Por qué la Inteligencia Artificial va a romper todo y cuales son los cambios que se vienen.
Santiago Bilinkis es economista y es un gran emprendedor. Creó empresas muy exitosas como Officenet, Restorando, Sirena y Trocafone. Además es uno de los creadores de TEDxRíodelaPlata y estudió ciencia y tecnología en la NASA, en Singularity University. Escribió tres libros, “Pasaje al futuro”, “Guía para sobrevivir al presente” y, junto a Mariano Sigman, “Artificial”. Hoy es un enorme divulgador en los medios y en las redes de ciencia y de tecnología. Claro y muy didáctico transmite conocimientos y los cambios que se vienen con rigor y con mucha pasión.
– Es una época mágica. Las redes hace dos años dejaron de ser sociales y la mayoría de las personas no se dieron cuenta. Acordate que te encontrabas con los compañeros de la primaria o de la secundaria, con tu tía, con tu círculo social. Hoy a los que seguís en Instagram o en TikTok y no los conocés en persona, los conocés de las redes. Detecté hace un año y medio ese cambio y me di cuenta que hoy las redes son una fabulosa plataforma de distribución de contenido. Yo soy muy nerd, de nicho, no soy masivo.
– Me faltó decir que sos un amante de la tecnología.
– Antes era un amante, ahora soy un amante despechado, tengo mis mis reparos con la tecnología. Soy alguien muy interesado en sus aspectos positivos y muy alerta a sus aspectos negativos. Si vos mirás mi primer libro, “Pasaje al futuro”, era súper tecno optimista. Mi segundo libro, “Guía para sobrevivir al presente”, era ultra pesimista y artificial. El último que hice con Mariano Sigman, “Artificial”, está en algún punto en el medio. Es una época mágica porque todas estas cosas que solo me interesaban a mí o a un grupo minúsculo de nerds hoy, por un lado, tienen una relevancia en la vida de las personas a través de la inteligencia artificial y otras tecnologías.
– Le pregunté a mi hija Josefina cómo presentarte y me dijo: Santiago Bilinkis, capo. Los millennials, ella tiene 31, te siguen y te escuchan. No es un nicho.
– Ésa es la sorpresa de este momento porque masivo es Gran Hermano. Normalmente las cosas masivas no son las que uno querría que sean masivas.
– Indagás y divulgás sobre Inteligencia Artificial. La Inteligencia Artificial ya está resolviendo un montón de tareas que son trabajos que no van a estar más. Empezó a atrapar tratar de entenderla, usarla, aprender.
– Hace un año y medio que existe una herramienta mágica. Un aparatito en tu teléfono al cual vos le hablás o le escribís lo que se te ocurra y te va a dar una respuesta. Generalmente, no siempre, bastante inteligente. Y eso puede ser desde “resumime cómo fueron los días previos a la Revolución de Mayo” hasta “te saco una foto de lo que tengo en la heladera y decime con estos ingredientes qué comida puedo preparar” o “explicame este chiste que no lo entendí”. Es tan vasta la variedad de cosas que puede hacer la Inteligencia Artificial en la vida diaria. No estoy hablando de solucionar el conflicto de Medio Oriente o encontrar la cura del cáncer.
– ¿Estás hablando de lo que antes se buscaba en Google? Al chat Gpt le podemos dar más material y preguntar cosas más profundas.
– Pero si había algo que no estaba en Google, no estaba. Ahora vos le preguntás al chat y va a crear una respuesta para vos. Entonces, a diferencia de antes que era “de todo lo que pensaron los humanos qué es lo más parecido a lo que a mí me puede servir”, acá es crear a medida lo que vos necesites. Si le decís “estoy lanzando una nueva marca de alfajores, por favor, créame un slogan”, a Google no le podías pedir eso. Vos podías mirar slogans de marcas que ya existían, pero no inventar algo nuevo.
– ¿Le pedís procesos creativos?
