Así lo afirmó la compañía norteamericana; es por los cambios impulsados por el Gobierno en la reforma tributaria para las bebidas azucaradas.
El Poder Ejecutivo dio marcha atrás con la suba de impuestos Internos al vino, los espumantes y las cervezas. Con las gaseosas azucaradas, en cambio, se mantiene con la idea de gravarlas. Hoy pagan un 8% por ese tributo y pasarían a 16%. Como reacción a la reforma, Coca Cola decidió frenar una inversión de US$ 1.000 millones anunciada durante el 2016, según afirmaron desde la empresa.
La líder en el mercado de gaseosas paga hoy un 4% de impuestos internos en las bebidas sin azúcar y con mayor porcentaje de jugo en su composición. En las azucaradas abona un 8% por ese tributo. Con el cambio propuesto por el ministerio de Hacienda, las no azucaradas no pagarían internos, pero las que tienen azúcar treparían al 16%.
Las gaseosas azucaradas representan casi tres cuartas partes de las ventas de Coca, que ya se considera fuertemente gravada por impuestos, que representan hasta un 50% de sus costos, según dicen.
Coca también dejaría de comprar jugos de fruta argentinos.Esto se evalúa en la casa matriz de la firma, en Atlanta (Estados Unidos). Los concentrados frutales adquiridos aquí representan alrededor de US$ 250 millones. El 80% se exporta. Se trata de jugo de limones, manzanas, naranjas, peras, pomelos, uvas y durazno del NEA, NOA y Alto Valle, según la empresa.
El presidente Mauricio Macri estuvo reunido con autoridades de Coca Cola en New York, en su reciente visita. Les dijo que el tema se seguiría abordando en los próximos días. El mandatario también estuvo con los propietarios de InBev, que aquí poseen la cerveza Quilmes. Ayer, Clarín supo que los impuestos internos a las cervezas se mantendrán en 8%, en lugar del 16% anunciado en la reforma.
En el ministerio de Hacienda ratificaron ayer que la suba de internos a las gaseosas azucaradas sigue vigente y eso habría provocado la reacción de hoy de Coca.
Por su parte, los ingenios azucareros estiman, en un cálculo preliminar, que el aumento de impuestos a las bebidas gaseosas implicará 100 mil toneladas menos de venta de azúcar a las embotelladoras, que se exportarían a precios mucho más bajos.