El veganismo se instala como estilo de vida y la búsqueda de productos cruelty free excede a quienes levantan las banderas de los derechos de los animales y hoy alcanza a personas omnívoras que, sin embargo, buscan opciones más sanas de alimentarse. Las nuevas “carnes” surgen de tomas de células animales.

Tienen sabor a carne, aspecto de carne, huelen a carne, pero no tienen carne. Las cadenas de hamburguesas, de un tiempo a esta parte, se lanzaron a conquistar a un público que naturalmente les es esquivo: el conformado por las personas que no comen carne, ni ningún producto de origen animal.

En paralelo, comenzaron a surgir locales de “comida rápida” con chefs veganos al mando de sus cocinas, para satisfacer la demanda de comensales cada vez más exigentes.

Pero hoy, con el lanzamiento de hamburguesas “sin carne pero con sabor a carne” por parte de grandes cadenas, el foco dejó de estar puesto en las personas que no consumen nada de origen animal: “Se apela a los omnívoros; a la persona promedio, se crea un alimento que ya están consumiendo, con la salvedad de que está hecho en base a plantas o células”, analizó la investigadora en sociología de la Escuela Superior de Artes y Ciencias de Harvard Nina Gheihman.

Plantas o células. He allí el novedoso -y revolucionario- concepto que aún está en desarrollo, pero se espera que llegue al mercado a partir de 2021: la carne basada en células, también llamada “limpia”.

El enfoque de “carne” a base de plantas, liderado por compañías como Impossible Foods, la que está detrás de Impossible Burger, y Beyond Meat, ambas con sede en California, combina verduras ricas en proteínas como arvejas y soja para replicar el sabor, la textura y el aspecto de la carne. La “sangre” en la hamburguesa Beyond Meat, por ejemplo, es jugo de remolacha. La textura y el sabor similar a la carne de la hamburguesa proviene de la levadura modificada genéticamente que se utiliza para crear el ingrediente central de la hamburguesa, la leghemoglobina de soja, o “hemo”.

Según reseñó The Harvard Gazette, en tanto, el enfoque basado en células, liderado por compañías como Memphis Meats y Mosa Meat, es “ciencia ficción hecha realidad” en un laboratorio. Los investigadores toman células de animales como vacas, pollos o pavos y cultivan productos específicos: es carne real pero su producción no daña a los animales.

El ingeniero Martín Piña, director de la carrera de Ingeniería en Alimentos de Fundación UADE, explicó que “hace alrededor de 20 años la NASA empezó el estudio para producir carne autosustentable en el espacio para los astronautas y hace diez años, en 2009, arrancaron varias compañías a investigar”. “El estudio tiene mucho de biotecnología; se extrae una célula del tejido de una vaca y se pone en un medio de cultivo con las condiciones necesarias para que se reproduzca, lo que lleva a que se forme el tejido in vitro”, puntualizó el especialista.

Y tras asegurar que “recién en marzo de este año la FDA y la USDA se pusieron de acuerdo para trabajar el marco normativo legal para comercializar este tipo de productos”, destacó que “por el momento son sólo investigaciones”.

Sobre los motivos que llevan a la industria cárnica a elaborar estos “sustitutos” de la carne animal, Piña consideró que “va más allá del público al que quieran apuntar”. “La agricultura 2.0 se plantea más por una cuestión medioambiental y de trato animal -señaló-. Reducir las emisiones de dióxido de carbono y metano que generan los animales y eliminar los costos de mantenimiento de los feedlots es un objetivo central en este tipo de desarrollos”.

fuente. infobae

Comments

Comentarios