Por Pablo Batalla* | Para Diario Cuarto Poder. En la misma jornada en que se recuerda en la provincia el Día de la Memoria y “Nunca Más” en conmemoración del informe realizado por la CONADEP, el intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, compartió un acto con el “carapintada” Aldo Rico, quien se deshizo en alabanzas hacia el jefe comunal.
Nunca Más carapintadas
Esa debería ser la consigna de una sociedad a la que la sangrienta dictadura militar le hizo mucho daño. Sin embargo, aún tenemos casos de hombres que dicen pertenecer a la democracia pero hacen culto y homenaje a quienes representan a la represión.
Es el caso del intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, que organizó un acto para imponer a una calle el nombre de un ex combatiente de Malvinas y lo compartió con el “carapintada” Aldo Rico, como protagonista de esa ceremonia.
Lo más criticable de esta actitud de Campero fue que eligió el Día del Nunca Más, que se conmemora cada 20 de setiembre según ley provincial 8.719 impulsada por el legislador radical Ariel García, en homenaje al informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) presentado por un conjunto de notables encabezados por el escritor Ernesto Sábato y ordenado por el entonces presidente Raúl Alfonsín, quien lo hizo como uno de sus primeros actos de gobierno.
¿Una penosa coincidencia?
Esa penosa coincidencia en la que incurre Campero, desnuda su verdadero pensamiento cuando honra a Rico y agravia al “Padre de la Democracia”.
Desde el entorno del intendente trataron de “despegarlo” del acto, al señalar que Rico fue invitado por las asociaciones militares y organizaciones de ex combatientes de Malvinas a la ceremonia en la que se imponía el nombre de Sargento Mario “Perro” Cisnero a una de las calles de la “Ciudad Jardín”.
Un acto netamente municipal
En este punto de la argumentación y el discurso oficial, tenemos que aclarar que el bautismo de una calle es un acto de Gobierno y que el intendente Campero y sus funcionarios no estuvieron ajenos a la presencia del líder “carapintada” en el lugar.
Al contrario, estaba previsto que ocupara un lugar protagónico y estuviera al lado del jefe municipal, además de hacer uso de la palabra, en donde el ex intendente de San Miguel (provincia de Buenos Aires), no ahorró alabanzas hacia Campero y su forma de gobernar.
En definitiva, la gestión camperista no se puede hacer la desentendida sobre la presencia del carapintada en Yerba Buena.
El pretexto, en todo caso, es la condición también de ex combatiente de Malvinas, pero su intento desestabilizador de la democracia no tiene ninguna justificación y menos si este personaje piensa que actuó correctamente.
No se arrepiente el carapintada
Para colmo de males, el invitado no es un hombre dócil y maleable a las declaraciones. En ese sentido, fue imposible para la gestión de Mariano Campero ponerle una mordaza y, ante la consulta de la prensa sobre si se sentía orgulloso de haber liderado los levantamientos “carapintada”, respondió: “por supuesto”.
Con ello dejó “pegado” el asunto de la insurreción militar en el gobierno de Raúl Alfonsín a un acto de homenaje a un héroe de Malvinas como lo fue el sargento Mario “Perro” Cisnero.
“Este es un paso más que damos con la Comisión de ex combatientes del municipio. Hace algún tiempo se decidió llevar adelante proyectos de ordenanzas vinculados a homenajear a nuestros héroes con el objetivo de consolidar nuestra identidad y poner en valor lo que fue la gesta de Malvinas”, fueron las palabras con las que el intendente yerbabuenense quiso quitar fuerza a la presencia de Rico.
Un justo homenaje
Seguramente el homenaje a Cisnero es de justicia para un hombre que ofrendó su vida en defensa de la Patria, pero se podrían haber elegido mejor los interlocutores para esas honras eternas, y no traer a un personaje que trató de arrebatar la democracia recién recuperada por el valor y el coraje de un hombre como Alfonsín, quien no tuvo inconveniente en trasladarse al lugar de los hechos y hablar, cara a cara, con los insurrectos. Es por ello que decimos con todas las letras: Nunca Más “carapintadas”.
*Analista político