– Lo que mejor hace es crear cosas nuevas. Si yo le pido: escribí una poesía al estilo de Borges. Probablemente ni vos ni yo podríamos. Te la hago más difícil: escribí un cuento a mitad de camino entre el estilo de Borges y el de Fontanarrosa. O sea, podemos juntar dos o tres escritores y se pasarían un mes discutiendo. Al chat vos le pedís eso y en 30 segundos te hizo un cuento que por suerte todavía no es tan bueno como lo que hubieran escrito Fontanarrosa y Borges escribiendo juntos, pero está muy bien.
– Cuando evoluciona la tecnología los expertos nos dicen que lo único que va a sobrevivir es la creatividad. Ahora, ¿la Inteligencia Artificial tiene creatividad?
– Es lo que mejor hace la Inteligencia Artificial. Es mucho mejor inventando un cuento, proponiéndote una campaña de marketing o atizando tu fantasía que cobrando peajes. O sea, es demasiado inteligente para ponerla a cobrar peajes.
– Es muy fuerte toda la información que estás manejando, entiendo que te apasiona y que te impide hacer otras cosas.
– ¿Esa es la otra locura, no? Absolutamente. Yo vivo permanentemente tratando de acompañar el ritmo de cambio, pero te lo quiero ejemplificar con una cosa específica. Yo soy un desastre para la música, no sirvo para nada, no tengo ritmo, no tengo nada pero me hubiera encantado ser una estrella de la música. En enero salió una Inteligencia Artificial a la que vos le escribís: quiero que hagas una canción de tal estilo cantada por un cantante. Y hacés una canción. La primera versión salió en enero, hacía 15 segundos de música, casi una muestra gratis y de calidad bastante dudosa. En febrero salió la segunda versión, 30 segundos de música de calidad un poquito mejor. En marzo salió la tercera versión, hace dos minutos de música de una calidad excelente y ahora acaba de salir la versión número cuatro, que hace cuatro minutos de música que no lo podés creer. Todo esto pasó en cinco meses. ¿Entonces, qué va a pasar dentro de dos años con la creación de música? Ahora se metió otra dimensión, la Cámara que agrupa a todas las empresas discográficas de Estados Unidos acaba de demandar a las empresas de Inteligencia Artificial por usar toda la música preexistente para entrenar sus modelos y poder crear música nueva. Pero lo curioso es que eso es lo que hace un artista, escucha todo lo que se compuso antes o buena parte, y en base a eso construye algo que lleve su propia impronta. Nadie crea en el vacío y la Inteligencia Artificial tampoco, lee todo lo que hicimos antes o la música que compusimos antes y a partir de eso, en base a una consigna que vos le des, crea música nueva.
– Hay un límite muy finito entre cuánto es bueno y cuánto no de la Inteligencia Artificial.
– Como todo, todo en exceso es malo, todo en ausencia completa es malo.
– Va a ser difícil definirlo.
– Muy difícil. Y el lugar más difícil es la educación. A nosotros nos agarra relativamente grandes, pero para chicos que están entrando en el mundo de la formación, los chicos más chicos no conciben estudiar sin el chat y la escuela por ahora no sabe qué hacer con todo eso. A la vez saber preguntarle a Chat Gpt o a herramientas parecidas va a ser una de las habilidades más importantes para lograr aquello que te propongas. Iba a decir para conseguir trabajo pero no, para lo que sea que te propongas saber manejar Inteligencia Artificial va a ser crucial.
– Hay una grieta también cuando aparece la Inteligencia Artificial, mucha gente dice ¡qué genialidad! Quiero aprender cómo usarla porque me va a dar un montón de información. Y mucha otra gente le tiene pánico y dice que es un espanto y que nos van a manejar los robots.
– El grupo mayoritario no es ni uno ni otro. Es gente que dice: creo que esto debe ser fascinante, pero yo no lo entiendo y no voy a poder usarlo. Tenés todavía un año y medio después de la salida del chat, que el 75% de la gente prácticamente no la usó.
– ¿Por qué no aprende?
