José Alperovich

Opinión Por Marcelo Pérez (para DIARIO CUARTO PODER)

José Alperovich no puede ocultar su enorme enojo con Juan Manzur. Y lo hará sentir siempre en el Senado hasta el final de su mandato.

El senador tucumano José Alperovich se acercó solito a saludar a su par, el jefe de la bancada peronista Argentina Federal, Miguel Ángel Pichetto. Y entre risas, abrazos y parloteos, el ex mandatario provincial dejó en claro que nunca estuvo enojado con el rionegrino. La escena se dio en medio de la sesión del Senado del miércoles último.

Dardos hacia otra dirección

Es más, todo lo mal que habló de Pichetto horas antes distintos medios de prensa, estaba direccionado hacia su coterráneo: Juan Manzur, por negarle la posibilidad de integrar la fórmula a gobernador 2019.

Luego la prima de José, Beatriz Mirkin también saludó amablemente a Pichetto. Ahí quedó totalmente en evidencia que el voto negativo contra el Presupuesto de Macri, de los dos tucumanos “peronistas” fue simplemente con la intención de contradecir la orden impartida por Manzur.

Alperovich y Mirkin, horas antes de la votación del presupuesto, habían abandonado el bloque que encabeza Pichetto aduciendo que el rionegrino “carece” de representatividad. “El bloque Federal no me representa ideológicamente”, señaló el ex mandatario a una FM.

La verdad de la “milanga”

Pero la verdad de la “milanesa”, y todo ese circo de su voto en contra del presupuesto respondería a una estrategia de ajedrez: No apoyar el proyecto (que dicho sea de paso, ya fue aprobado) era enviar un mensaje al gobernador Manzur, en el cual le decía que, de ahora en más, no tendrá representantes en el Senado para negociar por nada, ni por fondos ni mejoras para la provincia.

Mirkin, también mostró las uñas al hablar frente a una radio: “Manzur pidió que aprobáramos el presupuesto y el pacto fiscal”. Y agregó: “No tengo relación con Manzur, pero creo que tienen acuerdos con el gobierno nacional, el problema es que después no cumplen”.

Escupir el asado

Ni más ni menos, le “escupió el asado” a Manzur, quien con tanto empeño y paciencia había ido sazonando, y que lo llevó a concurrir varias veces a la Nación para negociar fondos, mejoras y diferimiento de deudas para la provincia.

Y sí, Manzur carga con obligaciones de 10.379 millones con la Nación y 11.031 millones si se toman en cuenta todos los acreedores. Por eso, junto a otros gobernadores Peronistas respaldaron el Presupuesto a cambio de diferir el pago de esas deudas de las provincias con Nación.

Pichetto, ni lerdo ni perezoso, salió a aclarar -también a través de la prensa-, que la decisión de los tucumanos (Alperovich y Mirkin) de irse de su bloque “tiene que ver con encuadramientos políticos en su provincia”. Dijo sencillamente que dejaron el bloque por la interna que tienen con Manzur y Osvaldo Jaldo, ya que Alperovich quiere volver a ser candidato a gobernador en 2019 y disputa ese lugar con el actual mandatario y su vice.

Actitud de “viejo Vizcacha”

En el Martín Fierro hay una reflexión sobre “escupir el asado”: Está el famoso verso sobre el Viejo Vizcacha: “Si ensartaba algún asao, / ¡pobre!, ¡como si lo viese! / poco antes de que estubiese / primero lo maldecía, / luego después lo escupía / para que naides comiese”. “Escupir el asado” es expresión que viene de lejos y de antes; se trata de una forma calificada del mal. Decir escupir el asado supone una expresión de quien desprecia el hilván ineludible de la comunidad. Es, ni más ni menos, estropear con mala intención los planes de otros.

Y así seguirán actuando Alperovich y su prima contra Manzur, hasta el fin de sus mandatos en el Congreso.

Comments

Comentarios