Ante la caída de ingresos de la Coparticipación, se volverá vital la negociación por las transferencias no automáticas que el gobierno de Javier Milei tiene en la mira a la hora de recortar el gasto público.
En un complejo entramado político para el gobierno entrante, un claro conflicto económico emerge como telón de fondo y también como herramienta de negociación con la próxima oposición: el reparto de fondos con las provincias. La cuestión será esencial para lograr apoyos críticos a las pretendidas reformas estructurales y también como un enorme desafío para las diferentes jurisdicciones, que verán sus arcas afectadas.
Esto porque los recursos que reciben las gobernaciones por transferencias automáticas, es decir, por la Coparticipación, quedarán reducidas no sólo por la posible caída de recursos en términos reales ante la pronosticada contracción económica en el próximo año, sino también por las últimas modificaciones al Impuesto a las Ganancias impulsadas, con el acuerdo mayoritario de los gobernadores, por el ministro de Economía saliente y, en ese momento, también candidato presidencial, Sergio Massa.
A cambio de esas modificaciones, Massa había prometido compensaciones contundentes, como la coparticipación del llamado Impuesto al Cheque y también del Impuesto PAIS (dólar ahorro).
Con el triunfo de Javier Milei, esa perspectiva cambió dramáticamente, entre otras cosas porque tales impuestos -improbable en el caso del primero pero casi una promesa de campaña en el caso del segundo- podrían desaparecer.
Así, la dependencia de las provincias de las denominadas transferencias no automáticas, estipuladas en criterios ampliamente discrecionales, aumentará considerablemente. El impacto es tal que analistas que siguen de cerca las finanzas de cada una de las jurisdicciones anticipan que lo que hoy luce como un panorama de cuentas ordenadas, volverá al desequilibrio con saldos en rojo.
Un análisis detallado del Iaraf que dirige Nadín Argañaraz anticipa que al menos 16 provincias caerán en déficit mientras que sólo 5 -CABA, Córdoba, Mendoza, Santiago del Estero y Chubut- podrían escapar a un resultado primario negativo. Las restantes 3, San Luis, La Pampa y Buenos Aires, por su parte, ya están en déficit por lo que estarían aún más lejos de revertirlo.
Estos resultados, según el estudio, son consecuencia del impacto en la caída de ingresos tanto por los cambios en la cuarta categoría de Ganancias como por menor recaudación de IVA, los dos principales tributos coparticipables, sin contemplar el impacto del proyecto “Compre sin IVA” que no ha sido aprobado. “A nivel consolidado, se pasaría de un superávit primario de 0,68% del PIB a un déficit primario de 0,25% del PIB. La relación entre la pérdida de ingresos y el resultado primario es negativa, del orden de 1,36 veces”, detalló el Iaraf.
Pero no sólo el factor analizado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal determinaría ese saldo negativo. Existen otros elementos que podrían contribuir a neutralizarlo en un principio para agravarlo con el correr de los meses.
Ocurre que la salud de las cuentas públicas provinciales está, en gran medida, asociada a los altos niveles de inflación. Con gastos que, a diferencia del Estado nacional, no están sujetos a indexación, las diferentes administraciones lograron hacer crecer el gasto público por debajo de la suba general de precios. Esa licuación se revertiría en la medida que el avance de la inflación comience a desacelerarse.
Con esas proyecciones por delante, la avidez por las transferencias no automáticas desde el gobierno nacional se incrementará. Pero el presidente electo, Javier Milei, ya anticipó que será precisamente ese renglón uno de los principales focos del ajuste.
Esos giros, es evidente, están completamente vinculados con el devenir de la política. Por caso, en noviembre, las transferencias no automáticas ascendieron a $245.555 millones y registraron el segundo mayor incremento interanual de los últimos años, con 226,3% más que en el mismo mes del año previo.
Los datos, recopilados por la consultora especializada Politikon Chaco, con base en datos del Presupuesto Abierto del Ministerio de Economía, detallan el ránking de las provincias más y menos beneficiadas en ese reparto. El listado, prácticamente sin sorpresas, lo encabeza la provincia de Buenos Aires, con giros el mes pasado por $133.583 millones. Sin embargo, el distrito que tuvo el mayor incremento porcentual fue Jujuy, con un alza interanual nominal de 806,2% lo que implicó una suba de 251,4% en términos reales.
En conjunto, al margen de que el reparto de fondos será presumiblemente un factor clave de negociación política, para los analistas de las finanzas provinciales salta a la vista que tampoco las grandes jurisdicciones y sus municipios podrán evitar el ajuste y que, por el contrario, con serrucho, motosierra o bisturí, la mayoría de ellas deberán acomodarse a los nuevos tiempos.
fuente: infobae