El Presidente siguió de cerca las manifestaciones y en la charla con los ministros se evaluó que hubo un alto componente del “discurso de la infectadura” y que el mensaje no le hizo “nada bien” a la cereralera Vicentín; también se habló del riesgo de contagio.

El Gobierno siguió con atención el “banderazo” que se realizó en diferentes puntos del país contra la expropiación de Vicentín y en la lectura preliminar que hicieron varios funcionarios figuró la idea de que existe una “sensación de cansancio de la gente por la cuarentena” mezclado, con lo que entienden, un “fogoneo” de la oposición desde la mirada de la “infectadura” que habían denunciado tiempo atrás.

Lo miró por TV

El presidente Alberto Fernández miró por televisión desde la quinta de Olivos las protestas rurales en las rutas y en distintas ciudades del país. Se comunicó con algunos ministros y en la intimidad de las charlas lo primero que saltó a la vista en la lectura del Gobierno fue una frase reiterada: “Qué peligro de contagios”, dijeron al menos dos ministros que hablaron con el jefe de Estado.

Se referían así a la multitud de gente que sin mantener el distanciamiento social obligatoria para evitar contagios de COVID-19 estaban apostadas en las protestas y en muchos casos sin barbijos. “Está bien que la oposición se manifieste pero es una lástima que se pongan en riesgo ellos y el resto”, dijo un funcionario.

Peligro de contagios

Se referían así a la idea que hay hoy en el Gobierno de no sólo extender la cuarentena más allá del 28 de junio sino también en volver a una fase más rígida de asilamiento social al menos en el AMBA.

Desde una lectura más política, allegados al presidente Alberto Fernández admitieron que es muy probable que la protesta del campo y que se repiquetó en varias ciudades del país tenga relación con cierto grado de “cansancio de la gente con una cuarentena muy larga”.

Fogoneo opositor

Pero inmediatamente en la Casa Rosada evaluaron que hubo en todas las protestas del campo un “fogoneo de la oposición”. Y creen que allí se mezcló la causa Vicentin con el discurso anticuarentena y el mensaje de “infectadura” que habían elevado hace unas semanas un grupo de intelectuales. No se mencionó a ningún dirigente en particular. Pero saben que desde la oposición hay figuras emblemáticas que enarbolaron esta bandera contra la expropiación de Vicentín.

También en el Gobierno creen que la imagen del banderazo tiene un alto componente de antiperonismo o antikirchnerismo. Es lógico: muchos referentes opositores saludaron y apoyaron abiertamente esta muestra de rechazo a la intención del Presidente de expropiar la cerealera santafesina.

Flaco favor a Vicentín

Por otra parte, en la lectura inmediata que hubo esta tarde en Olivos y desde diferentes conversaciones virtuales que cruzaron varios ministros, se evaluó que este banderazo opositor “no favorece a Vicentin”. Es que en el esquema plasmado por la Casa Rosada sobre la situación económica de la empresa exportadora de granos se piensa que “si el Estado no actúa la compañía se termina de morir” y con ello miles de fuentes de trabajo.

En el mensaje oficial subyace una reiterada señal que quiere dar el Gobierno y es que en el caso Vicentín no hay una decisión del Estado de avanzar contra la propiedad privada sino “salvar una empresa que tenía severos vicios en la toma de deuda con la banca estatal”, como dijeron. Así, se busca desalentar la idea de que esta estrategia se repetirá en otros casos.

 

fuente: infobae

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