La Organización Mundial de la Salud instó a restringir las ventas de alcohol en todos los países en medio de la pandemia al advertir que beber puede empeorar el coronavirus. La organización de salud también enfatizó que el alcohol definitivamente no protege contra COVID-19 y afirmación que el alcohol de alta concentración no puede matar al virus.
Cuando no hay otro estímulo ni contacto social, las personas tienden a tomar una copita para animarse. Mientras municipios y provincias prohíben la venta de alcohol e imponer más restricciones, para muchos, en estos días de confinamiento, un copa de vino o una cerveza son el refugio más a mano para escapar de la sobrecarga información, la incertidumbre y las exigencias múltiples.
La Organización Mundial de la Salud, sin embargo, dice que el alcohol puede poner a las personas en mayor riesgo de contraer el coronavirus, exacerbar la vulnerabilidad de la salud, los comportamientos de riesgo, los problemas de salud mental y la violencia.
“El alcohol compromete el sistema inmunológico del cuerpo y aumenta el riesgo de resultados adversos para la salud”, aseguraron desde la oficina regional de la OMS para Europa en un informe publicado el martes. “Por lo tanto, las personas deben minimizar su consumo de alcohol en cualquier momento, y particularmente durante la pandemia de COVID-19”.
El consumo excesivo de alcohol puede debilitar el sistema inmunitario, por lo que en un intento por frenar el consumo de alcohol durante la pandemia, los funcionarios de la OMS exhortan a los gobiernos de todo el mundo a aplicar medidas que limiten el consumo de alcohol y repriman la información errónea sobre el coronavirus.
El consumo de alcohol está asociado con una variedad de enfermedades transmisibles y no transmisibles y trastornos de salud mental, que pueden hacer que una persona sea más vulnerable a COVID-19. En particular, el alcohol compromete el sistema inmunológico del cuerpo y aumenta el riesgo de resultados adversos para la salud. Por lo tanto, las personas deben minimizar su consumo de alcohol en cualquier momento, y particularmente durante la pandemia de COVID-19.
“En tiempos de pandemia, nos encontramos con que la gente está encerrada en su casa disfrutando lo que para muchos es un gran placer que es el tomar alcohol, fundamentalmente con las cenas. El consumo excesivo de alcohol puede producir depresión, ansiedad, pánico, alterar la toma de desiciones y exacerbar la violencia. Además, favorece el aumento de peso y también se ha visto como un factor de riesgo para cuadros más críticos de COVID-19. Es decir, si se contagia un paciente alcóholico va a tener más riesgo de producir un cuadro más agudo, más crítico y con una peor evolución”, explicó en diálogo con Infobae Francisco Toscano, médico cardiólogo (MN 95.358), miembro de la Fundación Cardiólogica Argentina.
fuente: infobae