La actividad en la planta de El Palomar está suspendida desde anoche. El desabastecimiento de insumos está golpeando la actividad de distintos sectores.
La situación de las industrias se encuentra en estado crítico desde la implementación de nuevas restricciones para importar. El desabastecimiento de insumos está golpeando la actividad de distintos sectores.
Un caso complejo es el de las fábricas de autos que se encuentran en un nivel alto de actividad, especialmente por la demanda externa.
Además del encarecimiento de la importación de piezas, a través de un recargo de 7,5% sobre el valor de dólar para importar, dispuesto por el ministro Sergio Massa, la situación se agravó por las mayores restricciones en la liberación de los permisos para importar y las dificultades para pagar a proveedores del exterior.
El problema lo sufren de forma directa las terminales, con las piezas que importan, o los autopartistas que son proveedoras de las fábricas de 0km. Hay que recordar que un vehículo producido en el país tiene alrededor de un 60% de componentes importados.
Varios autopartistas, consultados por este diario, reconocieron que esos permisos – conocidos como SIRA- sólo los consiguen si interviene una terminal para destrabar la autorización, mediante gestiones con el Ministerio de Economía.
Al estar trabajando al límite, cualquier demora extra obliga a parar a los autopartistas y eso impacta en las terminales de autos.