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La publicación de Germán Fermo generó múltiples respuestas en las redes sociales. Sucedió este sábado 29 a las 9 de la noche. El doctor en Economía de la Universidad de California en Los Ángeles pasó por el mítico bar “La Biela” del barrio porteño de Recoleta y se pidió una galletita de agua con jamón y queso. Sin embargo, cuando le llegó la cuenta, el hombre quedó anonadado: le cobraron sólo eso 1.100 pesos.

“Estoy en La Biela de Recoleta. Pedí una Traviata de mierda, que es una criollita con una feta de jamón y queso de mierda, y me la cobraron 1.100 pesos. Me estoy puteando con el mozo que encima no me trae la factura”, escribió Fermo en su cuenta de Twitter. Al posteo le sumó una foto del “sándwich” de Traviata que, rápidamente, se viralizó.

Horas más tarde, Fermo repasa la situación. “Apliquemos un poco de sentido común. ¿No te parece una locura?”, le dice a Infobae. De acuerdo con su relato, durante la noche del sábado, él y su novia tenían planeado ir al teatro. Un rato antes, pasaron por “La Biela” y se tomaron dos cafés en jarrito y un agua sin gas. Para acompañar, pidieron dos “sándwich” de jamón y queso hechos con galletitas de agua. Lo que no se imaginaron fue lo que les iba a costar.

“Hicimos un pedido muy básico y sin mirar la carta. Claro, cuando pedí la cuenta y el mozo me dijo lo que teníamos que pagar me sorprendí. ‘¿Vos estás seguro de lo que me estás cobrando? ¿No te habrá confundido de mesa? Parece que me comí un pollo al espiedo’, le dije”, recapitula el doctor en economía en comunicación con este medio.

El tuit que generó indignación en las redes sociales
El tuit que generó indignación en las redes sociales.

En el desglose de la cuenta, que el hombre compartió con este medio, se distingue que el bar cobró $530 el agua mineral, $450 cada café en jarrito y $1.100 cada Traviata con jamón y queso, a la cual hacen referencia como “sándwich mixto y cocido”.

“Ni bien pagué, tuiteé lo que me había pasado porque no lo podía creer: una galletita de agua, dos fetas de jamón, dos de queso y otra galletita de agua… es un delirio lo que me cobraron”, agrega Fermo.

Al ser compartida en las redes sociales, muchos usuarios se indignaron con el precio. “¿Es joda no?”, escribió uno. Otra agregó: “Qué poca vergüenza servir eso y cobrar una luca. Cinco paquetes de galletitas Traviata comprás con eso, medio de jamón y un cuarto de queso. Un robo”. Un tercero sostuvo: “Esos lugares se vuelven muy trampas de turistas, esa zona de Recoleta es muy visitada por turistas extranjeros. Hay que tener cuidado porque los locales empiezan a hacer este tipo de cosas”.

Otros tantos, en cambio, le reprocharon no haber mirado antes la carta. “Primero hay que leer la carta, si no estás de acuerdo con el precio, no lo consumís. Yo me he ido miles de veces de restaurantes que me parecían abusivos”, apuntó el usuario @FacuPsz. “Hay algo que se llama carta, ahí aparecen los precios. No sé fijate”, escribió @NatCeoRev.

El bar cobró $530 el agua mineral, $450 cada café en jarrito y $1.10 cada Traviata con jamón y queso, a la cual hacen referencia como “sándwich mixto y cocido”El bar cobró $530 el agua mineral, $450 cada café en jarrito y $1.10 cada Traviata con jamón y queso, a la cual hacen referencia como “sándwich mixto y cocido”.

Infobae también se puso en contacto con “La Biela”. Fue el encargado de turno, un hombre que se identificó como José, quien sostuvo que el sándwich de galletitas de agua aparece en la carta junto a las medialunas.

“Viene con dos fetas de jamón y dos de queso. No sé por qué tanto revuelo con el precio: figura en el menú. Es un problema de esta persona si no lo miró antes”, dijo. Y agregó: “Una medialuna con jamón y queso cuesta lo mismo que la Traviata: 1.100 pesos. La medialuna sola, 230 pesos”.

“La Biela”, el bar de la esquina de Avenida Quintana y Roberto Ortiz, convertido en un emblema del barrio porteño de Recoleta y en un ícono cultural de la Ciudad de Buenos Aires. Su nombre actual –antes de 1942 se llamaba café Aero Bar– se debe a que allí solían reunirse, en la década de los años cuarenta, jóvenes aficionados al automovilismo.

En 1999, el establecimiento fue declarado Sitio de Interés Cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Frente a “La Biela”, en la plaza Intendente Alvear, se alza un gigantesco árbol, un ficus de casi doscientos años plantado por los monjes recoletos.

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