El intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, hizo uso de la facultad que le da la Ley Orgánica de Municipios, para convocar a una sesión extraordinaria. Se escudó en que se deben tratar temas de interés público, pero entre ellos está incluido el incremento en la tarifa de los taxis y en las alícuotas que se les cobra a los habitantes de la “Ciudad Jardín”.
Tranquilamente podría pasar como una broma del “Día de los inocentes”, teniendo en cuenta que la sesión extraordinaria está convocada para este miércoles, a las 9, en coincidencia con esa jornada que la tradición ha convertido en propicia para las bromas pesadas y engaños de todo tipo. Sin embargo, estamos hablando de una realidad. El actual intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, firmó el decreto Nº 1006, en el que establece la convocatoria a una sesión extraordinaria en la que se tratarán temas de interés público. Entre esas problemáticas de tanta importancia se encuentra la incorporación del concejal Rodolfo Aranda, a fin de completar el cuerpo que en el presente delibera con nueve miembros y cuya conducción se encuentra en la persona del concejal Benjamín Zelaya, la vicepresidencia primera en manos de Lucas Cerúsico y la vicepresidencia segunda en poder de Héctor “Pilón” Aguirre. O sea que la preocupación de Campero pasa por equilibrar fuerzas dentro de un cuerpo deliberativo que ya no controla.
La otra cuestión de tanta urgencia que señala en la propia convocatoria, que también firma su jefe de gabinete, Manuel Courel, pasa por la aprobación del proyecto Fiscal Anual y las prórrogas del Presupuesto Municipal y del TEM, que no tiene otra finalidad que la recaudatoria, imponiéndole a los vecinos más contribuciones.
En este punto, el atribulado habitante de Yerba Buena, que no está exento de los “tarifazos” y la presión fiscal que ocurre en otras jurisdicciones, ya no gana para sustos. Y menos cuando el siguiente punto, también considerado de interés público, tiene relación con el ajuste en las tarifas del servicio de taxis de esa ciudad (SAAYB).
“También surge la necesidad concreta de la actividad de la prestación del servicio público de pasajeros (SAAYB), a los fines de garantizar la misma y adecuada a las reformulaciones que vienen realizándose en otras ciudades de la provincia”.
Aquí el intendente Campero muestra que su espejo y ejemplo a seguir no es otro que su par de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, a quien no le tembló el pulso para aplicar un incremento del 34,5% en el servicio de colectivos, mientras que también otorgó una suba para el servicio de taxis de la Capital. Por lo menos hay coherencia dentro del Acuerdo para el Bicentenario (ApB), en lo que hace al incremento de las tarifas y a propinar golpes a los alicaídos bolsillos de los vecinos. Ese es el “Cambiemos” que tiene desalentados a aquellos que confiaron en la juventud de Campero, en el empuje y en el discurso electoral en el que prometía que iba a terminar con todo aquello que representaba su antecesor, Daniel Toledo, un hombre muy cercano al “alperovichismo”.
Sin embargo, Campero, a quien muchos de los vecinos llaman “Toledito” para marcar las similitudes en el accinar y diferenciar las estaturas físicas, cometió los mismos pecados que el ex intendente. Abusó en este corto tiempo de las adjudicaciones directas, lo que le generó muchos dolores de cabeza y denuncias judiciales; designó parientes en una actitud nepótica que antes había criticado con dureza; y cayó en la misma soberbia que le impide dar explicaciones a los representantes de los vecinos que están sentados en el Concejo Deliberante.
Para colmo de males, en un año en el que cometió todos los errores que tendría que haber dosificado a lo largo de una gestión de cuatro años, cierra el Bicentenario de la Independencia Argentina con nuevos “tarifazos”.
Muchos creen que este nuevo paso sólo pone en evidencia su impericia y falta de tacto, justamente lo que no supo o no sabe copiar de Alfaro, aunque también al “lord mayor” le haya afectado la imagen la suba del costo del transporte público. Sin embargo, el intendente capitalino supo compartir ese precio con los ediles leales.
Por lo pronto esto que podría ser una broma del “Día de los Inocentes”, es una cruda realidad de los tiempos críticos que corren.
Un costo que nadie quiere pagar
El incremento en las tarifas del servicio de transporte y en las alícuotas que pagan los vecinos de Yerba Buena, es un costo que seguramente no se le atribuirá sólo al intendente Mariano Campero, quien es el que firmó el decreto 1006, sino también a los ediles que acompañen esa iniciativa. Es por ello que desde el Departamento Ejecutivo necesitan que ocupe su lugar en el cuerpo deliberativo, el oficialista Rodolfo Aranda, quien con toda seguridad acompañará las propuestas de Campero. Se espera que los concejales que integran el denominado Grupo de los Cuatro, a los que podría sumarse el edil Lucas Cerúsico, no estén de acuerdo con los puntos más polémicos establecidos para el tratamiento en la sesión del “Día de los Inocentes”. ¿Podrían pedirle a su par Pedro Albornoz que se baje de la moto? Esa es la otra pregunta.