropismo y empleos informales
Este fuerte incremento de la indigencia y de la pobreza se explica por el deterioro de las condiciones de vida de la población como consecuencia de varios factores: caída del salario real, deterioro de las jubilaciones y demás prestaciones sociales, pérdida de empleos, crecimiento del cuentapropismo y de los empleos informales en un contexto de retracción de la actividad económica, retroceso del consumo y de la inversión y caída de poder adquisitivo de la población frente al aumento de la inflación.
La medición del INDEC se denomina de pobreza por ingresos porque toma en cuenta los ingresos de las personas y familias y los contrasta contra el valor de la canasta de alimentos básicos y la canasta básica total.
La comparaciones son contundentes
Esa comparación arroja que los valores de ambas canastas en esos 12 meses, a junio, aumentaron entre un 58,3% y 58,9%, por encima de la propia inflación frente aumentos de salarios y de jubilaciones en torno del 35% y de deterioro de ingresos de los cuentapropistas informales y monotributistas registrados.
De esa comparación surge que los que ya eran pobres ahora son más pobres porque aumentó la brecha de ingreso para superar la línea de pobreza, según la medición del INDEC.
En promedio, el ingreso familiar de los pobres fue de $ 18.437, cubriendo el 60,7% de la canasta familiar. Un año atrás representaban el 63,8%.
Como ese deterioro de los ingresos de la población continuó en los meses siguientes y el empleo siguió en retroceso, se estima que la próxima medición de ambos indicadores sociales del segundo semestre de este año arrojará porcentajes aún más elevados.
El problema seguirá empeorando
La consultora LCG dice que “de cara a lo que queda de 2019, los indicadores de pobreza e indigencia seguramente seguirán empeorando. Los datos del segundo semestre incorporarán la nueva aceleración de la inflación y la consecuente erosión del poder adquisitivo de los hogares. El ajuste por movilidad de las jubilaciones y pensiones no le ganará al alza de los precios y la apertura de paritarias para los trabajadores formales todavía luce muy acotada”.
En tanto Agustin Salvia, director del Observatorio Social de la UCA estimó que “para fin de año habría un nuevo aumento de la pobreza, en torno al 37% o 38%”.
O sea que las proyecciones no son para nada alentadoras y la nueva gestión tendrá que cargar con esta “pesadísima herencia”, pero esta vez del “macrismo”.