Los cadetes que cada día, especialmente por la noche, recorren en moto el gran San Miguel de Tucumán, vieron seriamente reducido su espacio de trabajo debido a la inseguridad.
Según Hugo Santucho, secretario general de la asociación sindical de motociclistas, mensajeros y servicios (ASIMM), hay zonas en la capital, Yerba Buena y Tafí Viejo a las que dejaron de entrar.
En San Miguel de Tucumán, los que operan con las dos apps más usadas en la provincia no se aventuran más allá de la avenida Francisco de Aguirre al norte, y las avenidas Soldati y Brígido Terán, al este.
Hacia el oeste el límite se fija en el Camino del Perú, mientras que hacia el sur, el límite del miedo fue subiendo, desde calle Américo Vespucio, donde se fijaba no hace mucho, hasta la avenida Independencia.
Y aún dentro de ese cuadrante, que deja muchos sectores periféricos fuera de cobertura, hay varias zonas a las que ningún cadete de los que prestan estos servicios por celular se atreve a ingresar.
Por ejemplo, no se verán motos con colores y logos característicos de las apps de mensajería al este de la Alem e Independencia, ni al norte de avenida Belgrano, entre República del Líbano (ex Mitre) y Estado de Israel (ex Viamonte).
Tampoco se aventuran a internarse en Villa 9 de Julio, especialmente al este de la avenida Juan B. Justo, con lo que el radio de acción de los prestadores de servicios puerta a puerta queda seriamente restringido, según publica La Gaceta.
En Tafí Viejo sucede lo mismo, incluyendo algunas zonas de Lomas de Tafí. En Yerba Buena en tanto, no van más allá de la avenida Perón al norte y del Camino de Sirga al sur. A Banda del Río Salí directamente no ingresan.
Es que si bien Santucho admite que también los asaltan dentro de las cuatro avenidas e incluso en el centro mismo de la ciudad, a medida que se alejan de esa zona los ataques son más violentos.
Entre los pedidos a las autoridades de Seguridad, figuran un botón anti pánico como el que se usó en el caso de los delitos rurales, y más controles que reduzcan la circulación de los motochorros.
Por último desde la entidad se avanza con la conformación de un padrón que, además de identificar a los cadetes en los operativos de control, servirá para ayudarlos a defender sus derechos laborales.