La procuradora general de la Nación Alejandra Gils Carbó presentó su renuncia “con efectos a partir del 31 de diciembre del corriente año“.
La decisión fue comunicada a través de una carta fechada hoy, 30 de octubre, en la Ciudad de Buenos Aires, dirigida al presidente Mauricio Macri.
“A esta altura de los acontecimientos estoy persuadida de que mi permanencia en el cargo redunda en decisiones que afectarán de manera sustancial la autonomía del Ministerio Público Fiscal“, aseguró en el texto que publicó en la web fiscales.gob.ar.
Gils Carbó, quien había asumido en agosto de 2012 en reemplazo de Esteban Righi, deja el cargo acorralada por dos decisiones judiciales. El 12 de agosto, el juez Julián Ercolini la había procesado por la compra del edificio de la Procuración. Está acusada por el delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública.
Y recientemente un fallo del fuero Contencioso Administrativo abrió la puerta para remover a la Procuradora sin juicio político. Esta resolución fue interpretada en el Poder Ejecutivo como un guiño para modificar la ley de Ministerio Público.
De hecho, se cree que uno de los anuncios que realizará el Poder Ejecutivo en las próximas semanas estará relacionado con esta reforma que cambiará las mayorías necesarias para remover a un procurador en el futuro.
Con la salida de Gils Carbó, se abre la danza de candidatos para ocupar el lugar. En las últimas semanas sonaron los nombres de Alberto García Lema (cercano a Miguel Pichetto) y José María Campagnoli, entre otros. La diputada nacional Elisa Carrió, de experimentada formación jurídica, dijo varias veces que no le interesa el cargo pese a los rumores que la mencionaban como una eventual reemplazante de Gils Carbó.
El ministro de Justicia, Germán Garavano, fue la primera voz del gobierno nacional en referirse a la renuncia. Dijo que era “necesario” un cambio en la Procuración General e hizo hincapié en que una vez que se haga efectiva la dimisión, Gils Carbó perderá fueros y otras prerrogativas especiales que tenía ante la Justicia.
El gobierno de Macri mantuvo una relación tensa con la procuradora. Antes de asumir en diciembre de 2015, el jefe de Estado admitió públicamente que pretendía que Gils Carbó diera un paso al costado. Esa intención se mantuvo durante este año y medio de gobierno de Cambiemos.