Tras la suba del mínimo imponible a los trabajadores que pagan el Impuesto a las Ganancias, habrá nuevos aumentos de impuestos para las empresas: Ganancias pasará a una tasa efectiva del 40% y las provincias subirán Ingresos Brutos. Consideran que estas medidas van en contra de la inversión y generación de empleo.
La voracidad fiscal en la Argentina no tiene límites. Los nuevos cambios que se avecinan demuestran que la clase política siempre está dispuesta a seguir subiendo impuestos con tal de mantener su fiesta y evitar el a toda costa el ajuste. Las empresas están exhaustas, el empleo privado hace por lo menos una década que no crece y la inversión se encuentra cerca de mínimos históricos. Pero nada de eso parece relevante: lo único que importa es tratar de sacar agua de las piedras y seguir aumentar la presión impositiva a las empresas que todavía pueden mantener su actividad en blanco negocio.
Malas noticias para las empresas
Las principales cámaras empresarias del país mantendrán reuniones ni bien arranque la semana para poner sobre la mesa las novedades que se avecinan. Se descuentan durísimas críticas ante medidas intempestivas, que según entienden no sólo modifican todo el tiempo las reglas de juego. Pero lo más grave es que se empuja aceleradamente a diversos sectores de la economía a la informalidad. Cada vez son más los que aseguran que la única manera de mantenerse vivos es “negreando”, es decir evitan facturar.
Todo vuelve
La más impactante pasa por la decisión de volver a subir el impuesto a las Ganancias, dando marcha atrás a la reducción que había dispuesto el gobierno de Mauricio Macri.
Como resultado, las empresas que presenten una utilidad mayor a 2,6 millones de pesos anuales volverán del 30% al 35 por ciento. Lo más increíble del proyecto es justamente lo que el Gobierno considera “gran empresa”. Dentro de esa categoría ingresan todas las que ganen en promedio más de…1.500 dólares por mes.
Más, más impuestos
La propuesta original de la reforma tributaria de Macri, que luego por la crisis quedó a mitad de camino, planteaba que a esta altura la tasa de Ganancias debía ubicarse en el 25 por ciento. Sin embargo, ahora vuelve a saltar al 35% y a ese porcentaje se le suma otro 7% (ya existente) cuando se distribuyen dividendos. Según cálculos del tributarista César Litvin, la tasa efectiva del impuesto ya roza el 40 por ciento.
El oficialismo tiene tres explicaciones (o excusas) para justificar la nueva suba de Ganancias. La primera es que la recaudación adicional servirá para tapar el agujero de reducir el impuesto a los asalariados que ganen hasta 150.000 pesos brutos por mes. Incluso el sindicalismo consiguió que también queden exentos el medio aguinaldo y las horas extra. Otro motivo está relacionado con la progresividad del impuesto, es decir pagan más quienes más utilidades consiguen. Y la tercera (y sumamente discutible) es que la reducción de impuestos que decidió el gobierno macrista no redundó en un aumento de las inversiones, por lo que no vale la pena brindarle esa ventaja a las empresas.
fuente: infobae