– Porque no lo probó, porque siente miedo. Miedo de que va a romper algo, o que le van a instalar un virus, o de perder la privacidad. No voy a poder, no voy a entender. Hace dos días decidí que voy a dar una charla gratuita abierta por YouTube Live en un mes y lo puse en redes. El primer día se anotaron 3000 personas antes de siquiera empezar a difundirlo. Hay mucha gente que no sabe por dónde entrar y que si le decís que hay una puerta, va.
– Dónde se enseña, no sabe a quién preguntarle.
– Es que no hay lugares lógicos donde ir a aprender, tampoco la gente quiere hacer una carrera universitaria. Quiere saber cómo usar la herramienta en su vida diaria y eso no hay un lugar que te lo enseñe.
– La escuela no te enseña nada de esto todavía.
– Todavía no. Y en muchas personas y en algunas instituciones hay un rechazo muy fuerte. Porque pone un signo de pregunta a muchas de las certezas que siempre tuvimos y porque te interpela. Esto se mete con lo que nosotros somos. ¿Que un auto fuera más rápido que nosotros? Nunca fuimos muy rápidos los humanos. ¿Que una grúa pudiera levantar mucho más peso? Nunca tuvimos mucha fuerza. Ahora, ¿que una máquina pueda superar nuestro pensamiento? ¿O superar nuestra emoción? ¿Emocionar a otro más de lo que nosotros podemos emocionar? ¿O crear un chiste que a nosotros nunca se nos ocurrió? Entonces ahí empezás a sentir que la máquina se te mete en un lugar donde decís: ¡esperá! Éste espacio era mío.
– Se difundió el caso de una persona que gracias a la Inteligencia Artificial puede “hablar” con su hijo que murió, como si siguiera vivo.
– Una de las cosas que el chat hace muy bien y suena extraño como sustantivo aplicado a una máquina, es tener muchísima empatía. El chat puede ponerse en los zapatos de cualquier persona, una persona en una situación especial. Vos le decís a Chat Gpt: contéstame como si fueras Albert Einstein, nosotros no podríamos adoptar la perspectiva de Einstein. El chat puede. “Contestarme como si fueras Einstein un día que se levantó de mal humor”, el chat puede ubicarse en ese lugar para pensar. O “háblame como si fueras un chico de diez años”.
– Entonces incluso te podés quejar y decirle: me parece que me está dando poca información.
– La gente se enoja cuando el chat se equivoca. Está buenísimo que se equivoque, porque los humanos nos equivocamos, los humanos mentimos. No es un oráculo, es lo humano con todas sus virtudes y defectos.
– ¿No deberíamos tener una materia donde aprenderlo en la primaria o en la secundaria?
– Definitivamente, y va a pasar, pero en general esos cambios ocurren mucho más lento de lo que sería necesario. ¿Qué es lo más interesante que tiene el chat para aportar a la educación? El problema más grande del sistema educativo actual es la relación entre docentes y alumnos. Vos tenés un docente por cada 20, 30, 50 chicos. Naturalmente, ese docente no puede supervisar 50 procesos de aprendizaje con chicos y chicas que tienen predisposiciones diferentes, conocimientos previos diferentes, con dificultad en diferentes puntos. Tiene que darle a todos lo mismo, a pesar de que está enfrentando una diversidad grande en su audiencia. Si fuera una orquesta hoy el docente tiene que tocar todos los instrumentos con inteligencia, se convierte en un director de orquesta. Con un dispositivo en cada chico puede ser supervisado en su proceso de aprendizaje por un tutor de IA que le da tareas totalmente personalizadas bajo supervisión del docente para acompañar cada proceso, para que el docente sepa en qué está trabado, qué ejercicios le tiene que dar. Entonces convertís al docente en un director de orquesta y el que toca el instrumento es un tutor de inteligencia artificial. Eso está a la vuelta de la esquina.
– Vos planteaste en el primer libro los dilemas y los atrasos de la escuela hace diez años. Está igual, no evoluciona.
