Esta tarde se confirmaron dos nuevas muertes por coronavirus en la Argentina. Se trata de una mujer de 54 años, vecina del partido de San Miguel, provincia de Buenos Aires, quien estaba internada en el Hospital San Miguel Arcángel; y un hombre de 87 años, de Campana, quien permanecía en grave estado en el Hospital Municipal San José. Tras estos fallecimientos, el número de víctimas fatales en el país asciende a 41.
Desde el municipio de San Miguel ratificaron la noticia a través de Twitter: “Lamentamos informar que esta mañana falleció una vecina de 54 años, con coronavirus y factores de riesgo asociados, quien se encontraba internada en el Hospital San Miguel Arcángel. Esta noche, como es habitual, publicaremos la actualización de casos”.
El hombre de 87 años falleció pasado el mediodía tras sufrir una descompensación luego de permanecer durante varios días internado en el Hospital Municipal San José de Campana. Es la tercera muerte por coronavirus en el municipio.
Dichas confirmaciones se suman a otras dos, acontecidas en la noche del jueves y durante la mañana del viernes. Los pacientes que perdieron la vida son Francisco Marín, un reconocido médico de 60 años de la municipalidad de Resistencia, de Chaco, y un hombre de 65 años que vivía en la provincia de Tucumán.
Marín había sido hospitalizado hacía seis días en el sanatorio Femechaco de la capital provincial, y transitaba por un delicado estado de salud con la capacidad pulmonar disminuida.
La muerte se produjo poco después de las 20 del jueves en la capital provincial. De acuerdo a la investigación epidemiológica, Marín había mantenido contacto en su consultorio privado de Villa Don Enrique con otros dos pacientes que se enfermaron con COVID-19: una de ellas había sido la abogada Ana María Tonzar (63), quien fue una de las seis víctimas fatales previas de Chaco. A su vez, Tonzar había compartido mate con la “paciente cero” de la provincia. Otro de los contactos que había realizado fue con la secretaria de otra de las personas fallecidas en el distrito.
El médico tuvo síntomas de la enfermedad en los primeros días del contagio, pero se negó enfáticamente a ser internado y optó por aislarse con un tratamiento domiciliario. Lo cierto es que ese rechazo a recibir una atención hospitalaria fue determinante para que se produjera el fatal desenlace, según indicaron fuentes sanitarias.
fuente: infobae