Cabañas Rincón del Sol | El emprendimiento de Juan Serrano y familia, ubicado en el kilómetro 60 de la Ruta 305, invita no sólo a descansar sino a descubrir un lugar mágico. Un sitio energético y lleno de belleza para descubrir a sólo 60 kilómetros de nuestra capital.
Una aventura hacia la naturaleza
Desplazarse desde la Capital provincial hasta la localidad de Río Nío, departamento Burruyacu, vale la pena para quien ama el contacto con paisajes únicos y el aire puro llenando los pulmones y renovando la vida.
Son apenas 60 kilómetros por la Ruta Provincial 305, un tramo es de ripio y el camino está consolidado y transitable.
Este poblado de montaña se encuentra a 1400 metros sobre el nivel del mar y ofrece, además de imponentes vistas desde sus cerros, la frescura de un calmo río que transcurre con la paz de quienes allí habitan o buscan ese reducto para hallar la tranquilidad que no tienen en medio del barullo urbano.
Rincón del Sol
Ese lugar pacífico y lleno de energía es el que eligió Juan Evaristo Serrano para emplazar su emprendimiento de cabañas denominado “Rincón del Sol”, que se encuentra en el kilómetro 60 de la Ruta 305.
“Conocí este lugar y me enamoré de inmediato”, afirma mientras acerca un amigable mate y observa desde el frente de su propiedad, el transcurrir cansino del río que da el nombre a esa localidad.
Desde allí también se observa el paso despreocupado y lento de los teros, que buscan, con su aguda mirada, algún insecto. También se observa el vuelo de urracas, con su característico tono azulado sobre el lomo.
“Esta es una zona energética por excelencia, en donde uno se siente en equilibrio y renovado, lo que incide en la salud y el bienestar”, explica Serrano, quien está acompañado de su esposa, Carmen del Valle Aramayo; su hija Sheilan Noelia Serrano y un amigo de la casa, Gastón Cornejo.
Comodidades del lugar
El lugar tiene una capacidad para 6, 8 ó 10 personas, con servicios de wi-fi y DirecTV, cocheras, asadores, quincho, horno de barro y un espacioso fondo.
Serrano explica que los visitantes no sólo pueden quedarse a pernoctar sino que también pueden disfrutar de un asado criollo, reuniones de amigos e incluso para empresas que quieran realizar actividades de capacitación o recreación de sus empleados.
“Acá tienen todas las comodidades para pasar una jornada inolvidable. Hemos recibido delegaciones de más de 120 personas que compartieron asado y disfrutaron del folclore. También del entorno natural que nos rodea”, sostiene Serrano, quien nació en el seno de una humilde y trabajadora familia, en la provincia de Buenos Aires, pero se radicó en Tucumán y se enamoró de estos paradisíacos paisajes.
También hay espacio para aquellos amantes del campamentismo, quienes prefieren armar una carpa y vivir otra relación, quizás más cercana, con la naturaleza y alejada de la tecnología y de aquello que tanto estresa en la ciudad.
Caminatas y paseos
Una vez que el aire puro entra en los pulmones y los renueva, existe la necesidad imperiosa de caminar y colmar los ojos de paisajes espléndidos.
Las caminatas al lado del río llena de calma y el murmullo del agua rompiendo en las ancestrales piedras que forman parte del lecho del curso natural, son un mensaje de paz y armonía de la propia naturaleza.
Los cerros también son una tentadora invitación a caminar, pero para ello, quizás sea mejor desplazarse en auto para luego emprender una deliciosa caminata por el lugar, que ha crecido bastante en los últimos años, según testimonia nuestro anfitrión.
Las vistas desde algunos puntos del camino cerril, que está en óptimas condiciones, invitan a eternizar el momento con fotos o selfies, que luego se pueden compartir en las redes sociales.
Un plato volador en el cerro
Río Nío es un lugar energético por excelencia, pero también tiene su centro de estudio del fenómeno OVNI, por haber realizado varios avistamientos en la zona.
Es por ello que al que camina por sus preciosos lugares puede llamarle la atención una réplica de una nave espacial ubicada en uno de los cerros.
Justamente ese objeto marca la sede en donde se encuentra la Agrupación Tucumana Información Fenómeno OVNI bajo sus siglas ATIFO, en cuyo cartel indicatorio señala: “un lugar para el encuentro”.
También se encuentra la siguiente leyenda escrita en su pórtico de piedra:
“Saludos: Este es un lugar sagrado. Tiene varios caminos por recorrer. Puedes pasar por ellos sin entenderlo o comprenderlo con el corazón. Los Apus o espíritus de la montaña se encargarán de darte lo que necesitas en este momento. Sólo tienes que dejarte llevar”.
Serrano explica que “a unas horas de estar acá uno siente la energía del lugar y siente el deseo de permanecer o regresar pronto. Esa es la sensación que me hizo elegir este lugar para este emprendimiento que avanza con mucho esfuerzo y dedicación”.
Luego de tanta emoción, un asado preparado por el anfitrión y la atención de su hermosa familia, llena el alma de un sentimiento fraternal que muchos llaman amistad. El entorno, la atención, la energía, todo confluye para pasar una jornada especial.
Un buen vino y una mesa bien servida, con ese condimento único de la generosidad de quienes lo reciben a uno con el corazón, hacen el resto.
Luego afloran las guitarras y las canciones de la tierra, esas que lo conmueven a uno y generan ese orgullo por las raíces propias.
Con las lucen del día apagándose en los contornos majestuosos de los cerros decimos hasta pronto, porque seguro que regresaremos.