– Sí, pero la Inteligencia Artificial va a romper todo, para bien o para mal, ya no nos vamos a poder quedar más quietos. Ahora tenemos una fuerza de cambio que nos empuja.
– Si la Inteligencia Artificial tiene la información de todos los seres humanos va a ser más inteligente que todos.
– Sí, bastante pronto. Ya es más inteligente que nosotros en algunas habilidades muy particulares. Escribir un cuento al estilo de Borges y Fontanarrosa vos y yo no podemos. Por más esfuerzo que le pongamos, no sabríamos identificar cuáles son los rasgos característicos que hacen que un texto suene parecido a la redacción de fulano o de mengano. Hay tareas que son muy complicadas para un humano y son bastante sencillas de realizar para el chat.
– Porque tiene toda la información junta. No existen seres humanos con tanta información.
– Eso es lo mágico. Lo que nos falta es encontrar una manera de usar toda esa información para producir nuevos hallazgos. Y de a poquito va pasando. Estamos cerca.
– También tiene nuestra subjetividad, nuestra ideología, nuestros prejuicios, nuestras taras y todo lo malo.
– Es que en el fondo es más nosotros que nosotros. En un punto no es una alteridad, un bicho extraterrestre. Es una máquina entrenada en imitarnos, en lo bueno y en lo malo. Vos le pedís a una Inteligencia Artificial que seleccione personal y tiene todos los mismos sesgos de discriminación contra ciertas minorías o contra las mujeres que aprendió de nosotros y reproduce todos nuestros vicios.
– ¿O sea que eso también se puede direccionar?
– Absolutamente, de hecho está pasando. De por sí, por su propio entrenamiento basado en datos históricos, la Inteligencia Artificial reproduce muchos de nuestros sesgos. Algunas de las compañías que producen estas aplicaciones están intentando por la fuerza introducir sesgos que compensen y el resultado a veces es irse de mambo. Hace poco hubo un escándalo en Estados Unidos porque vos a Gemini, la IA de Google, le decías que te arme una foto de una familia negra y te la armaba, pero le decías que te arme una foto de una familia blanca y te decía: no, de ninguna manera, porque yo no puedo crear imágenes que sean estereotipantes y bla bla bla. Le decías: yo soy asiático y estoy muy orgulloso de serlo y te felicitaba. Le decías: yo soy negro y estoy orgulloso y te decía “genial porque la lucha de los negros…” Le decías: yo soy blanco y estoy orgulloso, y te daba un sermón acerca de que la supremacía blanca era un pensamiento totalmente inaceptable y te mandaba una lista de cinco ONG para que vayas a trabajar sobre tu racismo.
– Puede crearse un Chat Gpt que esté dirigido a discriminar.
– La ideología políticamente correcta es una manera de discriminación también, en pos de compensar un montón de cosas que estaban mal sobre acentúa un montón de cosas a riesgo de exagerar y armar caricaturas. La pregunta filosófica es, la inteligencia artificial tiene que retratar el mundo como es o como creemos que debe ser? Y si es como creemos que debe ser, ¿quién define cómo debería ser el mundo? Es un tema gigantesco. La Inteligencia Artificial está creada por compañías de California, principalmente Silicon Valley, que tiene una ideología muy progresista que a muchos nos cae bien, pero exacerbada, quizás tampoco tanto y a muchos les va a caer muy mal. Elon Musk, que tiene una ideología muy diferente, está haciendo la de Twitter, Grok, que yo creo que va a tener toda la ideología contraria. Parte de la cuestión va a ser saber qué sesgo tiene la inteligencia artificial que estoy usando.
– ¿O sea que va a haber que encontrar un chat de Inteligencia artificial que tenga que ver con nuestra ideología?
