El allanamiento a la propiedad de Cristina Kirchner en El Calafate dejó un saldo de 94 cajas con diferentes objetos secuestrados, una camioneta Honda incautada, espacios semivacíos por los bienes que se retiraron de la vivienda y un sector del subsuelo completamente roto.
Las fuerzas federales estiman que los más de cien objetos secuestrados podrían tener un valor de 10 millones de dólares: incluso la ex Presidenta perdió los bastones presidenciales que tenía allí ─incluyendo seguramente el que no quiso entregarle a Mauricio Macri en diciembre de 2015─, collares de la Orden, cuadros, plumas de plata y dagas, entre otros.
Todo está en el juzgado de Claudio Bonadio. El abogado de la ex Presidenta, que supervisó los allanamientos en el Sur, pidió que en el acta se deje constancia de los espacios que quedaron deteriorados, rotos, por los procedimientos que realizaron Gendarmería Nacional y la Policía Federal en la residencia de El Calafate. Sólo así recibiría la llave.
La casa, rodeada por álamos plateados, ya no cuenta con la cinta de “clausurado” con la que se la observó los últimos tres días, mientras una camioneta de las fuerzas federales custodiaba su acceso principal. La propiedad volvió a la “normalidad”. El operativo fue ordenado por el juez Bonadio en el marco de la causa de los cuadernos de la corrupción.
La Justicia busca determinar la ruta de los más de 200 millones de dólares que el gobierno kirchnerista ─según la acusación judicial─, recaudó de diferentes empresas contratistas del Estado entre 2008 y 2013 mayoritariamente.
El magistrado y el fiscal Carlos Stornelli buscan por un lado un resguardo económico ante un eventual embargo, y también determinar si parte de los objetos de valor secuestrados “podrían haberse adquirido con fondos ilícitos”, explicaron fuentes judiciales.
Según cálculos de las fuerzas federales, el valor que se le podría asignar a los bienes que hoy están manos de la Justicia rondaría los 10 millones de dólares: hay cuadros originales (firmados y con certificado de autenticidad), esculturas, objetos de oro y plata y algunos regalos presidenciales.
Incluso, en manos del juez también quedaron los bastones presidenciales que recibieron Néstor y Cristina Kirchner.
Las fuerzas federales podrían haber sacado más objetos, pero no hubo espacio para trasladar tantas cosas y se eligieron aquellos bienes de mayor valor, bajo la presunción de que se podrían “haber adquirido con fondos ilegales producto de las coimas”, indicaron fuentes de la causa.
El juez Bonadio analizará el contenido de las cajas y decidirá si requerirá de la intervención de cuerpos especializados para el trabajo que queda por delante, entre ellos una posible tasación para asignarle un valor oficial a todo lo que se retiró de la casa de Cristina Kirchner.
Entre los objetos que se secuestraron, se encuentran algunos de valor histórico: una carta de puño y letra del general don José de San Martín dirigida a Bernardo O’Higgins, cuya conservación se realiza con un papel especial (antihumedad) y está enmarcada y protegida por un vidrio.
También se secuestró un documento original de Hipólito Yrigoyen, “una suerte de prontuario”, indicaron fuentes judiciales.
fuente. clarín