“¡Todavía me entra!”. Visiblemente emocionado, Agustín Aliaga volvió a vestir su dedo anular que pasó 37 años desnudo. La instructora de buceo argentina que un mes atrás había encontrado un anillo de bodas en aguas del Mediterráneo se reunió con él y se lo entregó. “Nos abrazamos y nos emocionamos todos. Yo temblaba como un flan, pero fue hermoso. Es lindo saber que la gente se ama a pesar de los años”, relató Jessica Cuesta, que con su hallazgo fue la artífice de esta historia de película. Y agregó: “Lo más importante fue que todavía le entraba. No fue necesario advertirle que lo tiene que cuidar, él ya lo sabe”.
La historia, de amor y con final feliz, tuvo su eco inmediato. La difundieron los medios españoles, pero en cuestión de horas se viralizó y repercutió de manera especial en Argentina. Es que una de las protagonistas es de nuestro país. Cuesta, nacida en la localidad bonaerense de Don Torcuato, da clases de buceo en la isla de Benidorm, España, desde hace 16 años. Un mes atrás, durante una de sus excursiones submarinas, encontró una alianza en el fondo del mar. Y no dudó en tratar de devolverla. Luego de varios intentos y tras movilizar a miles de personas a través de mensajes en Facebook, Cuesta logró hallar al dueño de la alianza. El hombre la había perdido hace 37 años y ya había perdido todas las esperanzas de recuperarla
Ayer fue el día del reencuentro. La pareja de Agustín y Juani Aliaga viven en Zaragoza, a 400 kilómetros de distancia de donde vive Jessica. Por eso, junto con su marido, viajaron en auto durante cuatro horas y media para entregarle en persona el anillo perdido. “En un momento pensé en mandarla por correo, pero quería verlos, conocerlos, me ilusionaba ver cómo después del tiempo que pasó pudieron recuperar el símbolo de su amor y que todavía sigan siendo una feliz pareja. Por eso decidimos ir”, cuenta la mujer a Clarín, todavía emocionada.
Y con todo eso fue lo que se encontró Jessica. Un matrimonio de trabajadores que la recibieron en el bar que atienden juntos. Un abrazo, un nudo en la garganta que les impidió hablar por algunos segundos. Un “gracias” que nació desde las entrañas y, entonces sí, el momento más esperado: cuando ella se quitó la alianza de uno de sus pulgares y se la entregó a su dueño. “Tuvo que hacer un poquito de esfuerzo, pero entró. Agustín exclamó ‘¡Todavía me entra!’ y todos aplaudimos y nos abrazamos. Fue hermoso”, recuerda Jessica y revela que ahora, 37 años después, el anillo le quedó bien ajustado. “Será difícil que se le vuelva a salir”, cuenta entre risas. Y aclara: “No fue necesario advertirle que lo tiene que cuidar. El ya lo sabe”
La pareja de Zaragoza, mira el álbum de su boda. españa Agustin Aliaga Juani Sanchez Recuperan el anillo de casamiento que cayo al mar hace 37 años hallazgo anillo de boda en el fondo del mar
La pareja de Zaragoza, mira el álbum de su boda. españa Agustin Aliaga Juani Sanchez Recuperan el anillo de casamiento que cayo al mar hace 37 años hallazgo anillo de boda en el fondo del mar
Pero como en toda esta historia de amor y de suspenso existe un capítulo que tal vez Agustín y Juani nunca se enterarán. O, tal vez sí lo hagan, si es que leen estas líneas desde la lejana Zaragoza: Jessica casi pierde la alianza justo un día antes de llevársela a su dueño.
“La habíamos dejado sobre una mesa y desapareció. Con mi marido la buscamos por todas partes, revolvimos toda la casa y después de media hora la encontramos. Tenía una angustia tremenda … ¿Cómo les decía que la había perdido en mi propia casa? Me moría”, relata Cuesta a este diario.
En España fue tanta la repercusión del caso que el número que lleva grabado la alianza (17279), que es la fecha del casamiento, ya se agotó para la tradicional lotería de Navidad: “No entiendo por qué fue tanta la explosión que tuvo, quizá porque es una historia que termina bien”, se pregunta y se responde Cuesta.
El post que había publicado Jessica en Facebook para encontrar a los dueños fue compartido por más de 80 mil usuarios de la red social. Se podían leer comentarios de personas de Suiza, Croacia, Hong Kong e India que contaban que ellos también habían perdido su alianza en esa isla: “Recibí 300 consultas de hombres y mujeres angustiados. Ahora me iré de vuelta a casa a retomar mi vida normal y estar más atenta en el fondo del mar. Todavía hay muchas historias de amor que buscan tener su final feliz”.
Fuente: Clarín