A los avatares reflejados por Diario Cuarto Poder sobre los eventos sin control en Casa Histórica, se sumó la inacción para reponer el tradicional Espectáculo de Luz y Sonido. También la falta de control sobre los recursos que se generan en el museo nacional más importante del país.
Silencio en la amplia casona blanca de puertas azules. No se filtra ningún ruido desde sus ventanas por siempre cerradas. ¿No se oyen los ecos de los próceres, el rumor de la independencia naciente hace doscientos años? No. Tampoco aparecen las variaciones cromáticas y las palabras del tradicional Espectáculo de Luz y Sonido. ¿Qué sucedió con esta tradición que llevaba más de 46 años ininterrumpidos?
Desde fines de mayo de este año, autoridades del área de Cultura de la Nación, específicamente desde la Secretaría de Patrimonio, a cargo de Américo Castilla, informaron que la Casa Histórica permanecería cerrada por espacio de 45 días para realizar una intervención museológica, que permitiera a los visitantes una mejor experiencia turística. Ello implicaba el desmantelamiento de los elementos utilizados para el “Espectáculo de Luz y Sonido”. El Ente Autárquico Tucumán Turismo (EATT), encabezado por Sebastián Giobellina, no tuvo reparos, porque había conseguido el financiamiento desde el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MINCyT) para renovar y modernizar ese atractivo turístico que, entre otras cosas, garantiza una jornada más de estadía de los visitantes a la provincia.
Lo curioso es que, cuando se reabrió el museo, no se habló nada del tradicional espectáculo, pese a que existió un compromiso de Castilla para que ese atractivo fundamental de la Casa Histórica, sea repuesto junto con la mencionada reapertura.
Transcurrieron seis meses de las gestiones realizadas por Giobellina, quien también elevó tres propuestas, para que sean elegidas por las autoridades de Cultura de la Nación, a fin de que los recursos otorgados por el área de Ciencia y Tecnología se aplicaran al objetivo de remozar el espectáculo y ponerlo a disposición de los turistas y de los propios habitantes de la provincia. También se ofreció la rediscusión de la administración del espectáculo, que hasta antes del cierre de la Casa Histórica para su mantenimiento, estaba en manos del Ente de Turismo.
Sin embargo, desde la Secretaría de Patrimonio se hizo silencio de radio ante los continuos llamados y pedidos de audiencia realizados por Giobellina, quien se mostró preocupado por la falta de semejante atractivo turístico, y justamente en coincidencia con los festejos por el Bicentenario de la Independencia Argentina.
La insistencia de Giobellina tuvo resultados, porque el lunes 3 de octubre fue recibido por Castilla, quien le habría expresado que recién están analizando quién haría el nuevo guión del espectáculo. La respuesta marca una gran irresponsabilidad del gobierno nacional que, en el año del festejo más importante de los últimos tiempos a nivel nacional, se dio el lujo de dejar de lado un atractivo que está cerca de cumplir medio siglo de tradición.
Es impensado que un visitante se resista a observar y sentir el espectáculo que pone luces y voces a los sucesos que nos dieron libertad. El daño generado al área turística no sólo se remite a la ausencia de este atractivo, sino a que los recursos que se generan por él se vuelcan a la promoción de la provincia como destino de visitantes, tanto nacionales como internacionales.
La postura asumida desde el Ente Tucumán Turismo es la de insistir ante las autoridades nacionales para garantizar la continuidad del Espectáculo de Luz y Sonido, un sentimiento que comparten los tucumanos, quienes consideran el espectáculo como una marca registrada de lo que se ofrece a quienes quieren estar en contacto con la historia viva de los argentinos.
La falta de control de eventos
La ausencia del Espectáculo de Luz y Sonido contrasta con los múltiples eventos que se contrataron en la Casa Histórica y que, según señaló el propio Ministerio de Cultura de la Nación, están bajo la coordinación de la Asociación de Amigos del Museo Casa de la Independencia. Las quejas de los vecinos por los ruidos molestos hasta altas horas de la madrugada, además de la publicación en Diario Cuarto Poder, generaron un comunicado oficial, en el que se desligaron de la autorización a una de las fiestas más bullangueras que se desarrollaron en el tercer patio, además de recordar que se debe pedir la autorización por escrito con 30 días de anticipación.
Lo cierto es que las voces de la Independencia fueron reemplazadas por los ruidos molestos y las luces, por cierto, se han alejado en el momento en que más tenían que brillar.
Recaudación por entradas: el juego del millón
Pese a que la Casa Histórica permaneció cerrada por 45 días este año, estuvo dispuesta para la visita de los turistas en el mes de julio, el más importante en este año del Bicentenario de la Independencia. Es por ello que no llama la atención que en ese mes, se hayan recaudado sólo en venta de entradas, alrededor de un millón de pesos. Los recursos, según se confirmó, son manejados por la Asociación Amigos del Museo Casa de la Independencia.
Resta saber si estos fondos que se generan, sumados a los que ingresan en concepto de recuerdos y merchandising -también manejados por la mencionada asociación-, son controlados por el Ministerio de Cultura de la Nación. Si ocurre lo mismo con los eventos que se contratan para el tercer patio, muchos de los cuales no tienen la autorización de la Dirección Nacional de Museos, sería necesaria una urgente auditoría. Sólo para garantizar la transparencia en el manejo de un museo que es parte de todos los argentinos y, en especial de los tucumanos. Habrá que esperar que los ruidos abandonen la Casa.