Todos Somos Hijos | La Sociedad Argentina de Escritores (SADE) filial Tucumán, que preside Alejandra Burzac Sáenz, es una entidad inquieta, con muchas actividades y proyectos durante todo el año. Por eso, al celebrarse un nuevo Día de la Madre y en un año muy particular por la pandemia, se pensó conveniente editar de manera digital una nueva antología de poemas. De la convocatoria participaron poetas de todo el país.

La SADE Filial Tucumán, con la colaboración de Editorial Trascendernoa, realizaron un libro compuesto por 56 autores. La convocatoria estuvo abierta 72 horas y se seleccionaron los textos de escritores de Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba, Santa Fe, Catamarca, Jujuy, Salta y Buenos Aires.

La compilación es un aporte literario para compartir el Día de la Madre a través de las redes sociales (Facebook, Instagram, WhatsAap, y cualquier soporte digital que pueda leer PDF.

Los autores

La propuesta y coordinación de la edición estuvo a cargo de la Dra. Alejandra Burzac Saenz y reúne poemas de: Alejandra Burzac Saenz, Analía Mariela Díaz, Ayelén Gros Juárez, Berta Assef, Beatriz Masiero, Beatriz Teresa Bustos, Bertalina Herrera, Carlos Brid, Carlitos Monteros, Carmen Liliana Bianco Caseros, Elba Susana Juárez, Ellen Miserere de Pochettino, Emily Negri, Ernesto Rojas, Estela Alvarracin, Estela Porta, Eugenia Paz Venturini, Fabián Seidán, Gabriel Alejandro López, Gabriel Alejandro López Pepa, Héctor Yocca Acuña, Honoria Zelaya de Nader, Hugo Orlando Ramírez, Imelda Trejo de Molina, Inés Aznárez, Julio César Haddad, Leticia Mure, Marcelina Pérez de De Haro, Marcos E. Valdez Solis, Mari Betti Pereyra de Facchini, María Eugenia Soria Grellet, María Inés Rojas, María Julia Lisi, María Pomé (Nadia Noelia Sosa), María Rosa Ledesma, María Teresa Oviedo, MarthaGeveCleci, Martín Diego Lora, Mirta Elda Sema, Mirtha Gaitán, Nidia Cata Ibáñez, Norma Cañizares, Patricia Edith Graziadei, Raquel Piñeiro Mongiello, Ricardo Bocos, Rosa Gómez, Rossana Alejandra Fasola, Rossana Brasca, Sara María Argüello, Stella Maris Quiroga, Susana Aguiar, Susana Cattanio, Susana Masci, Tamara Flores, Teresa del Valle Drube Laumann, Zaida Juárez.

Ficha técnica

Todos Somos Hijos. Compilación.
Compiladora: Dra. H/C Alejandra Burzac Saenz
Editorial Trascendernoa
ISBN 978-987-4981-32-5
Idioma: Español
Páginas: 88 Versión Digital
Fecha de Publicación: Octubre 2020

Si quieres disponer del archivo de forma gratuita solicitarlo vía WhatsAap a +5493815429275

A continuación, algunos poemas de la antología:

Las mujeres que habitan el país de las madres (Carlos Brid)
General Pacheco, Tigre, Buenos Aires

hay una mujer que tiene
un remanso de amor en sus ojos,
y en el fondo de su iris
una hoguera cálida,
para curar las angustias.
El resplandor de su sonrisa
es sobre los días,
una corona de vida,
un claro de luna
de manos extendidas
y en su rostro se ven
dibujos de arrugas buenas.
Se de ella
porque de su sangre
se inició la magia de mi vida.
El relato del viento,
alfombrado de lunas,
lleva su foto gastada de besos.
Tiene en ese fondo de sepia
la majestuosidad de lo eterno.
El rugir de las aguas
que no se detienen,
y el canto de los pájaros alegres.

Una mujer
que fue refugio de llantos,
praderas suaves de consuelo.
hija del mar de las emociones,
y viajera incansable en las estaciones.
De esa mujer,
donde habite en su vientre
y fue rostro de tantas otras,
me queda el bello recuerdo.
—Abracemos a las mujeres
que viven este tiempo!
y recordemos con ternura,
a las que ya están en el cielo.

 

Madre (Elba Susana Juárez)
San Miguel de Tucumán

Caricias tiernas, palabras dulces, sonrisas melodiosas.
Si alguien me preguntase que significan para mí
esas cosas, sin duda alguna contestaría “Mi Madre”.
Porque sus palabras ya no son de enojos,
ni de reclamos.
Ahora son como la brisa suave que acaricia el rostro.
Sus delicadas manos, son como terciopelo posadas
en otra madre…
Sus sonrisas contienen la sinfonía de Beethoven
que al escucharlas, hasta los pájaros se contentan
con ellas.
Madre, cuántos camino se abrieron
para verte llegar aquí,
a este aquí y ahora.
Donde yo contemplo tu rostro, marcado por los
tiempos,
Con ese brillo en los ojos que denotan tu sabio
silencio.

 

Sin párrafos finales (Honoria Zelaya de Nader)
San Miguel de Tucumán

Aunque mis ojos se vistan de mentiras
no puedo, Madre, aceptar tu partida.
Constantemente necesito
rescatar el vigor de tu vientre,
volver de tu mano a mis días iniciales,
abrazar el aura del agua que acaricia,
escuchar tus testimonios insondables,
sentir tus plurales armonías
sin párrafos finales con misiones de paz
Aunque mis ojos se vistan
de sueños sin partidas,
hay algo, Madre, que me afirma
que estás junto a tus hijos.
Y yo creo,
y deletreo.
y albergo jubilosa
tu presencia
Me habita Algo
que convierte el polvo en Luz.

 

La flor del jardín (Imelda Trejo de Molina)
Santiago del Estero

En el jardín del hogar
eres la flor más preciada
porque la raíz de tu cuerpo
es perenne, al igual
que tu deliciosa savia.
A la fotosíntesis del aura
la transformas en amor
sagrado de familia.
Cuidando y regando con placer
a los pujantes pimpollos
para verlos crecer.
¡Madre ¡cuando vos no estás,
ese bello jardín
es refugio placentero
de nuestra resignada
y calma soledad.

Entrega total (Marcos E. Valdez Solis)
San Salvador de Jujuy

Alma que llenas el espacio y el tiempo
alma que todo lo das
generosa e incansable abejita morena,
“que maravillosa es la vida
cuando la entrega es total”.
Tengo un secreto y lo quiero contar
cuando estoy a su lado
hay mil proyectos que realizar
y cuando no estoy a su lado
a mi lado siempre está.
Ahora comprendo la eternidad
vencer el espacio y el tiempo
Con pasión, amor y generosidad,
“que maravillosa es la vida
cuando la entrega es total”.
“Felicidades a las madres en su día, gracias por
existir, gracias por el amor que derraman”.

 

Destino azul (Mari Betti Pereyra de Facchini)
La Carlota, Provincia de Córdoba

A mi hija Valeria
Sobre la cuna de mi falda joven
eras una pequeña rosa blanca,
frágil, abierta al rocío de mi leche,
tez de seda perfumada de recién nacida,
pero ya eras una luna
y en tu espejo se miraba el universo
y mis ojos.
Mi sangre te había tejido en madrugada
bajo la medialuna de aquel marzo
que salió en tacones a buscar marquesinas,
hasta ponerse redonda y grávida como un seno
para dar a luz el azul de tu diciembre .
(Fue hace muchas navidades
y aún huele a alumbramiento
la ternura de tu nombre.)

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