Ante un auditorio repleto, el ex ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, procuró un doble equilibrio al hablar sobre la economía que viene. Elogió abiertamente la política gradualista del gobierno de Cambiemos, pero se quejó de la falta de coordinación entre las distintas áreas que manejan la política económica. Y le apuntó directamente al Banco Central: “Está bien apuntar a metas de inflación. Lo que no está bien es que se fijan objetivos monetarios que no tienen nada que ver con el plan fiscal que se definió”.
Prat-Gay revivió así la disputa que lo llevó a alejarse del Gobierno a fin de año: las diferencias notorias que mantenía con el titular del BCRA, Federico Sturzenegger. Y consideró que ahora la situación es mucho más delicada. “La tasa de interés supera por diez puntos a la inflación, cuando a fines del año pasado la diferencia era solo de tres puntos. Eso nos genera un tipo de cambio más bajo, y déficit comercial y de cuenta corriente mucho más alto del que deberíamos tener” y completó indicando que “está muy bien avanzar con reformas micro, pero es clave tener coherencia en las decisiones macro”. En ese sentido, se quejó de la falta de coordinación entre los distintos objetivos que tiene cada una de las áreas que toma decisiones económicas. “Las metas de inflación –indicó- deben ser una guía, no una verdad dogmática. El Central debería ser más flexible”.
Prat Gay habló ante 300 inversores en un evento organizado por Portfolio Personal. La compañía anunció que a partir de ahora tendrá su propia sociedad de Bolsa (o ALyC), PP Inversiones.
El ex ministro señaló además que, a diferencia de lo que opinan la mayoría de los economistas, el principal problema que tiene la economía argentina no es el déficit fiscal, sino el rojo de cuenta corriente. Y las elevadas tasas del Central lo único que hacen es profundizarlo. “Si miramos la historia, es el nivel más alto de los últimos años, resulta muy preocupante y la economía solo crece al 3%. No me quiero imaginar si creciéramos al 5% o 6%”.
En ese sentido, planteó el problema de la “dominancia monetaria”. “Si la inflación baja muy rápido –explicó- una porción importante del gasto público está indexado a la suba de precios del año anterior. Y eso termina generando un déficit fiscal mayor, pero nadie lo está advirtiendo”. Así, puso en duda que resulte buena idea reducir la inflación al 10% el año que viene como propone Sturzenegger. “Los analistas económicos ven un recorrido más suave, que termina en 11% en el 2019, y me parece que debería ser lo lógico. Sería una gran noticia para Argentina lograrlo”.
La última suba de tasas decidida por Sturzenegger, desde 27,75% a 28,75% anual, tomó por sorpresa al mercado y también al Gobierno. Además de Prat-Gay hubo otras voces que advirtieron sobre esta situación. El presidente del HSBC, Gabriel Martino, por ejemplo, calificó como “un poco alto” el nivel de las tasas de interés, aunque al mismo tiempo reconoció la importancia de que se ubiquen por encima de la inflación.
El ex ministro pareció ayer revivir una de las disputas de Gabinete en el que le tocó participar el año pasado. “Cuando preparamos el Presupuesto 2017 tuvimos que reconocer que el déficit no sería de 3,3% como habíamos dicho inicialmente, sino 4,2%, sobre todo por la reparación histórica a jubilados y una serie de ventajas para las pymes. Lo que no corrigió es la política monetaria”.
Y para cerrar, dejó una frase que generó algo de preocupación entre los asistentes: “Tenemos que dar pronto esta discusión. Queremos que a Cambiemos le vaya bien, pero el mensaje es que ese entusiasmo debe ser ratificado por una buena micro y buena macro”.