Por Fabián Seidán de Diario Cuarto Poder / Se vienen las PASO y en Tucumán la contienda dentro del PJ va más allá del 12 de Septiembre ó 14 de Noviembre, cuando se elijan Diputados y Senadores. Los contrincantes Juan Manzur y Osvaldo Jaldo, armaron sus campañas mirando el 2023 ya que ambos saben que, quien imponga su lista, quedará mejor perfilado rumbo a la gobernación. Para ganar, Jaldo apostó a la dirigencia con “territorio”, mientras que Manzur sacó a relucir la billetera. ¡Y decía que no había plata!
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Más que un partido
Se vienen las PASO en todo el país y en Tucumán no será una elección más ya que encontrará al Partido Justicialista, gobernando, dividido y en puja. La elección a Diputados y Senadores nacionales tendrá al gobernador y su vice, Juan Mazur y Osvaldo Jaldo, respectivamente, enfrentados y peleando palmo a palmo voto a voto, para ver quién se queda con más escaños y mejor parado rumbo a las elecciones 2023.
Las PASO de Septiembre sólo será un partido más, sin alargue ni definición por penales. Eso sí, servirá para medir fuerzas y ver quién es quién en Tucumán, ya que muchos se peinan para la foto pero, sin reforma de la Constitución Provincial, sólo uno tiene posibilidades ciertas de acceder a la gobernación.
Tejen de día y destejen de noche
Pablo Yedlin, Javier Noguera, Gerónimo Vargas Aignasse y Fernando Juri, entre otros, son algunos de los que esperan agazapado que se caiga Jaldo para dar el zarpazo. Por eso atacan sistemáticamente al tranqueño cada vez que agarran un micrófono. Seguramente Manzur les prometió algo importante. Pero se olvidan que, a su tiempo, también a Jaldo le prometió algo (y a José Alperovich) y luego, sobre la marcha, cambió de planes. Por algo el vicegobernador en cada acto aprovecha para decirle al gobernador que “le va a crecer la nariz” de tantas mentiras.
Billetera vs territorio
Y en medio de la contienda, en las últimas horas salió a luz una encuesta de la consultora de Mario Nahuz, que le da la victoria al vicegobernador, con el 58% de los votos contra el 42% de los manzuristas, dentro de los votantes peronistas. Tales números, más las fotos de los distintos actos multitudinarios en los que participa Jaldo con sus candidatos -dirigentes que gozan de gran aceptación en sus territorios-, generaron preocupación en el gobernador, por lo que no le quedó otra que sacar la billetera.
Todos saben que Pablo Yedlin, precandidato a Senador en primer lugar, no goza de “territorialidad” ni siquiera de “afecto” o “respeto” de los tucumanos, pues mientras fue diputado nacional su votó en el Congreso no representó al pensar de la mayoría de los tucumanos, sino a sus convicciones personales o bien, al mandato partidario de la Nación.
“Si al aborto” y “no a la Pfizer”
Por ejemplo, Yedlin votó en diciembre 2020 a favor del aborto (el asesinato de niños por nacer era algo pedido por la clase media porteña y una minoría feminista, mientras que Manzur y Jaldo habían declarado a Tucumán como provincia Pro-vida); y días atrás, en julio 2021, en plena pandemia y con más de 100 mil muertos, votó en contra de la llegada de la vacuna Pfizer, tan necesaria para los niños y adolescentes que padecen enfermedades de base, discapacidad, enfermedades oncológicas o enfermedades prevalentes.
Yedlin para justificar se voto negativo recurrió a una falacia: consideró que modificar la ley para la llegada de las Pfizer no solucionaba nada. “Vamos a cambiarla (la ley) cuando tengamos la garantía de la industria de que va a vender las vacunas”, dijo. (Pfizer siempre estuvo dispuesta a vender).
Luego el presidente Alberto Fernández tuvo que recurrir a un DNU para traer finalmente la vacuna.
Plata en mano por cinco meses
Para apoyar a sus candidatos que venían flojos en los papeles, Manzur recurrió a una vieja y poderosa práctica que siempre suma, más si hay pobreza: dar dinero.
Es sabido que tras casi 18 meses de pandemia y restricciones, pérdida de empleos y cierres de empresas, muertes e inflación, mucha gente se quedó al margen de la economía, creció la pobreza y la falta de oportunidades. Por eso, de la noche a la mañana, el gobierno local comenzó a entregar un subsidio de $25.000 (cinco cuotas de $5.000, hasta diciembre), a todos los que se presente en el Hipódromo con su DNI y una carta de pobreza en la mano.
Para muchos, esta ayuda no es otra cosa que un intento de “comprar el voto”, puesto que desde el Gobierno nadie informó ciertamente de qué se trataba la ayuda, ni siquiera se publicó oficialmente a quiénes les correspondía o cómo hacer el trámite en alguna página gubernamental; tampoco se dijo si es para todos o sólo para los peronistas convocados por punteros. Lo que sí se supo es que el reparto fue monitoreado por delegados y agentes de las comunas rurales.
“Juegan con la necesidad de la gente”
La precandidata a diputada por el jaldismo, Gladys Medina, criticó a Manzur por otorgar planes sociales como estrategia de campaña electoral. “Resulta que la Provincia no tenía dinero, pero hoy salió muchísimo dinero para entregar planes de $5.000. Eso está pasando con fines electorales. Están pidiendo cartas de pobreza y por eso las comisarías están llenas. Uno entiende que la gente necesita, pero eso también es triste porque ataca a la dignidad de la persona”.
En tanto, Jaldo señaló: “Estos que se dedican a perseguir peronistas saben que, en 2023, se van y dejan el sillón de Lucas Córdoba al Peronismo Verdadero. ¡Qué locura es esta! El turco (Manzur) y su banda tienen miedo de irse de la Casa de Gobierno en 2023. Se enteraron que están perdiendo; por eso largan encuestas truchas y hacen cola en el Hipódromo para cobrar subsidios”.
En Salta pasó algo parecido
En las elecciones de la semana pasada en Salta, en Salvador Mazza, hubo denuncias contra el intendente (PJ) de compra de voluntades sin-vergüenza. Es que en la sede partidaria en medio de la contienda, se repartía dinero en efectivo a los votantes. “Ni siquiera se preocupan en disimular. Es todo a la luz del día”, escribió un denunciante en Instagram, junto a la publicación en la que se ve una enorme fila de gente esperando para recibir el beneficio. Según la denuncia, se pagaban $2.000 a los salteños y $4.000 a los bolivianos nacionalizados para que vayan a votar por el PJ”.
Los $2.000, $4.000 ó $5.000 pesos que pueden dar hoy sólo sirven para comer una semana o tal vez dos; y después todo seguirá igual por otros cuatro años: Inflación, desempleo, pobreza, etc.; por eso, hay que votar a consciencia y con el corazón; recibir el dinero -porque es necesario-, pero en el cuarto oscuro votar al candidato que no miente, que no engaña ni traicione.
El economista Enrique Szewach, en una opinión reciente sostuvo que en Argentina “se vota con el bolsillo”. Y para ratificar su dicho citó una frase del genial Marx Groucho: “Bienaventurados los sedientos de cultura, porque es señal que ya comieron” o ya cobraron.
¡Nada más cierto! Los políticos lo saben y se aprovechan.