Las 39 personas halladas muertas el miércoles en el interior de un camión de carga en Essex, al este de Londres, eran de nacionalidad china y fallecieron a causa de la baja temperatura dentro del contenedor frigorífico en el que viajaban de polizontes, informó este jueves el periódico británico Daily Mail.
En el marco de las investigaciones fue arrestado el conductor del camión, un irlandés del norte de 25 años identificado como Mo Robinson. El joven habría sido quien alertó a las autoridades tras encontrar la pila de cadáveres en el interior del contenedor, donde las temperaturas pueden llegar a 25 grados bajo cero, luego de que fuera a chequear la carga.
Aunque Robinson está siendo investigado por homicidio, al momento no estaba claro si estaba al tanto de las personas que viajaban en su camión y la policía intentaba determinar si una red de tráfico de personas con base en Irlanda del Norte y vínculos en Bulgaria estaba detrás del hecho. Al respecto, varios domicilios en esta región del Reino Unido estaban siendo registrados por las fuerzas de seguridad.
El camión arribó al Reino Unido el sábado a través del puerto de Holyhead y provenientes de Dublin, en Irlanda. Previamente se cree que habría llegado a la isla desde el puerto francés de Cherburgo y se reportó que el vehículo tenía matrícula de Bulgaria, aunque este dato podría no ser determinante ya que numerosas empresas registran sus camiones en ese país por cuestiones impositiva.
Sin embargo, el contenedor viajó por separado y en barco desde el puerto belga de Zeebrugge y llegó al miércoles a Purfleet, en Essex, tras lo cual Robinson lo recogió. Luego aparcó camión y carga en el parque industrial Waterglade de Grays, en Essex. No estaba claro en qué momento del viaje las personas entraron en el contenedor, ni cuál era el destino final.
Según la reconstrucción del Daily Mail en base a cámaras de seguridad y testimonios de amigos del conductor, Robinson abrió la puerta del contenedor para buscar documentos, y entonces vio la pila de cadáveres. Inmediatamente llamó al servicio de emergencias 999, tras lo cual arribó una ambulancia que proclamó la muerte de las personas y se contacto con la policía.
Sin embargo, hay versiones contradictorias sobre este último punto y el momento en el que Robinson encendió la cámara frigorífica.
Entre los 39 fallecidos había 31 hombres y ocho mujeres, incluyendo un adolescente. Todos eran de nacionalidad china.
Personal de la embajada de China en el Reino Unido se había trasladado al lugar para constatar los hechos, de acuerdo a un comunicado del Ministerio de Exteriores Chino publicado en la red social Weibo.
El camionero irlandés
La familia de Robinson, del condado de Armagh en Irlanda del Norte, se mostró desconcertada al respecto. Según declararon al Belfast Telegraph, no habían conversado con él y “no saben lo que está pasando”.
El perfil de Robinson en Facebook lo identifica como camionero e incluye fotos de él en la cabina de un camión o junto a vehículos de transporte. Robinson había publicado en varias oportunidades sobre el camión Scania registrado en Bulgaria en sus páginas de Instagram y Facebook, refiriéndose a él como “el Expreso Escandinavo” y “el Expreso Polar”.
Según la página de Facebook de Robinson, el sospechoso vivía en Laurelvale, una comunidad de cerca de mil habitantes. En su perfil, Robinson se refiere a sí mismo como un “camionero”, y afirma que estudió mantenimiento y reparación de vehículos ligeros en el Southern Regional College – Portadown Campus. Los posteos de los medios sociales sugieren que Robinson hace viajes frecuentes a Dinamarca y Suecia, lo que requeriría conducir a través de Gran Bretaña. No se sabe dónde se le dijo que entregara este contenedor.
Por otro lado el parabrisas del camión estaba adornado con calcomanías de arpas celtas y de Irlanda, y la leyenda en inglés “The ultimate dream” (el sueño más grande), coincidente con el origen del conductor, de acuerdo a The Sun.
Graves antecedentes
Este tipo de tragedias no es inusual en Europa, que desde hace tiempo se ha convertido en objetivo de migrantes de todo el mundo.
El peor caso del que se tiene registro en el Reino Unido ocurrió en el año 2000 y también involucró a presuntos indocumentados chinos. En esa ocasión 58 fueron hallados muertos en un contenedor cargado de tomates que había viajado desde Bélgica al Reino Unido.
Tal y como ocurrió en Essex, en aquella oportunidad los cadáveres fueron encontrados por las autoridades aún dentro del camión y tras arribar a Dover. Luego se supo que las personas habían muerto sofocadas luego de que la esclusa de ventilación en el contenedor fuera cerrada por el conductor Perry Wacker, quien temía que los ruidos alertaran a los oficiales de aduana. El hombre, quien había cobrado 300 libras (unos 380 dólares al cambio actual) por migrante, fue condenado a 14 años de prisión por las 58 muertes.
Mientras que en 2014, trabajadores del puerto de Tilbury, también en Essex, oyeron gritos y golpes dentro de un contenedor marítimo y encontraron en su interior a 34 afganos vivos pero gravemente afectados de deshidratación, hipotermia y falta de aire.
Para Richard Burnett, director ejecutivo de la Road Haulage Association, que representa a los conductores de camiones en el Reino Unido, “cualesquiera que sean las circunstancias de lo ocurrido, ponen de manifiesto el peligro de que las bandas transporten clandestinamente a migrantes en camiones”.
“El tráfico de personas es un negocio vil y peligroso”, denunció por su parte la diputada local Jackie Doyle-Price, deseando que “lleven a estos asesinos ante la Justicia”.
En tanto la mayor tragedia hasta la fecha ocurrida en Europa continental tuvo lugar en 2015, cuando 71 migrantes fueron hallados muertos por asfixia en el compartimento herméticamente cerrado de un camión abandonado en una carretera en Austria.
Originarias de Siria, Irak y Afganistán, las víctimas -59 hombres, 8 mujeres y 4 niños incluido un bebé- eran trasladados desde Hungría hacia Alemania por una organización de traficantes que los embarcó cerca de la frontera con serbia.
Aquel drama, ocurrido en plena crisis de refugiados en Europa, conmocionó a la opinión pública internacional.
El jefe de la fuerza austríaca contra el tráfico humano, Gerald Tatzgern, afirmó el miércoles que actualmente el número de personas trasladadas en contenedores, por carretera o ferrocarril, en la llamada ruta de los Balcanes es “relativamente alto”.
“Era solo una cuestión de tiempo que pasara algo así”, agregó en referencia a los hechos en Essex.