La doctora Adriana Di Siervi y su equipo del Laboratorio de Oncología Molecular y Nuevos Blancos Terapéuticos del IBYME están en la última fase de las pruebas, que se interrumpieron en marzo por la pandemia. La Agencia I+D+i eligió a su trabajo como uno de los 24 PICT Start Up que recibirán un subsidio estatal para su culminación.
Las últimas estadísticas publicadas sobre cáncer en la web del ministerio de Salud son de 2018. Las mismas ubican a nuestro país con una tasa de incidencia de casos media-alta: 212 casos cada 100 mil habitantes (con excepción del de piel no melanoma). El más común es el de mama, con una tasa de 73 casos cada 100 mil mujeres. En varones, el de próstata alcanza a 42 cada 100 mil. Es precisamente contra estos dos tipos de tumores que se propone enfrentar la doctora Adriana Di Siervi. Para eso, junto a su equipo del Laboratorio de Oncología Molecular y Nuevos Blancos Terapéuticos (LOMNBT) en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME) idearon un innovador kit con nanopartículas para el diagnóstico de cáncer.
Culpa de la pandemia, por el momento están en modalidad “home office”. “Sólo se priorizan los grupos que trabajan con Covid-19. Los que hacemos oncología tenemos que esperar un poco para volver”, señala Di Siervi. Sin embargo, es un momento de buenas noticias para ella: la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) eligió a su trabajo como uno de los 24 Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica Start Up que recibirán un total de 34 millones de pesos en subsidios para financiar sus desarrollos. Estos proyectos PICT Start Up están orientados a promover la transformación de los conocimientos y habilidades acumuladas por un grupo de investigación, en nuevas competencias tecnológicas aplicables en el mercado de productos, procesos o servicios, para los cuales exista una demanda social o un mercado comprobable.
El desarrollo, explica, “es un método para diagnosticar la enfermedad de manera rápida y sencilla, y que complemente a otras herramientas que normalmente se utilizan. Por ejemplo, cuando una persona mayor de 50 años va al consultorio de un urólogo ya sabe que le van a mandar a hacer el PSA, el estudio para determinar si tiene o no la posibilidad de desarrollar un cáncer de próstata. Nuestro objetivo es que, además, lo mande a testearse con nuestro kit”.
-¿Por qué?
-El PSA tiene mucho error, no es infalible, aunque es el mejor marcador que tenemos actualmente. Entonces proponemos este kit para que mejore el diagnóstico y lo de con mayor exactitud. Si las dos cosas dan mal, ahí sí pasar a la biopsia trans-rectal prostática, que es la que molesta al paciente y es engorrosa de hacer. Es una herramienta más para acertar el diagnóstico.
-¿Y en cuanto al cáncer de mama?
-Es lo mismo. Una ginecóloga normalmente manda a hacer una mamografía, que también tiene un margen de error, un PAP y otros estudios. Además de eso, le pedimos que les manden a hacer esto, que es re sencillo.
-¿Cómo es?
-Lo único que se debe hacer es sacarle un poquito de sangre al paciente. Y con ese análisis, se puede determinar si hay una mayor probabilidad que haya cáncer de mama. Es una herramienta más para mejorar el diagnóstico. La ventaja es que es más exacta, no es engorrosa ni invasiva. El método se llama “biopsia líquida”, porque en vez de sacar un pedacito de órgano, se hace con sangre.
-¿Qué es lo nuevo de su desarrollo?
-Lo que detectamos son unas moléculas llamadas microRNA, que están alteradas en los pacientes que tienen cáncer. Lo que hicimos en todos estos años es ver que microRNA están alterados en los pacientes que tienen cáncer de próstata y cuáles en los que tienen cáncer de mama. Con eso haremos el kit.
-¿Esto reemplazaría a la mamografía o el PSA?
-No. Ayudaría. Otra de las ventajas de este método es que podés diagnosticar a la paciente cuando tiene el tumor imperceptible para una mamografía. Es decir, que aunque sea muy pequeño se puede detectar. El cáncer se diagnostica muy precozmente y ahí aumenta un 100% la sobrevida de la paciente. Porque se empieza a tratar en ese momento.
-Lo mismo en próstata.
-Exactamente. No lo va a prevenir, pero si a diagnosticar tempranamente. Se verá cuando por otra tecnología de imagen no se puede ver. Y eso hace que el paciente se vuelva curable, porque no es lo mismo que agarrarlo cuando está avanzado.
Cuando se desató la pandemia, el equipo (compuesto por las licenciadas Paula Farré, Rocío Duca, Karen Graña, Alejandra Ross Berardi, los doctores Nicolás Dalton y Diego Pallarola, las doctoras Cintia Massillo, Flavia Piccioni, Paola de Luca y Marina Simian, las médicas Georgina Scalise y Juana Moro y el contador Daniel Farré) estaba terminando la fase de validación. “Si no hubiera sido por el coronavirus, ya la tendríamos finalizada”– lamenta Di Siervi. “Pasamos la fase 1 en animales de laboratorio y en cultivo de células. También la fase 2, exploratoria, y la que estamos llevando a cabo es aquella que va a determinar cuáles son los microRNA efectivos para el diagnóstico. Una vez que terminemos, empezaremos a desarrollar el prototipo. Para eso obtuvimos este subsidio PICT Start Up”.
-¿Quién lo va a producir?
-En el medio de todo el trabajo fuimos seleccionados por una empresa que se llama Emprende ConCiencia, que es una especie de incubadora. Lo que hacen es seleccionar proyectos que tienen potencial y capacitar gente para poder desarrollar el producto y después transferirlo, o no, a una empresa. Hay dos opciones, o podemos establecer la empresa nosotros, cosa que dudo que hagamos, o transferir la tecnología a una para que lo haga en gran cantidad, pero todavía no sabemos a cuál…
-¿Será más económico que un examen de próstata o mama normal?
-El costo es más o menos lo mismo que una mamografía, por ejemplo. Pero la ventaja es que habrá dos herramientas para diagnosticar. Va a ser más certero. Estamos en colaboración con un grupo de la UNSAM (Universidad de San Martín) que actualmente están haciendo una pasantía en el Instituto Max Planck de Alemania. Ellos están desarrollando la parte de nano partículas. Es decir, la detección de microRNA de la sangre con nanopartículas como si fuera un test de embarazo, con barritas que cambian de color. Lo que nosotros queremos generar sería algo parecido. Un método que sea barato, que “puentée” técnicas muy desarrolladas como la llamada PCR en tiempo real, que es más sofisticada y hay que tener un equipo específico. De esa manera lo podría hacer un bioquímico en cualquier laboratorio y eso sería una gran ventaja.
fuente: infobae