Es para contrarrestar la movilización convocada por Hugo Moyano. La impulsan algunos de los organizadores del #1A, pero el oficialismo toma distancia
El Gobierno comenzó 2018 a la defensiva, igual que 2017, cuando la polémica por el Correo golpeó la imagen del Presidente. Con la nueva batería para reestructurar el organigrama en el Ejecutivo, congelar sueldos e impedir la contratación de familiares, Mauricio Macri busca retomar el control de la agenda y dejar atrás un fin de año aciago.
Precisamente, por esos días de diciembre, tras los incidentes -la represión de las fuerzas de Seguridad, empezó a gestarse en las redes una nueva marcha de apoyo al Gobierno, a imagen y semejanza de lo que fue el #1A. Entonces, como ahora, la Casa Rosada tomó distancia en la previa de una convocatoria que desafía la disciplina comunicacional del macrismo, que no gusta de las movilizaciones a las que asocia a la vieja política.
#17FYoVoy es el hashtag que lanzaron en Twitter los seguidores del Gobierno para convocar a la movilización. Entre ellos, como en el #1A sobresale José Luis Berón de Astrada o @Rex_Aluminio, como se hace llamar en Twitter. La convocatoria “en defensa del Gobierno y de la democracia” será solo cinco días antes de la manifestación convocada por Hugo y Pablo Moyano, a la que ya prometieron sumarse las organizaciones sociales y ahora la CGT. “La decisión de hacer una marcha fue el resultado de un análisis de los acontecimientos desestabilizadores que se venían sucediendo, los ataques al Congreso, las bombas que crecían en su poder de fuego, el avance de la Justicia sobre los corruptos y la poca acción del Gobierno al respecto. Lo de Moyano ya era un hecho, solo faltaba que pusiera la fecha”, sostuvo Berón de Astrada en diálogo con Clarín.
Para este activo usuario de redes, con más de 100 mil tuits en su haber, el escenario político es más preocupante que hace un año. “Ahora se involucran los sindicatos y eso significa un intento de desestabilización de la Democracia. Los piqueteros solo buscan dinero, los sindicalistas, poder”, sentencia.
En el Gobierno, como antes del 1A, buscan tomar distancia de la movilización. Preferirían que fuera posterior a la marcha del 22. “Deberían suceder primero las marchas opositoras y ver qué pasa. El año pasado se dio que parecía que las marchas opositoras eran exitosas y mostraban apoyo y la gente acompañó la del #1A como respuesta”, señalaron fuentes oficiales que siguen de cerca la actividades en las redes.
“Nosotros jugamos otro juego o el mismo juego con diferentes normas”, suele decir uno de los ministros más afines al Jefe de Gabinete Marcos Peña sobre la poca importancia que en el Gobierno les dan a las movilizaciones del peronismo, que en el macrismo califican como “anacrónicas”. Con esa misma lógica, aseguran que aunque la marcha del 22 sea masiva, no impactará sobre sus votantes o los independientes. “Ya nadie les cree”, aseguran.
El año pasado, antes del #1A, el Gobierno terminó por utilizar sus canales de comunicación con sus voluntarios para reclamar “responsabilidad” si se plegaban a una marcha que el Ejecutivo no controlaría del todo. Finalmente, ante el éxito de aquella convocatoria que ayudó a descomprimir la situación política, Peña y el propio Macri terminaron por agradecer a la ciudadanía.
Ahora, en cambio, en el Ejecutivo señalan que “no hay clima” para salir a la calle y aseguran que los organizadores de la convocatoria confunden su real influencia y poder de convocatoria. En 2017, tras la marcha del #1A, los mismos organizadores pretendieron reeditar una nueva movilización a fines de septiembre, cuando fue el propio Ejecutivo el que reclamó que los ciudadanos solo se expresaran en las urnas. Ahora, algunos de los defensores inorgánicos del Gobierno afirman que no es suficiente.
fuente. clarín