Graciela Fernández Meijide criticó a los represores porque no dan información sobre los desaparecidos y a los organismos de derechos humanos porque “no aceptan responsabilidad de la lucha armada”.
Lúcida y valiente, Graciela Fernández Meijide se atreve a reflexionar sobre temas que siguen siendo difíciles de tocar cuando han pasado ya 41 años del último de golpe de Estado. En ese sentido, ella, que tiene un hijo desaparecido y fue una activísima militante de los derechos humanos, sostiene que no se puede pensar en una reconciliación cuando “nadie pidió perdón por lo que hizo”, con relación a los militares que protagonizaron la dictadura más sangrienta de nuestra historia. Pero no se queda ahí, también dice que “tampoco lo hizo lo que fue la conducción de Montoneros; no está pasando con Montoneros-Perdía; con Montoneros-Bonasso, con Firmenich”.
“La sociedad transcurre mientras tanto y no es un tema primordial. Por lo menos, decir nos equivocamos de medio a medio y pedir perdón por el dolor causado por ese error“, afirmó Fernández Meijide en una entrevista.
Fernández Meijide, que luego de su paso por la política activa se convirtió en una prolífica escritora, agregó que “los grandes ausentes en el aporte a la verdad han sido los militares de todas las armas, que no han dicho: ‘Nosotros sabemos dónde están los desaparecidos’. Me refiero a aquéllos que fueron autores de su muerte, autores de las torturas. Posiblemente, la forma de encarar los juicios no les dieron espacio y tampoco ayudó“.
Otra vez Fernández Meijide va más allá del catecismo de lo políticamente correcto y se interna en un tema tabú: a esta altura, cuando casi todos los militares acusados han sido condenados, y en varios casos, no solo una vez sino que acumulan diversas penas, ¿no se podría intercambiar tiempo de condena por información cierta y comprobable sobre los delitos cometidos?
“Hay una rigidez por ambas partes porque, así como los militares no aceptan la ilegalidad y la ilegitimidad de la metodología utilizada, por lo menos algunos militares, también desde los organismos de derechos humanos supervivientes no se acepta ni un tranco de pollo que haya habido responsabilidad de la lucha armada de las organizaciones guerrilleras. Esas dos posiciones irreductibles impiden el diálogo, como siempre ocurre en política“.
En ese sentido, Fernández Meijide aclaró que el modelo con el cual Sudáfrica encaró las graves violaciones a los derechos humanos registradas en su pasado reciente incluyó la amnistía para los que reconocieron públicamente sus crímenes, con plenitud de detalles y de información, pero “los que no los reconocieron fueron juzgados y condenados; hubo más de 1.400 casos juzgados”.
En cuanto al gobierno de Mauricio Macri, Fernández Meijide señaló que “tienen dificultades serias para medir el impacto político de sus medidas. Esos dos últimos puntos, el acuerdo por el Correo y el cambio en el 24 de Marzo, no fueron calculados”.
No estuvo de acuerdo en la presunción de un sector del oficialismo que acusa de “destituyente” al peronismo, aunque enfatizó que “es un año electoral”, pero sí reservó esa calificación para el kirchnerismo.
“El peronismo —dijo— ha demostrado tener mucho sentido común tanto en el Senado, donde es apabullante su mayoría, como en la Cámara de Diputados; hay sí una realidad: es un año de elecciones y, cuando hay elecciones, el peronismo disputa el poder y lo disputa fuerte. Yo diferenciaría este peronismo tradicional del kirchnerista, que tiene otra lógica: intuye que sus problemas judiciales desaparecerían si Macri desapareciera“.
En ese clima electoral, ubicó el conflicto docente en la provincia de Buenos Aires: “Yo he visto muchos conflictos y el gremio docente es un gremio enérgico, pero cuando uno declara un paro mientras lo están convocando a ir a negociar muestra que hay más voluntad de movimientismo que de negociar“.