En el corto plazo y por la menor disponibilidad de hacienda vacuna, se estima que habrá una nueva suba de precio en los distintos cortes de carne vacuna. De esa manera se suma un nuevo problema tanto al gobierno como a los consumidores ya que la inflación no deja de dañar la economía de los argentinos.
En enero, las cotizaciones de todas las categorías en el Mercado de Liniers registraron subas aunque no tuvieron impacto en los precios de venta al público. Pero la falta de cabezas de ganado creará un cuello de botella en las próximas semanas, lo que llevará a novillitos y vaquillonas a superar la barrera de los $300 por kilo vivo, según anticiparon consignatarios de ese predio ferial.
Estas proyecciones se conocen mientras el Gobierno nacional busca cerrar un nuevo acuerdo de Precios Populares en carne y empieza a implementar el Plan Ganadero 2022/23.
Hoy comer un buen asado, con costilla de la palomita de primera, cuesta arriba de los $1.000 el kilo; mientras que las ofertas que hay en los supermercados no superan los $700, pero se trata de una carne de menor calidad, lo que se aprecia en el gusto y consistencia de la carne, además de contar con mucha grasa y huesos (costillas) grandes.
“En marzo habrá un ajuste en los precios de la hacienda, que puede llegar a los $25 pesos por kilo”, reconoció un operador habitual de Liniers. De cumplirse este pronóstico, las subas en las carnicerías podrían llegar a los $100 por kilo.
fuente: benegocios