Alberto Fernández viaja mañana a España como parte de su intensa agenda europea y sigue asombrando la indefinición sobre quién será designado como embajador en esa representación que es clave para la Argentina, no sólo por el vínculo cultural indisoluble entre ambas naciones, sino también porque se trata del segundo país con más inversiones en el nuestro, detrás de los Estados Unidos.
Sin embargo, un nombre volvió a instalarse esta semana y todo indicaría que ya es el elegido. Se trata de Ricardo Alfonsín, hijo del primer presidente de la democracia recuperada (con quien tiene un parecido físico notable) y férreo crítico a la alianza que su partido, la UCR, realizó con el PRO y la Coalición Cívica.
Si bien todavía no es oficial, el nombre de “Ricardito”, como le dicen en el partido, es el que cumple con el perfil que las altas autoridades de Cancillería vienen adelantando para conducir la diplomacia que trabaja en la sede de Fernando El Santo, a dos cuadras del distinguido Paseo de la Castellana.
“Queremos un político que muestre la apertura y el diálogo de nuestro gobierno”, se le explicó hace semanas. Por eso se creyó que podía tratarse de Emilio Monzó, otro crítico a la gestión de Cambiemos. Pero el ex presidente de la Cámara de Diputados negó enfáticamente esa posibilidad, ya que está decidido a hacer política en la provincia de Buenos Aires y dentro del PRO.
Entonces, se hablaba de “un tapado”. Y si bien Alfonsín en distintas oportunidades negó que fuera a aceptar algún cargo, argumentando que será más útil al país desde afuera del Gobierno, todo indicaría que la persistencia oficial logró el objetivo.
Además de Monzó, otros nombres que circularon fueron el de Leandro Sigman (hijo del empresario Hugo Sigman), quien a través de voceros expresó que no le interesaba la posición; Eduardo Duhalde, que por motivos de salud rechazó de plano esa responsabilidad, y también se habló del regreso de Carlos Bettini, aunque en este caso se informó que no hubo ofrecimiento porque el vínculo del ex embajador es muy sólido con Felipe González, muy crítico a Sánchez.
Desde Berlín, el Presidente llegará mañana por la mañana a Madrid, donde sólo estará nueve horas. La delegación se dirigirá a la residencia del embajador, aunque no se quedará a dormir porque a la noche partirá rumbo a París. A las 18.30 hora argentina (13.30 de España) tendrá la reunión con el jefe de Gobierno español, con quien ya mantuvo un encuentro antes de asumir la Presidencia, en un viaje que realizó entre la primera y la segunda vuelta electoral.
Trascendió que el encuentro sólo tendrá cobertura gráfica, sin preguntas periodísticas, no porque se haya negado la delegación argentina, sino porque las últimas visitas internacionales provocaron gran debate mediático, como fue el caso de Juan Guaidó (que no fue recibido por el titular del Ejecutivo español) y la vicepresidenta de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez, que oficialmente no estuvo, aunque sí habría aterrizado su avión.