Ricardo Fort murió el 25 de noviembre del 2013 a los 45 años. El empresario, que desde hacía un tiempo había comenzado su carrera como artista, era padre de los mellizos Marta y Felipe, que en aquel entonces tenían 9 años.
Como si presintiera que algo sucedería, Fort pidió que su ex pareja y amigo, Gustavo Martínez, se hiciera cargo de los pequeños, decisión que en el 2015 consiguió el aval de la Justicia. Tras su partida, el mediático chocolatero dejó una millonaria herencia que incluye un porcentaje de la fábrica familiar, departamentos y autos, ¿qué pasa con eso mientras sus hijos son menores?
Marta y Felipe, sus hijos, son los únicos herederos de Ricardo. Si bien era común verlo hacer alarde de su dinero, no dejó plata en efectivo ni en cuentas, pero tampoco deudas. El patrimonio que hoy pertenece a sus hijos incluye un porcentaje de la empresa FelFort, autos, todos radicados en Argentina -ya que los que tenía afuera los vendió antes de morir- y propiedades, contando el departamento donde viven actualmente. Además los campos relacionados con la empresa. La casa en Miami a la que iba asiduamente no estaba a su nombre, sino que pertenecía a un familiar.
Fuentes allegadas a la familia Fort detallaron cómo está compuesto el esquema accionario de la fábrica de chocolates: los chicos tienen entre el 15 y el 16 por ciento de la empresa. Marta, la mamá de “Ricky”, tiene un 50 por ciento y el otro 50 se dividió entre sus hijos, Jorge, Eduardo y el propio Ricardo, cuando murió el padre.
Tras el fallecimiento de Ricardo Fort, su parte pasó a los chicos. En caso de muerte de Marta, su parte se dividirá en tres, 33,33 por ciento para cada uno de sus hijos y la porción de Ricardo pasará para los mellizos. De esa manera, ellos sumarán un total de 33, 33 por ciento entre los dos (16,6 cada uno).
A pesar de que son dueños de una de las marcas de dulces más conocidas de la Argentina, los mellizos parecen haber sacado el perfil de su padre y probablemente no se dediquen a los negocios, como sí lo hacen sus tíos: “Aún son chicos, pero tienen una veta artística bastante linda y el colegio en el que van a hacer el secundario tiene muchas materias orientadas a esa rama. Ellos hacen videos, son muy creativos como Ricardo, cuando ves lo que hacen, te das cuenta que hay talento”, contó Gustavo sobre la vocación de Marta y Felipe.
¿De qué viven los hijos de Ricardo Fort?
Como dueños de la fábrica de chocolates, los chicos están incluidos, al igual que sus tíos y su abuela, en la división de ganancias de la misma. Es decir que cuando la empresa distribuye utilidades, ellos perciben los dividendos correspondientes.
En el “mientras tanto”, desde la empresa le entregan a Gustavo una mensualidad para la manutención de Marta y Felipe que alcanza para cubrir los gastos de colegio, casa, niñera, seguro de los autos que les pertenecen, vacaciones y demás. Dicho dinero, según confirmaron allegados a la empresa, es luego descontado de los dividendos que deban percibir los menores.
La administración de los bienes de los mellizos está a cargo de Gustavo, que por su rol de tutor vela por ellos. Sin embargo, sus movimientos son controlados por un asesor de menores de un juzgado, por lo que él debe realizar periódicamente una rendición de cuentas y dicho asesor puede preguntar todo lo que considere necesario, en pos de velar por el bienestar de los chicos.
De la misma forma, aunque no debe que pedir permiso, Gustavo tiene la obligación de informar a la Justicia cada vez que quiere salir del paíscon los chicos. Él también se ocupa, de manera independiente, de las cuestiones que hacen al día a día como pueden ser a qué colegio van o qué medicina prepaga eligen, por ejemplo.
Martínez puede disponer de la mensualidad que reciben siempre y cuando el gasto sea en función de los nenes. Puede ir de viaje con ellos o remodelar la casa en la que viven, por ejemplo. “Yo no uso los bienes de los chicos, ni quiero un centavo. Siempre fui independiente”, explicó el tutor a Teleshow. Es por eso que él, aunque con menor carga horaria desde que está al cuidado de los nenes, trabaja como entrenador, lo que le permite tener su propio dinero para sus cosas personales.
Mitos en torno a la fortuna familiar, ¿qué pasó con los 200 millones de Ricardo?
Mucho se habló luego de la muerte del ex participante y jurado delBailando. Incluso se dijo que había dejado una herencia valuada en 200 millones de dólares. Sin embargo, desde su entorno negaron que así sea y aunque no quisieron brindar cifras, aseguraron que se trata de mucho menos dinero.
Según la revista Forbes, en el 2013 Ricardo tenía una fortuna estimada en 11 millones de dólares. Dueño de un espíritu libre, Fort nunca se dedicó a realizar inversiones ni negocios, sino que le gustaba gastar el dinero en autos, viajes y demás placeres. Incluso alguna vez se dijo que quería vender sus acciones en la fábrica de chocolate para poder disponer libremente de su fortuna: “Como no sé si me puedo morir mañana, quiero disfrutar ahora. Tengo tanto invertido que prefiero gastarlo“, había dicho alguna vez.
La Delicia Felipe Fort S.A. es el nombre fiscal de la empresa familiar que el año de la muerte del mediático facturó 35 millones de dólares. Aunque él no se dedicó a trabajar en el negocio como sus hermanos, sus aportes marcaron un quiebre en la industria de las golosinas locales, ya que fue quien trajo la idea de abrir el mercado de barritas de cereal, en 1997.
El presente de Martita y Felipe
Desde que murió su papá, los mellizos están a cargo de Gustavo Martínez, amigo y ex pareja de Ricardo. Él se ocupa de llevarlos a la escuela, acompañarlos y guiarlos en todos los ámbitos de la vida como si fuera un padre.
“Ya están en séptimo así que están haciendo el curso de ingreso para el secundario”, contó orgulloso Martínez sobre el presente de los menores: “Además se juntan con sus amigos, vienen a casa a hacer piyamada…”.
Aseguró que hay una buena relación entre los chicos y el resto de la familia Fort: “Fue el cumpleaños de la abuela y la llamaron, ella es divina y ellos la aman. Con el resto también se llevan bien, sólo que los primos son de diferentes edades, son más grandes”.
A poco menos de tres años de la ausencia de su papá, Martita y Felipe suelen preguntar por él, aunque siempre intentan recordarlo desde un lugar lindo.