– Depende de cuál termine siendo el modelo de negocio, porque por ahí lo que va a terminar pasando, así como tu Instagram es muy diferente de mi Instagram y tu YouTube es muy diferente de mi YouTube, es que tal vez tu Chat Gpt termine siendo muy diferente del mío. Si el modelo de negocio es que pagues una suscripción, les va a importar un comino la ideología y el tuyo va a tener la ideología que haga falta para vos y el mío va a tener la ideología que haga falta para mí. Lo que va a generar más efecto burbuja informativa, que creas que el sabelotodo comparte todas tus ideas cuando no es así.
– El día de mañana muchos trabajos no van a ser remunerados porque se van a encontrar resueltos gracias a la Inteligencia Artificial, ¿cómo se va a reinventar el ser humano? ¿Cuáles van a ser sus tareas?
– La Inteligencia artificial, al menos por ahora, no tiene una intención propia. Entonces qué quiero hacer hoy es una decisión mía.
– Ser traductor, por ejemplo, no va a ser una opción porque la Inteligencia Artificial hoy traduce textos y no va a ser remunerable ese trabajo. Hay un montón de tareas que dejaremos de hacer los seres humanos.
– Pasó miles de veces, pero va a seguir pasando, por supuesto. Acordate que cuando éramos chicos ibas a un edificio público y había un ascensorista, un señor que manejaba el ascensor y obviamente ahora en el ascensor apretás vos un botón. Traductores van a quedar pocos porque el chat cada vez traduce mejor. Si vos mirás de diez años a esta parte cómo ha mejorado y proyectás dos o tres años para adelante, el grueso de la traducción va a ser automática.
– Dimos un ejemplo, pero son muchísimas las tareas que van a dejar de existir.
– En un extremo tenés a los que argumentan que básicamente va a quedar tan poco trabajo humano remunerado que va a haber que desvincular el trabajo del ingreso. O sea, lo que se llama ingreso universal, que es que todos cobramos un sueldo por el mero hecho de existir, tengas trabajo o no tengas trabajo. Eso no es una idea que se está discutiendo en Corea del Norte. Eso se está discutiendo en montones de países europeos. Hay muchas personas en Silicon Valley empujando esa idea de salario universal. Como es la Asignación Universal por Hijo, pero la Asignación Universal por Humano. Toda persona, por el mero hecho de existir, cobra X todos los meses. Tenés que poner impuestos que graven actividades, Bill Gates plantea el impuesto a los robots. Lo llamaba él gravar las actividades que generan ingresos a partir de la tecnología para asignarle un ingreso universal a las personas y que puedan comer.
– ¿Quién pagará todo ese sistema de reparto?
– Tenés que crear impuestos que graven la generación de valor que la tecnología haga. Es muy controversial. Por ejemplo en Suiza, pleno capitalismo, hubo hace unos años un plebiscito donde se llevó a votación pagarles 2.000 € todos los meses a todos los suizos por el mero hecho de existir. Está sobrevolando la idea de que tal vez el salario ya no va a ser una contrapartida directa del trabajo, el salario va a ser una cosa y el trabajo, si podés trabajar, si querés trabajar, buenísimo.
– Acá ahora dirían: son todos unos vagos, ¿no?
– Más vale que flexibilicemos ese concepto, porque aún cuando no seas nada vago, quizás no puedas trabajar, quizás no haya un trabajo que demande de tus habilidades. Ya existieron períodos de la historia en los cuales ciertas élites no trabajaban. Por ejemplo, los filósofos griegos en la polis no trabajaban, estaban todo el día filosofando. ¿Por qué? Porque había esclavos, había humanos sojuzgados para que un grupo de élite pudiera pensar. Éste puede ser el esclavo de esta época donde no tengamos ningún conflicto moral con tener computadoras trabajando para nosotros y eso libere nuestro tiempo. ¿Lo vamos a usar para filosofar o para estar scrolleando todo el día en el teléfono y mirando Netflix?
– Es la contracara de la ideología libertaria que sostiene que no debe existir el Estado.
