El juez Osvaldo Rappa podría haber empezado la investigación de otra manera y no apuntando contra la denunciante de abuso, una actitud repudiable.
A más de un mes de la denuncia, la Justicia dio recién esta semana los primeros pasos en la causa que investiga la denuncia por violación contra el senador nacional José Alperovich. El juez Osvaldo Rappa ordenó que se realice una pericia psiquiátrica a la denunciante del presunto ataque sexual y, además, se requirió una inspección sobre el departamento de Puerto Madero en el que habrían ocurrido dos de los hechos denunciados.
El juez Rappa ordenó el lunes que se realice una pericia psiquiátrica para saber el estado de salud mental de la víctima y si sus relatos se corresponden con la realidad, informaron fuentes judiciales. La medida incluye -entre otras disposiciones- una evaluación sobre el posible perfil confabulador de la denunciante.
El decreto firmado por el magistrado ordena también una pericia ocular sobre el inmueble ubicado en Puerto Madero, donde fueron denunciados los primeros dos abusos que habría cometido el exgobernador tucumano Alperovich mientras estaba en la Capital por su trabajo como senador nacional.
Estas son las primeras medidas dispuestas por la Justicia sobre el caso después de una disputa administrativa -que todavía no terminó- sobre la jurisprudencia del expediente. El juez Rappa se había declarado incompetente para investigar los hechos al argumentar que la causa debía tramitarse en Tucumán, pero su par tucumano tampoco quiso instruir el expediente.
Pero la Cámara de Apelaciones en lo Corrección y Criminal de esta ciudad dispuso la semana pasada que se avance con el expediente hasta tanto se resuelvan los problemas de competencia. A pesar que tanto la denunciante como Alperovich son tucumanos, el tribunal entendió que el caso debía continuar en la justicia porteña porque la víctima acudió primero a una fiscalía de esta ciudad y porque el senador cumple sus tareas laborales en el Congreso.
El exgobernador tucumano fue acusado por su sobrina, que lo denunció por abuso sexual y, al mismo tiempo, difundió una carta pública con detalles de los abusos. “Mi tío se llama José Jorge Alperovich, por quien fui violentada sexual, física y psicológicamente desde diciembre de 2017 hasta mayo de 2019. Durante un año y medio sufrí violaciones a mi integridad física y sexual. El avasallamiento fue demoledor. Tanto que ni siquiera pude ponerlo en palabras”, escribió.
Esperamos que las medidas judiciales y pericias psicológicas también abarquen al imputado de la causa y no se ponga el ojo sobre quien se presume como la víctima.