– Creo que eso va a entrar profundamente en crisis. Fijate que es en Silicon Valley donde se plantea, es el capitalismo el que está planteando la posibilidad muy concreta de que en una de esas no haya trabajo para todo el mundo y que la idea de que la única manera de obtener un salario es como contrapartida del trabajo en una de esas no sea viable. No creo en el destino, creo que el futuro lo construimos nosotros y todavía podemos hacer muchas cosas, ¿para que ir para un lado o ir para otro? Si el escenario al que vamos es que el 50% de los trabajos humanos se convierten en redundantes e innecesarios, más vale que encontremos una manera en la que toda la población pueda acceder no solo a dinero, alimentos o techo, también a cierta cosa que le dé organización y sentido a su vida. Porque el trabajo no te da solo un ingreso, el trabajo te da una razón para levantarte todas las mañanas.
– Sumemos a esto el problema de la disminución de la natalidad. Van a ser menos las personas activas que generen un ingreso.
– Eso podría ser bueno si justamente necesitás que haya menos gente para trabajar. El problema es que lo único que tenés es población cada vez mayor, mayor, mayor. O sea, lo que está faltando no es cualquier tipo, es niños. Hace poco vi una estadística de la ciudad de Buenos Aires, la caída en la matrícula de chicos de sala de cuatro en escuelas públicas ha sido de casi el 30% en los últimos seis años. O sea, se está desplomando la cantidad de niños en la ciudad de Buenos Aires, sobre todo en la última década. El desplome argentino empezó hace siete años y cae, cae, cae. Cuando yo publico esto en las redes, lo más impactante es que la gente joven te dice: obvio, ¿por qué voy a querer tener un hijo en un mundo que es una porquería? ¿Si no tengo plata para soñar con comprar un departamento, por qué voy a tener un hijo? O: si tengo todo el tiempo para mí y puedo estar tranquilamente mirando Netflix, ¿por qué me voy a dedicar a cuidar? Diferentes argumentos, pero todos confluyen en esta cosa que tal vez era un mandato. Ser padre es una de las cosas más lindas que te puede pasar, hoy eso está roto para gran parte de los chicos y chicas jóvenes. Hoy no es un plan.
– Menos habitantes y también más personas grandes. ¿Implica más gasto?
– Sí, y muchos menos niños. Yo decía en una columna, medio en chiste, que cierran las jugueterías y abren las casas funerarias. Vas a la plaza y sacamos los juegos y ponemos canchas de bochas. Es un mundo de viejos sin niños.
– Es un problema grave hoy para las grandes potencias. Contaste que en Corea del Sur no están naciendo niños.
– Es el fenómeno más extremo del mundo. Corea va a tener una caída de su población joven de 90% en las próximas dos generaciones. Argentina está en 1,55 hijos por pareja, que es una caída no tan veloz como la de Corea. La pregunta es, ¿va a seguir pasando?
– Si siguiera pasando. ¿Cómo se sostiene una sociedad cada vez con menos niños, con menos gente joven, con gente más grande?
– Yo no tengo la respuesta a eso. Yo soy un divulgador que trata de que los líderes se den cuenta cuáles son las tendencias y estemos pensando en ese tipo de problemas, porque quizás lo que más me preocupa a mí. Ahora desde el Gobierno se está hablando muchísimo de inteligencia artificial. Para mí es fundamental que las personas que están en un lugar de tomar decisiones, sea una madre o un padre que tiene que elegir un colegio para su hijo, sea un empresario que tiene que adoptar una estrategia para su empresa, o un político que tiene que definir política pública, entiendan los procesos, el proceso de natalidad, la tecnología, las fuerzas que moldean el futuro.
– ¿Imaginás que hay gente aquí en Argentina que sale del día a día, de cuánto subió el dólar o cuánto bajó la inflación y planifica una sociedad con menos niños y con menos trabajo?
– Yo pensaría que no, pero esa fue mi sorpresa. Hablo de esas cosas y a un montón de gente le interesa. Es parte de lo mágico que estoy viviendo, hablar de estas cosas, no de Gran Hermano, no de la farándula, no de fútbol y hay mucho interés de gente que quiere pensar y entender cómo va a afectar esto mi futuro.